Este 19 de enero, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos en conjunto con la compañía de aviones Boeing se asociaron para producir y probar un demostrador a escala real que contribuya a que los futuros aviones comerciales sean más eficientes en el consumo de combustible, en busca de un avión que cambie
Este demostrador consiste en un avión con alas “extralargas y delgadas”, las cuales serán estabilizadas por puntales diagonales. Este diseño, denominado Transonic Truss-Braced Wing, estaría evidenciando una aeronave mucho más eficiente en el consumo de combustible que un avión de pasajeros tradicional, esto debido a su diseño que buscaría crear menos resistencia en el aire, lo que se traduciría en la menos líquido para su funcionamiento.
El proyecto Sustainable Flight Demonstrator (Demostrador de Vuelo Sostenible) de la agencia aeroespacial pretende informar sobre una posible nueva generación de aviones ecológicos de pasillo único entre asientos, con beneficios para el medio ambiente, la industria de la aviación comercial y los pasajeros de todo el mundo.
“Si tenemos éxito, es posible que veamos estas tecnologías en los aviones que el público lleve a los cielos en la década de 2030″, dijo en la presentación el Administrador de la Nasa Bill Nelson, dando visos sobre el futuro de la aviación en el mundo.
Los aviones de pasillo único son el caballo de batalla de muchas flotas aéreas y, debido a su uso intensivo, son responsables de casi la mitad de las emisiones de la aviación mundial. La Nasa tiene previsto completar las pruebas del proyecto para finales de la década de 2020, de modo que las tecnologías y diseños demostrados por el proyecto puedan servir de base a las decisiones de la industria sobre la próxima generación de aviones de pasillo único que podrían entrar en servicio en la década de 2030.
A lo largo de siete años, la Nasa invertirá 425 millones de dólares, mientras que la empresa y sus socios aportarán el resto de la financiación del acuerdo, estimada en unos 725 millones de dólares. Como parte del acuerdo, la agencia también aportará experiencia técnica e instalaciones.
“La NASA trabaja con el ambicioso objetivo de desarrollar tecnologías revolucionarias para reducir el consumo de energía y las emisiones de la aviación en las próximas décadas, con el fin de que la comunidad aeronáutica alcance el objetivo de cero emisiones netas de carbono en 2050″, declaró Bob Pearce, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Investigación Aeronáutica de la NASA.
Y agregó: “el Transonic Truss-Braced Wing es el tipo de concepto transformador y la inversión que necesitaremos para hacer frente a esos desafíos y, críticamente, las tecnologías demostradas en este proyecto tienen un camino claro y viable para informar a la próxima generación de aviones de pasillo único, beneficiando a todos los que utilizan el sistema de transporte aéreo.”
El primer pararrayos láser del mundo fue probado en Suiza
Un grupo de científicos realizó un experimento en Suiza, demostrando los grandes avances de la tecnología, puesto que utilizando rayos láser la ciencia intentó desviar un rayo. Los resultados de la investigación quedaron publicados en un artículo de la revista Nature Photonics.
Es de recordar que, los “pararrayos” son tecnologías que se vienen utilizando desde hace siglos, sin embargo, siguen causando grandes afectaciones a las personas, así como algunas estructuras, por lo que el nuevo experimento tendría como objetivo dar una solución para evitar mayores afectaciones.
“El número documentado de muertes por rayos está muy por encima de 4.000 (...) y los daños por rayos ascienden a miles de millones de dólares cada año (...) El pararrayos, cuya invención en el siglo XVIII se atribuye a Benjamín Franklin, consiste en un mástil conductor puntiagudo conectado a tierra. Protege los edificios y su entorno inmediato proporcionando un punto de impacto preferencial para el rayo y guiando su corriente eléctrica de forma segura a tierra”, explicaron en el resumen del estudio.
Se indicó que en medio del experimento se logró desplegar lo que sería un “pararrayos virtual”, utilizando rayos láser desde una torre de comunicaciones en el monte Säntis en Suiza, y aunque la idea de utilizar rayos láser para desviar los rayos naturales no es nueva, esta sí sería la primera vez que se puede probar exitosamente.
“Los resultados de la campaña experimental de Säntis en el verano de 2021 proporcionan evidencia circunstancial de que los filamentos formados por pulsos láser cortos e intensos pueden guiar las descargas de rayos a distancias considerables”, se indicó en el estudio, indicando la fecha en que se llevó a cabo el experimento, aunque el artículo con conclusiones fue entregado este 16 de enero de 2023.
Y se agregó: “Este trabajo allana el camino para nuevas aplicaciones atmosféricas de láseres ultracortos y representa un importante paso adelante en el desarrollo de una protección contra rayos basada en láser para aeropuertos, plataformas de lanzamiento o grandes infraestructuras.”, haciendo referencia al futuro que tendrá esta tecnología.
*Con información de Europa Press.