En Colombia la educación es un privilegio y la pandemia así lo evidenció. Las clases virtuales fueron un evento desafortunado para miles de niños que no pudieron seguir estudiando porque no tenían cómo conectarse. Desde marzo, el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, advirtió que el 96 por ciento de los municipios del país no podrían implementar las clases virtuales porque menos de la mitad de sus alumnos de 11 no tienen computador ni acceso a internet.
Igual que el 63 por ciento de los estudiantes de educación media de colegios públicos. Y ni hablar de la situación en zonas rurales, en donde algunos calculan que solo el 13 por ciento tiene acceso a internet, mientras que el mismo LEE advierte que en el suroriente colombiano menos del 5 por ciento cuenta con este privilegio. Le recomendamos: Cómo será el Women Economic Forum Latinoamérica 2020 Las cifras son poco alentadoras, pues muchos niños deciden desertar y empezar a trabajar a temprana edad para aportar un ingreso a su familia. O peor aún, ante la falta de oportunidades terminan en un grupo armado. Estas cifras solo aumentaron o quedaron en evidencia con la llegada de la covid-19, pero infortunadamente siempre han existido en Colombia.
Ella es Astronauta nació gracias a una alianza firmada en 2019 entre She Is y el Space Center de la NASA. Foto: Cortesía Nadia Sánchez Para aportar de alguna manera a cambiar esa realidad, la colombiana Nadia Sánchez creó She Is en 2016, una organización que empodera a las mujeres y niñas víctimas del conflicto en el país o que han crecido en ambientes hostiles, con pocas oportunidades. Más de 1.300 mujeres se han visto beneficiadas por este ‘modelo 360’ que tiene cuatro pilares fundamentales: construcción de paz y memoria histórica, objetivos de desarrollo sostenilbe, educación financiera y emprendimiento para la vida, y Gaviotas de Paz, un programa para que difundan sus conocimientos e impulsen a otras mujeres. También crearon proyectos como Ella es Astronauta, una iniciativa que trabaja exclusivamente con niñas, pues en la fundación entendieron que el empoderamiento empieza desde la niñez. El programa potencia el crecimiento de la mujer en la sociedad, rompe los estereotipos, sensibiliza a las niñas con la ciencia y tecnología, además de demostrarles que los sueños no tienen límites. Le puede interesar: Un sabedor indígena y un maestro de la Amazonia, ganadores del Alejandro Ángel Todo nació gracias a una alianza firmada en 2019 entre She Is y el Space Center de la NASA y su eje principal es la educación y empoderamiento de, inicialmente, un grupo de 31 niñas de diferentes territorios de Colombia como Putumayo, Cauca, Magdalena, Meta, Bolívar, entre otras. Los requisitos era que estuvieran en el colegio y cumplieran con los méritos para hacer parte de esta experiencia. Tienen entre 9 y 15 años y todas viven en situación vulnerable. Es por eso que el proyecto tiene como pilar fundamental cambiarles la vida, no solo durante los ocho meses que dura la experiencia, sino para siempre. “Ellas deben definir y armar su proyecto de vida desde chiquitas. Lograr que sus modelos a seguir sean cercanos. Una niña de Puerto Wilches, de Barranca o de Corinto que viva esta experiencia, ¿cómo no se va a volver un ejemplo a seguir?”, dice Nadia Sánchez, fundadora de She Is. Según explica Sánchez, otra de las razonas por las que quisieron apostarle a la niñez era para demostrarles, no solo a ellas sino también a sus papás, que los sueños sí se cumplen. El proyecto se había consolidado desde antes de la pandemia, sin embargo, en medio de la incertidumbre y zozobra, la covid-19 se convirtió en una oportunidad para robustecer mucho más el programa, además de reafirmar su objetivo en medio de tanta deserción por falta de acceso a la educación virtual. Le sugerimos: Pobreza, falta de agua y otros males que azotan la Cienága Grande de Santa Marta El plan inicial era llevar a este grupo de niñas al Space Center de la NASA en Houston, Estados Unidos, a principios de este año. No obstante, tuvieron que aplazar todo y durante estos meses las participantes se han reunido semanalmente con profesores que están en la Nasa, hablan español y las conectan con el fascinante universo de la ciencia. “El Space Center ha demostrado una voluntad y apoyo enormes. Es un programa que los conmueve y los sensibiliza, por eso le han apostado todo a Ella es Astronauta. Buscaron profesores que hablaran español y a las personas que organizan con nosotros la metodología para las niñas, etc.”, cuenta Sánchez. También hacen tareas desde sus casas y entusiasmadas envían fotos de las actividades o manualiades. Si las cosas salen bien, a finales de febrero estarían finalmente en su semana de inmersión en Houston para conocer personalmente a los astronautas, las naves que han ido a misiones espaciales y prácticamente todo lo que pasa en la Nasa.
Una semana que, además, ahora será mucho más provechosa pues llegarán con todos los conocimientos adquiridos en estos meses desde la virtualidad. “Hemos hecho maromas para pagarles los planes de celular a los papás y que las niñas se puedan conectar. La mayoría no tienen computador entonces les hemos buscado por cielo y tierra. También hemos recibido apoyo de empresas como Ecopetrol que va a poner punto de internet en las zonas donde están las niñas, lo que demuestra que esto también es un esfuerzo de lo civil, lo público y lo privado”, afirma Sánchez. El objetivo principal es brindarles educación pues, como explica su fundadora, ninguna niña en Colombia debe quedarse sin estudiar. Además, es acercarlas a carreras STEM que no siempre estudian las niñas por imaginarios de género: Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Puede leer: Un 13% de los líderes medioambientales son asesinados por su labor “Les debemos cambiar los imaginarios de género: azul para los niños y rosado para las niñas, muñecas para ellas y carros para ellos. Igual con la educación, ‘es que la niña no puede ser científica, futbolista, ni matemática’. Eso no debería ser así, entonces desde este programa nos encargamos de eliminar ese pensamiento”, explica Nadia. Y es que de cierta forma esa es la esencia de Ella es Astronauta. Esta iniciativa representa la brecha que ha marcado desde siempre la historia de la humanidad, de la mujer, de no poder estudiar o trabajar en algo porque ‘es para hombres’. En marzo arrancará la convocatoria del segundo grupo de niñas que pasarán por el mismo proceso de aprendizaje y luego visitarán las instalaciones del Space Center. Pero lo más clave de esta experiencia será al regreso de las niñas. “Llegan de la inmersión y pasan a ser multiplicadoras de Ella es Astronauta para que más niñas se incentiven, participen y así se vuelve una cadena completa”, dice la fundadora. De esta forma son un ejemplo para centenares de niñas que querrán ser como ellas pues la motivación, como dice Nadia, empieza cuando cada persona se convierte en un modelo a seguir de otros.