La danta o tapir cumple un papel importante en la conservación de bosques. Es clave para el correcto funcionamiento de su hábitat y su presencia ess un indicador de salud del lugar en donde habita.  Le recomendamos: Danta: una especie clave para recuperar las selvas degradadas Para hablar de esta especie participarán Diego Lizcano, vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Mastozoología (SCMas), y Ángela Alviz, subdirectora Científica de la Fundación Orinoquia Biodiversa, en el siguiente capítulo de Encuentro Sostenible. Estos expertos explicarán la importancia de esta especie, las características de su hábitat, los planes de conservación que existen y cómo los ciudadanos pueden aportar para proteger a este mamífero que es clave para el territorio nacional.

En el mundo existen cuatro especies de tapires o dantas: el tapir de tierras bajas (tapirus terrestris), tapir centroamericano (tapirus bairdii), tapir de montaña (tapirus pinchaque) y el tapir malayo (tapirus indicus). De estos, los tres primeros son los únicos que existen en América y Colombia tiene la fortuna de albergarlos a todos. El malayo, por su parte, habita en Malasia e Indonesia. Esta especie es familiar de los caballos y rinocerontes, lo que explica su gran tamaño, similar al de un cerdo gigante.  Su reproducción lenta, tanto así que es uno de los principales obstáculos para repoblar la especie. Aunque alcanzan la madurez sexual al año de vida, el ciclo de reproducción empieza entre los tres y cinco años. El tiempo de gestación es de 13 meses y solo tienen una cría o a veces dos pero es muy poco usual. Puede leer: El 66% de la minería aluvial de oro en Colombia es ilegal Puede llegar a medir más de dos metros y pesar cerca de 250 kilos. Como es herbívoro y nocturno, pues en el día está expuesto a los animales carnívoros, en las noches se alimenta de grandes cantidades de semillas y hierbas, las mismas que luego deposita en los bosques donde habita.

La danta es un animal en peligro por cuenta de la caza, ya sea para alimento o para tráfico ilegal, y por la destrucción de su hábitat. Foto: Ángela Alvis Al dispersar las semillas en su excremento, la danta se convierte en una aliada para los bosques porque los ayuda a regenerarse naturalmente. De hecho, un estudio realizado confirmó que los tapires incluso frecuentan más las zonas degradadas o quemadas de los bosques que las que están en buen estado. Le recomendamos: En Boyacá le apuestan al arte para promover la preservación de las aves A largo plazo, este proceso también ayuda a combatir el cambio climático porque las semillas se convierten eventualmente en árboles grandes que mantienen las reservas de carbono. Esta especie habita en selvas y bosques lluviosos, también en montañas o praderas.  Pese a su importancia, la danta es un animal en peligro por cuenta de la caza, ya sea para alimento o para tráfico ilegal, y de la destrucción de su hábitat por cuenta de la deforestación para ganadería, agricultura o acaparamiento de tierra.  ¿Cuál es su corredor biológico?, ¿Qué consecuencias puede traer su desaparición?, ¿Cómo podemos conservarlo? resuelva esta y otras preguntas en Encuentro SOStenible, este jueves desde las 6 de la tarde. Puede verlo por el Facebook de Semana Sostenible, Periscope y la página web de Semana Sostenible.