Un giro de 189 grados dio la vida de la bogotana Leidy Saavedra, una vendedora de tintos a la que un uniformado de la Policía le pateó sus termos, dejándola sin insumos para trabajar, y le colocó una multa por un monto aproximado de 250 mil de pesos, por presuntamente atentar en contra de la integridad de una patrullera.
A casi cuatro meses del episodio, que quedó registrado en una cámara de seguridad, y que fue divulgado hace unos días en redes sociales, la mujer relató a SEMANA lo que ocurrió ese sábado 7 de agosto de 2021, en la calle 42 con carrera 92, del sur de Bogotá.
“Eso fue como a las 7:30 de la mañana, cuando llegó la patrullera Daniela Perdomo y el patrullero Diego Rodríguez. Ambos me dijeron que por favor me retirara, que ya no podía trabajar más, entonces le dije que todavía tenía los termos llenos de tinto. Me insistieron que era una orden, que me retirara”, contó Saavedra, quien casi se le quiebra la voz de impotencia porque ese día perdió todas sus herramientas de trabajo, materiales y demás insumos que le ayudaban a conseguir un sustento diario.
Según aseguró la vendedora informal, todo comenzó porque previamente ella había tenido una confrontación con la patrullera Perdomo, a raíz de que la mandaba a desalojar constantemente de la zona donde se ubicaba con su puesto de tintos.
“Le rogaba que me dejara trabajar, yo le decía a la patrullera que en la zona habían más tinteras trabajando. Entonces me dijo que muy de malas, que eso me pasaba por ponerme de sapa a estar acusándola con sus superiores. Me decía que no me hiciera ilusiones, que mientras ella estuviera de turno no me iba a dejar trabajar”, dijo indignada la vendedora, que perdió el ingreso diario que tenía para pagar arriendo de vivienda y cubrir los gastos de su familia, situación que la ha llevado a vivir “arrimada” en casas de amigas.
Leidy hace una pausa para continuar su relato, el cual considera fue una agresión contra una trabajadora informal, y no como quedó registrado en el comparendo que le colocaron, por supuestamente agredir física y verbalmente a la patrullera. “Los policías escribieron que yo estaba muy alterada y grosera, y que cuando el patrullero se acerca a ponerme las esposas y se tropieza con una baldosa y me tumba los termos”, desmintió.
En el video solo se ve cuando el patrullero Rodríguez se acerca en una actitud desafiante y le patea los termos de tintos. Saavedra recordó que esa agresión la cometió el uniformado porque la mandó a recoger su puesto y ella le respondió que “solo tenía dos manos”.
Todos los productos volaron. Los termos se rompieron, se botó la leche del café. Las galletas se cayeron al piso y las gaseosas se dañaron. “Me dio dolor porque perdí todo”, lamentó. En ese momento ella salió corriendo a un Comando de Atención Inmediata (CAI) de la Policía a buscar a alguien que la ayudara.
Cuando regresó a su puesto no había nada de los productos que vendía. La gente que estaba ahí, en vez de ayudarla, se llevó todo lo que quedó regado en el piso, hasta las galletas mojadas y todas las cajetillas de cigarrillos, no le quedó ni uno. “Lo más caro son los cigarrillos, ese día invertí como 130 mil pesos solo en eso”, recordó.
Un sargento de la Policía que la acompañó llamó por radio a los dos patrulleros involucrados, y ellos solo se limitaron a responder que le habían levantado un comparendo a la mujer por irrespeto a la autoridad.
“Lo que más me duele y me da rabia es que todo fue por culpa de la patrullera que no me quería dejar trabajar. Ella sigue activa en la Policía, solamente le dieron seis días de sanción y luego la premiaron trasladándola a San Andrés”, denunció Saavedra a la vez que reconoce que el único que la ha ayudado es el coronel Simón Cornejo, quien al verla desconsolada le dijo: “mi señora no llore más, de mi parte le voy a colaborar con los termos para que vuelva a trabajar”.
El general Jorge Eliecer Camacho, comandante de la Policía de Bogotá, declaró hace unos días a los medios de comunicación que ya le bajaron los comparendos del sistema de la Policía, y que ya no tenía nada qué pagar. Sin embargo, la vendedora de tintos denunció que el comparendo aún está todavía activo.
Leidy Saveedra afirmó que hasta el momento no ha recibido el acompañamiento para quitarle el comparendo, que le prometieron las autoridades policiales. Solo le dijeron que le van a dar unas donaciones de ropa y zapatos para ella y sus niños. “Dijeron que me amoblaron el apartamento, solo me dieron una base cama y un colchón de segunda mano. Desmiento que me dieron mercado para un mes. Todo eso me tiene indignada y furiosa”, dijo la mujer que prácticamente quedará en la calle en unos días.