Una pareja homosexual sentó un precedente en el departamento del Atlántico. Este miércoles, el Juzgado Primero Civil de Soledad falló a favor de dos jóvenes que denunciaron haber sido víctimas de hostigamiento y discriminación debido a su orientación sexual por personal de vigilancia en un centro comercial.

Esta instancia civil reconoció que fueron vulnerados los derechos de la pareja a la dignidad, el libre desarrollo de la personalidad, la igualdad y la no discriminación.

Según el fallo, el juzgado ordenó que el centro comercial Nuestro Atlántico y la empresa de seguridad privada Vipers, “en adelante se abstengan de realizar actos como los narrados en esta acción y adopten mecanismos efectivos y eficaces para manejar situaciones por discriminación sexual o de cualquier otra índole que se llegasen a presentar en el futuro”.

Asimismo, se exige a la empresa de vigilancia que adopte las medidas adecuadas y necesarias para evitar que sus empleados vuelvan a cometer actos de discriminación a causa de la orientación sexual de las personas.

El pasado mes de septiembre, Esteban Gallardo, estudiante del programa de Sociología de la Universidad del Atlántico, denunció ante los medios y en el Juzgado Primero Civil de Soledad que mientras se encontraba con su pareja sentimental en la cafetería del centro comercial, fueron abordados por el personal de vigilancia, que les solicitó que abandonaran el lugar porque “las demostraciones de cariño estaban prohibidas”.

Según la denuncia de Gallardo, representado por el equipo jurídico de la organización Caribe Afirmativo, no era la primera vez que lo discriminaban por su orientación sexual en ese centro comercial.

Gallardo dejó plasmado en la tutela que el pasado 25 de agosto, mientras compartía con su novio, un trabajador de la misma empresa de vigilancia los obligó a retirarse del establecimiento bajo el argumento homofóbico de que “las personas se sienten incómodas con su presencia y sus actos”.

“Nos sentimos discriminados porque no estábamos haciendo nada malo. Simplemente nos disponíamos a comer, en medio de risas y algunos besos. Pero una pareja heterosexual, que estaba justo diagonal a nosotros, también se encontraba haciendo lo mismo y a ellos no les dijeron nada. Solo nos sacaron a nosotros”, declaró el joven de 24 años a RCN Radio en septiembre pasado.

Ante los reclamos que los afectados les hicieron a los vigilantes, estos se alteraron más, los empujaron y les dijeron frases ofensivas.

Desde que este caso se hizo público, la organización prodefensa de los derechos de la comunidad LGTBIQ+ Caribe Afirmativo le ha brindado acompañamiento jurídico y atención psicosocial a la pareja afectada.

Argumentan que existe un patrón de discriminación y violencia en espacios públicos y de manera particular en los centros comerciales, “ya que estos hechos se han presentando de forma reiterativa”, según Caribe Afirmativo.

Aseguran los defensores de la población LGTBI que en cinco de ellos se han encontrado responsables a las empresas que prestan seguridad y se les ha pedido activar procesos de formación y capacitación en derechos humanos y, finalmente en todos los casos se ha pedido a las autoridades de los centros comerciales por el tipo de servicio que prestan abierto al público, e casos, la Corte Constitucional ha emitido sentencias sentando el precedente discriminatorio y exigiendo acciones contundentes para las garantías de no repetición. Asimismo, refieren que en cuatro de estos casos se ha solicitado a los centros comerciales actos de disculpas públicas a las personas afectadas.

Aseguran los defensores de la población LGTBI que en cinco de ellos se han encontrado responsables a las empresas que prestan seguridad y se les ha pedido activar procesos de formación y capacitación en derechos humanos y, finalmente, en todos los casos se ha pedido a las autoridades de los centros comerciales por el tipo de servicio que prestan abierto al público garantizar el reconocimiento de los derechos LGBTI.

Finalmente, Caribe Afirmativo exhorta a que se cumplan las medidas del Juzgado Primero Civil de Soledad en cada uno de los centros comerciales del Atlántico y del país. Además invitan a sumarse a actividades preventivas, educativas y de cultura ciudadana por la Superintendencia y de las autoridades locales. “No podemos seguir reaccionando solo cuando ocurren los casos que seguirán siendo cotidianos, si no se toman medidas transformadoras en la apropiación y el uso de los centros comerciales que combinan acciones público privadas y por ende deben ser garantes de derechos y libertades”, apuntan.