Las ballenas francas (Eubalaena japónica) se encuentran en peligro de extinción producto de su incesante caza. Esta fue una de las razones que motivó a un equipo de investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) a hacerle un seguimiento especial.  Durante ocho años, en cinco lugares del Mar de Bering, frente a la costa Suroeste de Alaska, al Norte del continente americano, los científicos se dieron a la tarea de utilizar grabadores acústicos para capturar por primera vez las canciones de esta especie de cetáceo.  Le puede interesar: Las ballenas grises se están muriendo de hambre Cuatro canciones distintas fueron identificadas. Los biólogos las clasificaron como un llamado bajo el agua con patrones de sonidos repetidos. De hecho, afirmaron que se podría tratar de un llamado de apareamiento de un solitario mamífero. 

"Fue genial obtener finalmente la confirmación de que se trataba de una de estas ballenas francas, y era un macho el que estaba cantando. De trata de una serie de sonidos que se reproducen de una manera estereotipada y regular que se repite una y otra vez", indicó Jessica Crance, bióloga marina de Fisheries.  La experta afirmó en un artículo para el Journal of Acoustical Society of America que para que una sucesión de sonidos pueda ser considerada como canción, estos deben contener una serie de unidades rítmicas producidas de manera consistente para formar patrones claramente reconocibles.  Le sugerimos: Ecologistas se oponen a la "cárcel de ballenas" "En tres de los cuatro tipos de canciones, fueron acompañados por otros sonidos, como gemidos o sonidos pulsantes", dijo la experta, quien agregó que cada canción contenía una a tres frases repetidas. "A veces las ballenas cantaban un dueto al mismo tiempo, pero siempre diferentes canciones", apuntó.  La investigación también reveló que las ballenas que estaban en lugares remotos cantaban la misma canción el mismo día. La ballena franca alcanza una longitud de 20 a 21 metros y pesa hasta 135 toneladas. En primavera, verano y otoño, se alimenta en las aguas del mar de Bering y las islas japonesas de Bonin. En invierno, las hembras migran hacia el sur.