La inseguridad en Bogotá se ha adueñado de los principales titulares en los medios de comunicación. Casos de fleteo, robos en restaurantes y amenazas dentro de vehículos a plena luz del día son ahora más comunes.
Aunque todos los objetos personales son importantes, hay algunos que son indispensables en la vida cotidiana y a través de los cuales los ladrones pueden dejar a las víctimas sin recursos: las tarjetas de débito y crédito.
Estos pequeños plásticos son cada vez más utilizados en el país, pues con la llegada de la pandemia del coronavirus los pagos sin contacto se volvieron tendencia y la posibilidad de hacer diferentes compras sin el uso de efectivo brindan no solo mayor higiene, sino seguridad al momento de salir a la calle.
Sin embargo, la pérdida o robo de estos elementos acarrea una serie de responsabilidades y actos inmediatos que no se deben dejar pasar, pues la información financiera es única y esto hace que la persona sea la responsable de la guardia y custodia de dichas tarjetas o plásticos.
La página oficial del BBVA les recomienda a las personas memorizar el Número de Identificación Personal (NIP) que se aloja en las tarjetas y, al ser el único responsable de este, es clave no revelarlo a nadie, ni traerlo anotado en algún papel. Asimismo, no se recomienda utilizar fechas de nacimiento para las claves o contraseñas, pues en caso de robo será fácil para los delincuentes descifrar el número y realizar retiros o compras que afectarán las finanzas personales.
Si la persona pierde las tarjetas en medio de un viaje, es importante guardar todos los recibos de compras ante una futura aclaración con las autoridades o la entidad financiera de algunos gastos que algún tercero pudo realizar con estos documentos.
“Si se recibe algún mensaje de texto al celular o llamada por parte de algún operador telefónico, por ningún motivo se debe proporcionar el número de tarjeta, fecha de vencimiento, dígitos que aparecen junto a la firma en la parte posterior de la tarjeta (mejor conocido como CVV), ni, por supuesto, el NIP”, destaca el BBVA en su blog.
Los usuarios bancarios no solo deben tomar acciones de seguridad en caso de un hurto o pérdida de las pertenencias, también es clave protegerse frente a los fraudes, siendo los más comunes en los que se clonan los datos de las tarjetas y sin la necesidad de perder el plástico.
El banco Scotiabank Colpatria señala que esta práctica se conoce como ‘skimming’ y consiste en copiar la información de la banda magnética de la tarjeta a través de dispositivos de clonación muy pequeños o tableros de números falsos.
Además, es usual que también se use una cámara para grabar la clave, práctica empleada en cajeros automáticos o al momento de realizar una compra en un establecimiento a través de un datáfono.
Estas son las recomendaciones de esta entidad financiera para protegerse del ‘skimming’:
- Antes de usar un cajero electrónico se debe verificar que no haya ningún aparato o dispositivo extraño en el lector de tarjetas, en el teclado numérico o en la parte superior de la pantalla.
- Si se detecta alguna anomalía en un cajero electrónico, informar de inmediato al banco o a la línea de emergencias 123.
- Nunca perder de vista las tarjetas cuando se realice una compra y al momento de recibir la tarjeta verificar los datos.
- Nunca aceptar ayuda de extraños al realizar transacciones en cajeros automáticos.
- Proteger y ocultar la clave mientras esta es digitada.
- Cuando haya un viaje, notificar al banco para que este pueda monitorear todas las transacciones de la tarjeta de crédito.
- Cuando se actualice el plástico de la tarjeta, pasar un imán por la cinta magnética del plástico viejo y destruirlo en pequeños trozos.