La Nasa se encuentra vigilando atentamente los asteroides que podrían poner en peligro a la Tierra, pues están intentando analizar muy profundamente el sistema solar primitivo para saber más sobre sus órbitas, ya que este tipo de piedras podría suponer un riesgo futuro.

En las últimas semanas se conoció que una nave espacial de la Nasa se estrellará deliberadamente contra un asteroide para desviar su trayectoria. Descrita como una “defensa planetaria”, esta misión debería preparar a la humanidad en caso de una amenaza de impacto.

Aunque la hazaña parece de película, la agencia espacial estadounidense está llevando a cabo un experimento muy real. Por ahora, no se conoce ningún asteroide de gran tamaño que esté en curso de colisión, pero la idea es tener un plan de contingencia en caso tal de que esa posibilidad se presente.

Sobre el tema, la Nasa señaló este martes que en los próximos 100 años no habrá riesgo alguno para que la Tierra tenga problemas con un asteroide.

Así lo señaló el ingeniero de software en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins Luis Rodríguez, encargado de las cámaras frontales de DART, para diferentes agencias: “No se conoce ningún asteroide que nos vaya a impactar en un siglo”, no obstante, no descartó la importancia de estar preparados en caso tal de que esas estadísticas cambien.

Justamente, por ese motivo, la institución decidió lanzar DART (Double Asteroid Redirection Test) es un experimento que despegará a la 1:20 a. m. a bordo de un cohete SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California. “Todos los sistemas, así como el clima, lucen bien para el lanzamiento del Falcon 9 esta noche”, tuiteó la compañía de Elon Musk.

Su objetivo es Dimorphos, una “luna” de unos 160 metros (dos estatuas de la libertad) de ancho, que rodea a un asteroide mucho mayor llamado Didymos (780 metros de diámetro). Juntos, forman un sistema que orbita en torno del Sol.

El impacto debería producirse en el otoño boreal de 2022, cuando el par de rocas se encuentren a 11 millones de kilómetros de la Tierra, el punto más cercano al que pueden llegar.

“Lo que estamos tratando de aprender es cómo desviar una amenaza”, dijo el principal científico de la Nasa, Thomas Zuburchen, en una teleconferencia con la prensa sobre el proyecto de 330 millones de dólares y el primero de este tipo.

Los asteroides pertenecen a una clase de cuerpos conocidos como Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs, en inglés). Estos son asteroides y cometas que se acercan a menos de 50 millones de kilómetros de nuestro planeta.

La Oficina de Coordinación de la Defensa Planetaria de la NASA está más interesada en los cuerpos que tienen un tamaño superior a los 140 metros, puesto que éstos tienen el potencial de arrasar ciudades o regiones enteras con una energía varias veces superior a la de las bombas nucleares normales.

Se conocen 10.000 asteroides cercanos a la Tierra de un tamaño de 140 metros o más, pero ninguno tiene una posibilidad significativa de impactar en los próximos 100 años. Pero -una advertencia importante- se estima que hasta la fecha sólo se ha encontrado un 40 % de esos asteroides.

*Con información de la AFP.