Si bien el coronavirus cambió la vida de muchas personas a lo largo y ancho de este mundo, también fue la oportunidad para que otras encontraran nuevos rumbos para sus vidas.
Tal es el caso de los Bosze, una familia originaria de Budakeszi, una ciudad pequeña ubicada en Budapest (Hungría), que con la llegada de la pandemia decidió emprender una aventura sobre el mar.
Domonkos y su esposa Anna ya venían planeando dejar sus vidas en la ciudad para cambiar por algo más aventurero. Una de las pasiones que los unió desde jóvenes fue la navegación y de hecho en 2009 hicieron un viaje juntos por el mar Mediterráneo.
Pareciera que la pandemia del coronavirus fue la excusa perfecta para que Domonkos y Anna se aventuraran a la travesía de sus vidas. En junio de 2020, y con Europa sufriendo los estragos del coronavirus, decidieron zarpar desde un puerto de Croacia y desde entonces han estado navegando por el mar.
Los Bosze tienen un blog llamado “Sailing Teatime” que hace honor a la costumbre familiar de tomar el té y conversar. La familia también tiene cuentas de Facebook e Instagram en donde cuentan y dan a conocer sus experiencias en las aguas del mundo.
Domonkos y Anna tienen dos hijas, Katalin y Boróka, de ocho y seis años, respectivamente, quienes son sus principales acompañantes en esta aventura del velero. Anna explicó que las niñas asisten a clases de manera remota desde altamar.
De igual manera, Domonkos instaló una oficina al interior del barco para dedicar tiempo a su negocio de tecnologías de la información. Por su parte, Anna ayuda a sus hijas con el estudio y a su esposo en la dirección de la embarcación.
¿Cómo sobreviven?
Los alimentos no son una preocupación para los Bosze, pues tienen provisiones suficientes para estar en altamar, provisiones que recargan de vez en cuando al momento de tocar nuevos puertos en distintos países.
Además, esta familia húngara se volvió experta en el arte de la pesca, por lo que la falta de alimentos no es un problema para ellos.
“Para mí es una experiencia fantástica poder pasar mucho más tiempo con mis hijas, en lugar de llegar tarde a casa del trabajo totalmente agotado”, dijo Domonkos Bosze.
Momentos peligrosos
Si bien estar en un velero en medio del mar y del océano parece un sueño para muchos, los Bosze han tenido momentos difíciles que casi convierten su viaje en una pesadilla.
La familia relata que en una ocasión, en mitad del océano Atlántico, tuvieron que sufrir una tormenta que duró seis horas. Afortunadamente, ningún miembro de la familia se vio lastimado, pero recuerdan el hecho como un momento que no quisieran repetir.
Siguen cuidándose de la pandemia
A pesar de estar en altamar, el coronavirus sigue siendo una amenaza latente, razón por la cual los Bosze toman todas las medidas de bioseguridad necesarias al momento de tocar puertos o interactuar con otras personas.
De ser necesario, la familia se toma pruebas del coronavirus o se aíslan en caso tal de que algún miembro presente síntomas, con el objetivo no solo de cuidar su salud, sino también las de las personas con las que interactúan de vez en cuando.
En la actualidad, los Bosze están anclados en una isla caribeña de San Martín llamada Marigot, esperando navegar hacia el canal de Panamá.
Aunque en un comienzo la idea de estar en altamar era para escapar de la pandemia, esta familia húngara le encontró amor y cariño a su travesía y aún no saben hasta cuándo durarán en su aventura.