La colombiana y primatóloga Ángela Maldonado recibió en días pasados el premio Buffet, por parte de National Geographic. Un galardón en el que esta organización reconoce el trabajo de quienes han “liderado iniciativas con el objetivo de proteger a nuestro planeta para las generaciones futuras y personifican la misión de National Geographic Society”, como expone el comunicado en el que National Geografic anuncia la noticia. Puede leer: Campesinos cuidarán más de 220.000 hectáreas de bosques de Caquetá y Guaviare A raíz de esto, la revista Semana Sostenible publicó el artículo La colombiana que dedica su vida a la conservación del Amazonas, en el que habla sobre el trabajo de Maldonado a lo largo de los años, los proyectos de su fundación Entópika y, por supuesto, el galardón que recibió. La primatóloga llamó la atención sobre el tráfico de los monos nocturnos aotus nancymaae en la frontera de Colombia y Perú, pues según afirmó en el artículo publicado, son usados para pruebas de la vacuna contra la malaria de las que ella ha señalado como responsable a la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC), de Manuel Elkin Patarroyo. Por cuenta de dichas acusaciones el médico Manuel Elkin Patarroyo envió una carta a Semana Sostenible en la que consideró pertinente aclarar que “ni contra la FIDIC, ni contra Manuel Elkin Patarroyo hay fallo judicial o decisiones administrativas en contra por los cargos de caza o tráfico de animales, ni por el uso indebido de monos en nuestras investigaciones científicas. Contrario a lo que falsa, temeraria y sistemáticamente aún quiere demostrar la señora Maldonado, respetamos rigurosamente todas las leyes, procesos y protocolos en nuestro trabajo diario en pro de la salud y el bienestar de los colombianos y de la humanidad”, expone el médico colombiano. De igual forma, Patarroyo se refirió al comunicado de National Geographic, citado en la nota de Semana Sostenible, en el que aseguran que Maldonado recibió el premio “por su liderazgo en la Conservación en Latinoamérica, reconociendo su dedicación a reducir la trata ilegal de animales salvajes en la región amazónica de Colombia y de Perú. Sus iniciativas tuvieron como resultado la prohibición de la caza de monos nocturnos y dio lugar a que se llevara a cabo una investigación abierta de este mercado ilegal, lo que redujo drásticamente el tráfico de estos monos que se capturan y venden para su uso en experimentos de laboratorio". Le puede interesar: Los gobiernos no hacen lo suficiente para proteger a los defensores de derechos Frente a esto, el médico inmunólogo aseguró que es falso que el trabajo de la primatóloga haya conducido a la prohibición de la caza de estos primates. “Maldonado usa malintencionadamente las palabras. Al referirse a caza está implicando la muerte del animal, lo cual es absurdo para la FIDIC, pues los monos deben ser capturados vivos en excelentes condiciones generales para poder adelantar nuestros estudios”. A su vez, el científico afirmó que “no hay evidencias de que las investigaciones de Maldonado y su fundación Entrópika hayan logrado la reducción del tráfico de monos. Otra cosa es que trate de disfrazar que mediante sus histriónicas intervenciones mediáticas y sus temerarias acciones legales contra la FIDIC frenaron nuestro trabajo durante cinco años sobre el desarrollo de la vacuna contra la malaria de enorme repercusión para el bienestar de la humanidad, cuando se nos detuvo el permiso para continuar investigaciones con los aotus” explica Patarroyo en la carta. Por otro lado, el comunicado del médico colombiano, se refiere a las acusaciones de Ángela Maldonado contra la autoridad ambiental. En la nota publicada por Semana Sostenible, la primatóloga aseguró que en sus investigaciones determinaron que a las comunidades les pagaban por extraer los primates de la selva, a lo cual accedían por no tener ingresos. Además, expuso que los resultados demostraron que el 60 por ciento de los animales vendidos al laboratorio venían de Perú, comunidades con las cuales, según la primatóloga, empezó a trabajar desde 2009 para cambiar esta práctica. Maldonado aseguró en la nota que, aunque ella expuso estos datos a la autoridades, “estas no hicieron nada”, por lo cual instauró una acción popular a la que se refiere Patarroyo citado anteriormente. En cuanto a esto, el médico colombiano afirmó que “desde 1993, cuando fue creado el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la legislación colombiana prohíbe la caza y nosotros, como fundación, respaldamos y defendemos estos preceptos porque estamos totalmente en contra de prácticas salvajes”. Le sugerimos: Defensores ambientales: entre la presión y el silencio En cuanto a la normatividad y el trabajo las autoridades en territorio amazónico, agregó que es distinto “la captura técnica y reglamentada que adelantan las comunidades indígenas, amparadas por la Ley, en especial por el Decreto 1076 de 2015, que son vigilados y seguidos de forma estricta por Corpoamazonia y cuya estigmatización por parte de la señora Maldonado y su fundación la han llevado a ser considerada una persona non grata por las comunidades indígenas del trapecio amazónico y colombiano”. De otro lado, Maldonado aseguró a Semana Sostenible que Entrópika había ganado la acción judicial, pero que “de un par de comunidades el laboratorio sigue usando los animales", explicó la colombiana. El médico Patarroyo, sin embargo, afirma en su carta que “en 2014 la Sección cuarta del Consejo de Estado, basada en los estudios por ADN del Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia, desmintió totalmente las acusaciones que Maldonado sembró en Colombia y en muchas partes del mundo en contra nuestra, por el contrario amparó nuestros derechos para seguir adelante con nuestras investigaciones”, concluye.