Al menos once personas murieron este martes en Irak en un ataque atribuido a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) contra un pueblo en el este del país, informaron dos fuentes de seguridad.

El ataque se produjo en la localidad de Al Rashad, en la provincia de Diyala, y causó “11 muertos y 13 heridos”, precisó una fuente de seguridad de la provincia. Una segunda fuente, mencionando la presencia de civiles entre las víctimas, señaló que el ataque fue perpetrado con armas ligeras en este pueblo donde viven numerosos miembros de las fuerzas de seguridad.

El sector fue cerrado y se enviaron refuerzos para operaciones de rastreo, según la primera fuente.

Los habitantes del pueblo son principalmente de la tribu de Bani Tamim, a la que pertenece el gobernador de la provincia, coincidieron ambas fuentes.

Tras una ofensiva fulgurante en 2014 en Irak y Siria, y la conquista de extensos territorios, el EI y su “califato” tambalearon en ambos países.

Irak proclamó su victoria contra los yihadistas a finales de 2017 y en Siria, el EI cayó en 2019.

Sin embargo, los yihadistas siguen siendo una amenaza y continúan perpetrando ataques en los dos países.

Las autoridades iraquíes aún no han hecho una declaración oficial sobre el incidente.

Ataques recientes

En Afganistán, el grupo militante Estado Islámico se responsabilizó de una explosión que derribó el tendido eléctrico y dejó a la capital de este país y varias zonas adyacentes a oscuras.

El apagón del jueves fue un nuevo golpe a los esfuerzos de los talibanes por estabilizar Afganistán, a dos meses de su ascenso al poder.

“Una explosión destruyó un poste eléctrico en la zona de Qala Murad Beg, en la región de Kabul, y cortó una línea eléctrica de 220 kV. Por este motivo, se interrumpió el suministro en Kabul y en otras regiones”, informó la compañía en un comunicado.

En un comunicado divulgado por sus redes en la aplicación Telegram, el Estado Islámico-Khorosan (EI-K) dijo que “los soldados del califato detonaron una bomba en una torre de electricidad en Kabul”.

La explosión afectó una línea de alta tensión que distribuye electricidad importada a Kabul y otras provincias.

El apagón se dio a conocer pocos días después de que el grupo se atribuyera el ataque suicida en una de las mezquitas chiita de la ciudad de Kandahar, ubicada en el sur de Afganistán, en el que murieron al menos 41 personas y decenas resultaron heridas.

Mediante un comunicado de prensa publicado en sus canales de Telegram, el grupo explicó que fueron dos yihadistas los que hicieron detonar las bombas en partes distintas del edificio religioso, mientras los fieles participaban en una concurrida oración.

“El primer suicida detonó su chaleco de explosivos en un corredor de la mezquita, mientras que el segundo detonó su chaleco en el centro de la edificación”, señaló el grupo extremista en el documento.

Desde su llegada al poder el pasado 15 de agosto, los talibanes han enfrentado una ola de atentados perpetrados por el Estado Islámico, que también ha apuntado fuertemente en contra de la minoría chiita afgana.

Los chiitas, que están en medio de las disputas de los dos grupos extremistas, representan entre el 15 % de la población afgana (40 millones de habitantes en total). Asimismo, muchos de ellos son ‘hazaras’, un grupo étnico que ha sido perseguido por décadas en esa nación.

*Noticia en desarrollo y con información de la AFP.