Los humedales siguen su batalla contra la contaminación. Este lunes la gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), Cristina Arango, presentó un nuevo salvavidas para los cuerpos hídricos de la ciudad. Se trata del programa Legalidad por el Agua, que pretende proteger los humedales, ríos y canales que están contaminados por los vertimientos de aguas negras, generados por las llamadas conexiones erradas. Esto es cuando las obras de infraestructura de la ciudad desvían las aguas negras por los canales de aguas lluvias, llevando una alta carga de materia orgánica a los cuerpos de agua. Le puede interesar: Mejoró calidad del agua en un tramo del río Bogotá durante la cuarentena Otro tipo de conexión errada ocurre cuando las aguas lluvias que sí deberían llegar a los cuerpos de agua, entran al sistema de alcantarillado. Esto aumenta el caudal y diluye la concentración de materia orgánica, lo que hace más difícil su tratamiento. "Es muy importante que las nuevas edificaciones se conecten a la red sanitaria y no a la pluvial, y para hacerlo es importante dirigirse a la EAAB para saber exactamente dónde están las conexiones", explicó Cristina Arango. En Bogotá han identificado 2.500 conexiones erradas que contaminan las aguas, afectan ecosistema y por supuesto, provocan malos olores. De estas, la EAAB priorizará en estos cuatro años unas 1.500 conexiones que son las más riesgosas para la capital. Una de ellas es la intervención en la quebrada Chiguaza, afluente del río Tunjuelo, del que ya han eliminado 147 conexiones erradas de alcantarillado, las cuales afectan a las localidades de San Cristóbal y Tunjuelito. La obra que está alrededor de los 5.000 millones de pesos, podrá beneficiar, además, al humedal El Tunjo, ubicado en Ciudad Bolívar. Le recomendamos: Descubra la historia y biodiversidad del río Bogotá “Esta obra que realizamos en la cuenca del río Tunjuelo, representa el esfuerzo que hace la empresa por cuidar y proteger los cuerpos de agua en diferentes puntos, en donde todas las aguas servidas de las casas y comercio que anteriormente eran arrojadas a los ríos, quebradas y humedales, son cerradas y llevadas a la red de alcantarillado sanitario que tiene el acueducto”, explicó Cristina Arango.
La EAAB empezó la obra en la vereda Chiguaza para restaurar las conexiones erradas que afectan el río Tunjuelito y el humedal El Tunjo. Foto: EAAB. Con el fin de ejecutar este programa para intervenir y corregir las conexiones erradas en los próximos cuatro años, destinaron 112.499 millones de pesos. Estas obras hacen parte del Plan de Identificación y Corrección de Conexiones Erradas (PICCE) que busca reducir, mitigar y prevenir la contaminación en los cuerpos de agua de la ciudad. A su vez, Arango afirmó que trabajará con las autoridades ambientales, la comunidad y los organismos de control para evitar que este tipo de conexiones sigan presentándose y aumentando. “Hago un llamado a los bogotanos para que podamos seguir identificando estas conexiones improvisadas e ilegales, las cerremos totalmente y recuperemos la calidad del agua que merecen nuestros ríos, quebradas y humedales”, expresó la gerente. Un problema de larga data La apuesta es una buena noticia para la ciudad. Además de ayudar a la salud pública de los ciudadanos, también podrá ayudar a evitar deslizamientos y derrumbes por este tipo de conexiones mal hechas. Puede leer: Humedales de Colombia continúan en ‘cuidados intensivos‘ En cuanto a los cuerpos hídricos, es a su vez un avance importante. Sin embargo, aún falta un largo camino por recorrer pues ya son muchos los humedales, ríos y canales que están luchando contra los embates que dejan este tipo de conexiones mal hechas. Lo más lamentable de todo esto es que la gran mayoría de estas no las hacen por desconocimiento, sino que por un tema de costos y beneficios los constructores optan por conectar sus vertimientos a la red de aguas lluvias en lugar de hacerlo a las negras, como debería ser. En otras palabras, las obras de infraestructura, especialmente en el norte de la ciudad, están creando un canal de conexión directa que lleva aguas contaminadas a los humedales, ríos y canales de la ciudad. Este tipo de prácticas acaban con la vida que albergan los humedales, y matan de a pocos la biodiversidad que aún permanece en algunos de ellos. El curso normal de las cosas es que estos cuerpos hídricos se recarguen con aguas lluvias, a través de escorrentías o aguas subterráneas. Un ejemplo de ello es el humedal de Córdoba, en la localidad de Suba, uno de los más afectados por las conexiones erradas de las construcciones a su alrededor. En contexto: Indignación por inicio de obras en el humedal Córdoba El PICCE es un buen comienzo, pero existe el riesgo de que mientras están arreglando unas conexiones erradas, se están construyendo varias más. Hasta que no se cree conciencia de las consecuencias de estas conexiones erradas, probablemente sigan apareciendo. Las sanciones, por su parte, tampoco han tenido mayor efecto. Identificar quienes hicieron las conexiones erradas, cuándo y por qué, es casi imposible pues son subterráneas. La Secretaría de Ambiente ha sancionado a algunos constructores luego de que la EAAB reporta el caso, pero el problema de fondo no se corrige pues mientras eso pasa construyen más conexiones erradas. * Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.