La jueza de control de garantías de Cúcuta, Vivian Polanía Franco, suspendida por la Comisión Seccional de Disciplina Judicial de Norte de Santander y Arauca, reconoció que ha atravesado por días difíciles tras ser epicentro de un nuevo escándalo por aparecer, durante una audiencia, en la cama, con cigarrillo en mano y sin la toga.
Tras esos hechos, se abrió una investigación y mientras se avanza en la misma, deberá permanecer al margen de su despacho de acuerdo con el fallo de 16 páginas que hecho público este martes.
Para el organismo, que es el encargado de investigar disciplinariamente la conducta de los funcionarios y empleados de la Rama Judicial y los abogados en el ejercicio de su profesión, es cuestionable la actitud y aptitud que tuvo la mencionada jueza durante la diligencia, prendiendo su cámara cuando en la audiencia habían pasado 57 minutos.
La Comisión, igualmente, no atendió las observaciones hechas por los otros sujetos procesales. Por esto se considera que la medida es necesaria para evitar que la “funcionaria judicial incurra en una reiteración de la conducta”.
Tras conocerse esta decisión, la jueza Polanía publicó a través de su cuenta en la red social Instagram un sencillo mensaje en el que agradece a las personas que la han respaldado en la actual coyuntura.
“Gracias por todo el amor que me han dado en estos días tan difíciles!!”, escribió la jurista, en un texto acompañado con una fotografía en la que viste con un traje blanco largo y utilizando unas gafas oscuras.
Esta investigación es diferente a la que se adelanta, de manera simultánea, a la queja disciplinaria instaurada por el procurador 88 judicial II Penal de Cúcuta.
El Ministerio Público consideró que la funcionaria habría incurrido en una falta disciplinaria “por presidir una audiencia pública sin cumplir las disposiciones sobre el uso de la toga y atención respetuosa hacia las partes procesales que deben observar los jueces de la República”.
Para ese despacho, la actitud de la juez “menoscaba la majestuosidad y dignidad de la administración de justicia”.
Igualmente, señaló que para ese organismo de control es “de suma importancia que los distintos funcionarios encargados de la administración de justicia muestren ante la ciudadanía un comportamiento ejemplar y acorde con su investidura, más aún cuando está decidiendo sobre uno de sus derechos fundamentales, como es la libertad”.
La jueza Polanía Franco es abogada de la Universidad Católica. Es especialista en derecho constitucional y candidata a magister en derechos humanos. Así mismo, ha trabajado en el Tribunal Superior de Bogotá, Consejo Seccional de la Judicatura en Bogotá y en el juzgado 24 penal.
No es la primera vez que la juez genera controversia, ya que a través de redes sociales ha publicado imágenes y videos que se han con vertido en virales.
En parte de ese contenido, ella muestra con orgullo su escultural figura. Algunos cibernautas consideran que es inapropiado por el cargo que ella ostenta, mientras que para otros hace parte de su vida personal.
En una entrevista en Vicky en Semana, la jueza Polanía, quien tiene 32 años, dijo que cada quien era sexy a su manera y, que además, le gustan los tatuajes y los piercings.
“Cuando llegué a Cúcuta yo me ponía shorts y camisetas, así es el look que más me gusta. Posteriormente yo conozco el CrossFit y practicándolo el cuerpo cogió otra forma”, explicó.
Narró que inicialmente llegó a Cúcuta en condición de provisionalidad como juez primera penal del circuito y con el pasar del tiempo, algunas amistades le empezaron a manifestar que existían molestias entre algunas personas que hacían parte de su círculo laboral, por sus piernas. De acuerdo con Polanía, teniendo en cuenta las altas temperaturas en esa ciudad, no soportaba ponerse pantalones, por lo que recurría a otro tipo de vestimenta.
“Obtuve unos cambios en mi cuerpo que además son disciplina y me enamoré de este deporte (CrossFit). Obviamente uno cambia, me ponía vestidos, fue más la molestia. La gente que me quería me decía ‘doctora, que sus fotos’, noo, yo que pena con ustedes. Lo intenté, de verdad comprándome vestidos acorde a lo que la gente quería en palacio. ¡Ayy, no resistí!”, explicó.
De acuerdo con Polanía, aunque intentó vestirse con vestidos largos, elegantes, también se le convirtió en un problema, ya que le decían que se veía muy sexy y bonita, por lo que le mandaron a decir que debía andar con toga.
“Me cansé de darle gusto a las personas por encima de mi tranquilidad. En el Palacio de Justicia no hay salas suficientes para hacer las audiencias y yo tengo una cantidad de trabajo impresionante, las hago en mis despachos, y se me enredaban los vestidos en la silla. Vestidos que valían un montón de plata”, señaló.