El 26 de abril, alrededor del mundo, se hace homenaje a las contribuciones de los pilotos para transportar de forma segura a millones de personas en todo el mundo. Para un piloto, la sensación de volar es única; desde que los hermanos Wright surcaron los cielos por primera vez en 1903.
Para Carlos Arroyave, piloto de la American Airlines, su experiencia comenzó hace 24 años y medio, en octubre de 1999, cuando entró como ingeniero de vuelo en el 727. Su motivación para convertirse en piloto —cuenta— comenzó en la infancia.
“Recuerdo claramente el impacto que me causó visitar un aeropuerto cuando era niño, y desde entonces supe que quería trabajar en ese ambiente”, relata.
En ese entonces, un cuñado de Arroyave tomaba clases de aviación en Londres, y esa experiencia también lo deslumbró. Tiempo después, el hoy piloto realizó un vuelo de descubrimiento. “Supe que ser piloto era mi sueño y mi pasión”, cuenta.
Desde entonces, se esforzó por cumplir ese objetivo, trabajar para obtener sus licencias y completar su formación como piloto.
¿Cuáles han sido sus anécdotas más interesantes en su carrera como piloto? Cuenta que a lo largo de sus años como piloto ha vivido muchas, desde experiencias en vuelo hasta momentos memorables con pasajeros y colegas. “He tenido la oportunidad de volar a diferentes destinos alrededor del mundo, lo que ha enriquecido mi experiencia y me ha permitido conocer culturas y lugares”, dice.
Algunas muy gratificantes, al tiempo que desafiantes. En 2021, por ejemplo, asumió el cargo de jefe de pilotos en la base de Miami, una posición que le dio la oportunidad de liderar y trabajar en colaboración con otros pilotos, de enfrentar nuevos desafíos y responsabilidades, así como de poder contribuir al éxito y la eficiencia de la operación de la aerolínea.
Por eso, Arroyave resalta que su trayectoria como piloto ha sido una combinación de “trabajo duro, dedicación y oportunidades que han surgido a lo largo de los años”.
Considera, por ejemplo, que desde sus primeros días como ingeniero de vuelo en el 727 hasta su posición actual como instructor y evaluador, ha avanzado gracias a su pasión y compromiso con la excelencia profesional.
A la vez, no puede dejar de lado el hecho de que ha tenido que hacer sacrificios: “Especialmente en términos de horarios de trabajo y tiempo lejos de mi familia. Desde trabajar horas no tradicionales hasta a veces perderme ocasiones especiales como Navidad y cumpleaños, los pilotos debemos estar dispuestos a hacer sacrificios para cumplir nuestras responsabilidades profesionales. Sin embargo, para aquellos de nosotros que amamos la aviación y estamos dedicados a esta carrera, estos sacrificios valen la pena”.
En esa medida, para aquellos que quieran comenzar una carrera profesional en la aviación, su consejo es seguir esa pasión y perseverar a pesar de los desafíos:
“La industria de la aviación puede ser exigente y competitiva, pero con determinación y dedicación, el éxito es posible. Es importante obtener una buena formación y adquirir experiencia práctica, así como estar dispuesto a seguir aprendiendo y creciendo como piloto”.
Además, insiste en que es útil establecer contactos en la industria y aprovechar las oportunidades que surjan para avanzar en la carrera. En países como Colombia, por ejemplo, dice que las oportunidades han mejorado considerablemente en los últimos años.
Antes —rememora—, los requisitos y oportunidades eran más limitados; ahora, en sus palabras, hay más opciones disponibles. Eso sí, reconoce que “todavía existen desafíos como la competencia y los rigurosos requisitos de formación”.