Con su lengua siempre de lado, “Sr. Rostro Feliz” le hace justicia a su nombre. Pero este perro es más que alegría, conquistando con sus atributos a un jurado en California que este viernes lo coronó como “el perro más feo del mundo”.

El crestado chino de 17 años disputó el premio con otros nueve competidores en el regreso del concurso que durante décadas se ha celebrado en la feria de Sonora-Marin, celebrada anualmente en Petaluma, California.

Entre los candidatos se encontraba el peludo “Cosa Salvaje”, el coqueto “Liberace”, el pug “Jinny Lu” y “Mono”, un grifón de Bruselas.

“Sr. Rostro Feliz” tiene un penacho blanco y orejas cortas. Fue su alegría lo que cautivó a su tutora, Jeneda Benally, quien lo adoptó el año pasado durante la pandemia.

Cuando Benally llegó a la perrera en Arizona, escuchó hablar de un perrito anciano y con algunos problemas de salud. “El personal trataba de prepararme para lo que estaba por ver”, recontó Benally en la introducción de “Sr. Rostro Feliz” para el concurso.

“Vi una criatura que, de hecho, era viejo, necesitaba otra oportunidad y merecía amor”, resume Benally, quien cuenta además cómo este perrito enfrentó una vida de “abuso y negligencia”.

Benally habla del historial médico de “Sr. Rostro Feliz”, pero dedica más tiempo a describir sus cualidades.

“Sus fuertes son ser intrépidamente adorable, invocar su privilegio de mayor edad entre sus hermanos peludos de cuatro y tres patas, y comer cosas apestosas”, dice la tutora.

“No le gusta subir escaleras, llevar pañales, compartir la cama, no ser el centro de mi universo y los besos de mamá”.

El concurso del perro más feo del mundo se precia de ser un espacio para gritarle al mundo que “el pedigrí no define a la mascota”.

“Perros de todas las razas y tamaños han calentado nuestros corazones y han llenado nuestras vidas de amor incondicional”, dicen los organizadores.

Benally, cuya vida fue transformada por “Sr. Rostro Feliz”, concuerda. “Creo que esta humilde alma también está siendo un ejemplo, de forma sutil, para ayudar a los humanos a darse cuenta de que incluso los perros viejos también necesitan amor y una familia”.

Estas son las lesiones más comunes en sus patas

La actividad física de los perros puede producir ciertas lesiones en sus patas que deben ser tratadas con inmediatez para prevenir un daño mayor. En este caso, las almohadillas de sus extremidades suelen ser una parte sensible por la naturaleza de su funcionalidad: amortiguar y contener los golpes al correr y resistir el desgaste que genera el roce con el suelo.

Tanto el asfalto como los pisos muy fríos o calientes son superficies dañinas para el animal, que pueden generar heridas por erosión. Para evitar estas afectaciones se recomienda evitar los paseos a altas temperaturas o cuando hay grandes concentraciones de hielo o nieve.

Por lo general, estas lesiones no son graves para el animal, “pero si llegan hasta la dermis será necesario cerrarlas quirúrgicamente. En ese caso, durante el periodo de cicatrización es recomendable aplicar una férula acolchada para disminuir el peso sobre la herida y evitar que las suturas se desgarren”, subrayó la revista especializada Affinity-petcare.

Por su parte, el esguince de la articulación carpiana está relacionado con movimientos bruscos en los que el animal tiende a superar sus capacidades fisiológicas de movimiento articular durante un entrenamiento.

“El tratamiento dependerá del nivel de afectación y la localización de la lesión en la articulación. Si solo están afectadas la articulación media y carpometacarpiana, se puede realizar una artrodesis parcial, lo que permitirá que el animal pueda flexionar un poco la extremidad”, añadió Affinity-petcare.

Otra lesión recurrente en los perros es la ruptura del ligamento cruzado craneal. Se trata de un desgarramiento parcial o completo de uno de los principales ligamentos estabilizadores de la rodilla.

Es difícil evitar que un perro se lesione, por eso los expertos le sugieren a los dueños de los animales que se mantengan informados para estar atentos a las señales de dolor.