Tan desbordada está la inseguridad en Bogotá que hasta la propia comunidad ha decidido tomar cartas en el asunto y defenderse de los delincuentes, castigándolos por su cuenta.
Ese fue el caso de los vecinos del barrio La Serena, localidad de Engativá, donde en horas de la noche del martes un grupo de delincuentes que se movilizaban en un carro de color rojo interrumpieron la tranquilidad y seguridad de algunos clientes que se encontraban consumiendo alimentos en un local de comidas rápidas.
De acuerdo con lo reportado por Citytv, fue en cuestión de segundos que dos sujetos se bajaron del vehículo y abordaron a un cliente, lo amenazaron con un arma y lo despojaron de sus pertenencias. De inmediato salieron corriendo para subirse nuevamente al vehículo, donde había más cómplices esperándolos.
Sin embargo, con lo que no contaban los delincuentes es que la víctima del robo alcanzó a alertar de manera rápida a las autoridades. Al respecto, el mayor Miller Rojas, comandante de la Policía de Engativá, dijo en ese medio local que los sujetos “llegaron con arma de fuego, arma blanca, le hurtan sus pertenencias y se dan a la huida, la persona alcanza a avisar a la autoridad donde aplicamos el ‘plan candado’ que nos permite localizar el vehículo con esas características”.
Cuando los uniformados alcanzaron al vehículo y bloquearon el paso, la comunidad se percata que son delincuentes y de inmediato intentaron golpearlos con bates, palos y demás objetos, por lo que las autoridades tuvieron que intervenir para trasladar a los ladrones. No obstante, el vehículo quedó estacionado en la calle, por lo que los vecinos, cansados de la inseguridad, destruyeron por su propia cuenta el carro y lo dejaron prácticamente inservible.
Asimismo, uno de los señalados de cometer el hurto se dio a la huida, pero vigilantes de los conjuntos y locales aledaños lograron detenerlo para dejarlo a disposición de la Policía. El hecho dejó cuatro personas capturadas que fueron conducidos a la URI de La Granja.
Este es el segundo atraco que se registra en esa localidad en menos de dos días. El lunes en la noche, los delincuentes volvieron a operar, esta vez en el barrio Bosque Popular, de la localidad de Engativá.
Hasta esa zona de la ciudad llegaron tres individuos y atracaron a varias personas que se encontraban en una pizzería del sector.
De acuerdo con algunos de los comensales que estaban en el establecimiento comercial, uno de los delincuentes portaba un arma de fuego con la que los empezó a amenazar para que les entregara sus objetos personales.
“Habían unos clientes ahí afuera, llegaron los tipos, los abordaron, le metieron cachazos a los clientes para que les dieran los celulares, plata”, dijo a Citytv una de las víctimas de los ladrones.
No satisfechos con haber robado a los clientes, uno de los ladrones le quitó el arma de fuego a su cómplice y se dirigió hasta la cocina del lugar para abordar a los empleados, a quienes también los empezó a amenazar para que abrieran la caja registradora y extraer de allí todo el dinero que había producto de las ventas.
Fueron al menos tres minutos de zozobra que duró el robo. Posteriormente, como si nada hubiera ocurrido, los delincuentes salieron caminando tranquilamente y se subieron a un taxi y se dirigieron hacia la calle 80.
Con lo que no contaban los delincuentes es que uno de los celulares que minutos antes se habían robado tenía el GPS activo. Ello facilitó que las autoridades los lograran capturar unas cuadras más adelante dónde había ocurrido el hecho.
La comunidad agradeció la rápida reacción de la Policía, pues una vez fueron informados del robo activaron un plan candado para capturar a los ladrones.
En el taxi donde iban los delincuentes la Policía halló los elementos personales que minutos antes habían robado a los comensales, así como el arma de fuego con la que cometieron el atraco, que al parecer era traumática pero estaba adaptada para funcionar con munición letal.
Una vez capturados fueron trasladados hasta una URI ubicada en el barrio La Granja, a pocos minutos donde había ocurrido el atraco, para su respectiva judicialización. Dos de los capturados eran ciudadanos venezolanos y uno colombiano.