Identificar y admitir que una relación es agresiva puede ser difícil, sobre todo cuando las microagresiones pasan desapercibidas bajo situaciones cotidianas y más bien normalizadas. Las agresiones no son solo físicas, también pueden ser emocionales, psicológicas y económicas, según lo señala UN Women.
El maltrato puede manifestarse de múltiples maneras, como por ejemplo exigir claves de Instagram porque entre ambos “no hay secretos”, enojarse si se pasa mucho tiempo sin contestar los mensajes de WhatsApp o incluso acusar indiscriminadamente a la mujer de ser infiel.
La ONU define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia de género que resulte o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, incluso las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
Según datos recopilados por la Oficina para la Salud de la mujer en EE. UU. y UN Women estas son algunas microagresiones cotidianas que se pueden dar en ambientes domésticos.
Controlar dónde y con quién estar
Una pareja abusiva y controladora quiere saber en todo momento dónde se está y con quién. Es vigilante, hace llamadas y envía mensajes constantemente, que además requieren una repuesta inmediata.
Exigir conocer las contraseñas
Exige tener acceso a toda la información de carácter privado por medio del uso de contraseñas personales como las de redes sociales, teléfono celular, correos electrónicos, entre otros. En muchas ocasiones revisa mensajes o llamadas sin permiso.
Quiere tomar decisiones por el otro
Decide y presupone cosas por su pareja, como por ejemplo, qué debe comer, cómo vestirse y en qué cosas debería gastar su dinero.
Nunca se sabe lo que puede pasar
Sus actitudes son impredecibles e impulsivas, lo que mantiene en una actitud de alerta a su pareja, debido a que a veces un mínimo asunto puede ocasionar un problema. Una vez que estalla la discusión, la responsabiliza siempre a ella. Lo que lleva a que algunas mujeres asuman posturas evasivas, ya que pareciera que cualquier cosa puede generar un conflicto de escala mayor.
Controlar el método de anticoncepción
Busca controlar los métodos anticonceptivos que usa la mujer, incluso si ella está en desacuerdo.
Desalienta que su pareja estudie o trabaje
Una pareja abusiva tiende a aislar al otro de su entorno. Evita que la otra persona vea a sus amigos o su familia. Además, ante una iniciativa de un nuevo trabajo o un plan de estudios hace comentarios que desalientan o, en muchos casos, lo impide directamente.
Destruye su autoestima
Menosprecia la forma en la que se ve su pareja, así como sus intereses o su inteligencia. Puede llegar a tener actitudes humillantes al punto de ridiculizarla y burlarse de ella cuando están con amigos u otra personas. Este tipo de actitudes minan la autoestima de las mujeres.
Lanza acusaciones de infidelidad
Acusa a la mujer constante e injustificadamente, de que es engañado. Es deliberadamente celoso y posesivo. Puede escuchárselo frases como “si yo no puedo tenerte, entonces nadie puede”.
Exige tener relaciones sexuales
Exige u obliga a la pareja a tener relaciones sexuales sin su consentimiento, lo cual puede suceder forzándola físicamente o reclamando por una actividad sexual que se dio en el pasado, pero que no necesariamente debe volver a darse en el futuro.