"Nuestro objetivo no es que el Gobierno aumente el impuesto de importación sobre los vinos ni imponer restricciones. Lo que queremos es un plazo para tener condiciones de garantizar una participación en el crecimiento futuro del consumo de vinos en Brasil", dijo hoy en entrevista con Efe el presidente del Instituto Brasileño del Vino (Ibravin), Carlos Raimundo Paviani.Según Paviani, en caso de que el Gobierno acepte la imposición de salvaguardas, sugerida por los productores, el sector aprovechará el período inicial de tres años de la medida para organizarse y mejorar su competitividad.Paviani agregó que los productores de vinos finos lo que quieren es la imposición de cuotas que impidan que los caldos foráneos se apoderen del mercado potencial que surgirá en Brasil en los próximos años. Según el dirigente, el consumo de vinos creció a un ritmo del 8 por ciento anual en los últimos años y las cuotas se aplicarían sobre la oferta nueva."El mercado brasileño de vinos finos fue de 91 millones de litros el año pasado. Si ese mercado crece 10 por ciento este año, como está previsto, es decir nueve millones de litros al año, queremos que se nos permita quedarnos con la mitad de ese mercado futuro", dijo. En los cálculos de la Ibravin, si los productores nacionales aumentan sus ventas en 4,5 millones de litros al año, equivalentes a la mitad del crecimiento total previsto, en tres años las ventas serían de 13,5 millones de litros, lo que supondría una expansión del 60 por ciento con respecto a lo que se tiene hoy.De acuerdo con Paviani, las cuotas serían establecidas según el promedio de la participación de cada país en las importaciones en los últimos tres años. Según la Ibravin, Brasil importó 75,32 millones de litros de vino en 2010, de los que 26,51 millones procedieron de Chile, 18,05 millones de Argentina, 13 millones de Italia y 8,07 millones de Portugal, los principales abastecedores del país. Argentina, como socio pleno de Brasil en el Mercosur, estaría exento de la salvaguarda, explicó Paviani."Lo que solicitamos es una medida que permita que la participación en el mercado futuro se distribuya de forma más equilibrada entre nacionales e importados", dijo. En su opinión, eso "no sería una medida absurda, no impediría el crecimiento de los vinos importados, no retiraría productos del mercado ni aumentaría los precios".El Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio anunció hace diez días que aceptó evaluar la petición de los productores nacionales para aplicar medidas de salvaguarda. Según el Gobierno, "existen indicios" de que el aumento de las importaciones de vino "causó un perjuicio grave a la industria" brasileña, ya que mientras las ventas de los extranjeros aumentaron un 56,3 por ciento entre 2006 y 2010 las de los nacionales sólo crecieron un 11,4 por ciento.La participación de los importados en el mercado brasileño pasó del 67,1 por ciento en 2006 a 78,7 por ciento en 2010. Según Paviani, los productores pretenden aprovechar el período de las salvaguardas para adoptar medidas de ajuste tanto en la viticultura como en la enología y en la comercialización hasta alcanzar al menos el 35 por ciento del mercado. "Si no tenemos espacio, la tendencia es desaparecer. Ya vendimos hasta 50 millones de litros al año y hoy sólo comercializamos 18 millones de litros anuales", argumentó. EFE