Herder es una de las editoriales académicas más antiguas del mundo. Fue creada a finales del siglo XVIII en Alemania y, en medio de un ámbito lleno de tendencias fugaces, continúa creciendo con la ayuda de un público selecto que no solo está en la academia sino en las librerías de barrio y las de cadena. En 1948 abrió las puertas de una sede en Barcelona que distribuye sus libros de filosofía, teología, psicología, sociología y pedagogía en distintos países. Entre ellos está Colombia, el segundo mercado más importante en América Latina, según Raimund Herder, director y editor de Herder Barcelona, quien lleva 24 años ejerciendo en el campo.Su carrera empezó en una editorial alemana de ficción pero, hace 18 años, tomó las riendas de la editorial familiar en Barcelona. En una visita reciente a Bogotá, habló con ARCADIA sobre sus intenciones editoriales en Colombia, la dificultad para encontrar autores que aporten nuevas miradas sobre la sociedad actual, y el sorpresivo éxito de Byung Chul Han, filósofo surcoreano autor de La sociedad del cansancio, uno de los autores más leídos de Herder.Le puede interesar: El poder que nos hace, según Byung-Chul Han¿Es difícil encontrar filósofos que aporten una mirada distinta, y que además estén dispuestos a escribir sobre esas ideas?Es muy difícil. La filosofía en especial siempre se mueve dentro de la historia de la filosofía, no es como en la ciencia, que te llegan con algo totalmente nuevo. En la filosofía todo ya está, la cuestión es cómo se expresa, se piensa y cómo se analizan los fenómenos actuales. Es allí que uno encuentra autores que tienen más capacidad que otros de analizar, de comunicar y, a veces, de escoger términos para lo que están diciendo y lo que están viendo. Encontrar estos autores no es tan fácil y a pesar de que hay unos escritores muy buenos, a veces no llegan al público. Ahora mismo tenemos a un autor que tiene mucho éxito, que es Byung Chul Han, pero también a otros que valoro en la misma medida. Pero esos no se conocen y no sé por qué, ya que en ambos casos hicimos el mismo trabajo de promoción. Así que no solo es cuestión de encontrar a los autores, sino también de hacerlos públicos. Y esto último es un misterio.Le puede interesar: Filosofía en contra de la indiferencia de Marina GarcésLa editorial no es de best seller, pero, como señala, hace poco Chul Han se convirtió en uno. Incluso la entrevista que le hicieron en el diario El País de España fue una de las notas más leídas de su portal. ¿Qué lo hace conectar tanto con sus lectores?Esto pasa pocas veces. Han tiene algo especial. Antes de convertirse en un autor de mucho reconocimiento en nuestros mercados publicamos La sociedad del cansancio (2011) y no fue un gran éxito. Pasó lo mismo con sus otros títulos. Pero con el cuarto, de repente, se convirtió en un autor de prestigio. ¿Qué pasó? Yo creo que salió del ámbito académico con la ayuda de la gente del mundo del arte, del cine y literatura, que por alguna vía u otra, llegaron a conocer a Han y lo empezaron a citar. Sus libros son sencillos, de 100 páginas, algo que también ayuda. Precisamente es un autor que, con el conocimiento de toda la historia de la filosofía, analiza fenómenos de nuestro tiempo y le da buenos nombres. Él aterriza la filosofía para la gente, sin ser trivial.Actualmente la filosofía parece no tener mucha importancia en Colombia. Por ejemplo, muchos dirigentes políticos han querido eliminar la filosofía de los colegios y las pruebas Saber ya no evalúan esta materia. ¿Qué le espera a un país que le da la espalda a los futuros pensadores?Esa tendencia de eliminar la filosofía en la educación secundaria me da mucha rabia. Los políticos que deciden o hablan de esto para mí son criminales, porque realmente les quitan a los jóvenes la posibilidad de formar su propio pensamiento y lo más importante en una sociedad democrática es que los ciudadanos tengamos nuestra propia forma de pensar. Si no es así caemos en manos de los populismos. A los políticos a lo mejor esto les conviene, quizá ya no quieran ciudadanos críticos. Los jóvenes no deben hacerles caso, lo que necesitan es leer filosofía, que empiecen con los diálogos de Platón, algo sencillo. Nosotros tenemos una colección en manga que es una introducción al pensamiento.Le puede interesar: "La democracia es la primera víctima de la desigualdad": Zygmunt Bauman¿Cree que podrían haber filósofos y académicos colombianos que puedan publicar en Herder?Nosotros publicamos autores europeos que luego traemos a Colombia, Argentina, México y Chile. Sí que me gustaría publicar autores de aquí. Tenemos algunos mexicanos, algunos argentinos, pero en este momento no tenemos colombianos. Es un tema que estoy mirando, porque me gustaría publicar al gran filósofo colombiano. Nos contaron que su visita a Bogotá se debe especialmente para conocer en detalle el proceso comercial del libro en Colombia. ¿Qué busca específicamente, qué le interesó? Para nosotros, Colombia es un mercado muy importante, es el segundo más grande en Latinoamérica. El primero es México. Colombia es un país lector, culto, que le da importancia a la información. Una editorial como Herder debe y quiere estar presente en Colombia. Nosotros trabajamos con la librería Siglo del Hombre hace seis años y nos están representando muy bien. Gracias a ellos, muchos de los 1300 tipos de libros que tenemos en el catálogo llegan a librerías colombianas. Funciona bien y podría quedarme en casa, pero prefiero venir a hablar con los libreros y regresar a España con muchas ideas.Le puede interesar: Mapa de Librerías de Bogotá¿Qué tal les va a los libros de Herder en Colombia?Les va bien, aunque obviamente no a todos. El gran problema siempre es el precio. Como son libros importados el precio aumenta y esto, en una sociedad con un poder adquisitivo mucho menor, es más difícil. Un libro en Europa cuesta 10 euros, algo que corresponde a tres copas de vino. Pero estos 10 euros en Colombia se convierten en [35.000 COP] y eso ya es un valor importante. Esto es un problema, porque nosotros tenemos libros muy caros, y si hablamos de 300.000 pesos ya es un precio que para mucha gente significa un sacrificio.