Este contenido forma parte de nuestro especial de celebración de los 250 años del natalicio de Alexander von Humboldt en alianza con el Goethe-Institut. Este artículo fue publicado originalmente en la Revista Humboldt. El establecimiento científico y académico reconoce a la bióloga Brigitte Baptiste, directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt en Colombia, como una de las voces más competentes en biodiversidad del país latinoamericano. Además de ser experta en el tema, Brigitte también es transexual y se mueve como pez en el agua entre la ciencia, la sostenibilidad y la cultura. Baptiste ha estudiado la relación entre la naturaleza y lo queer, teoría que propone desafiar normas sociales aparentemente inquebrantables como la heterosexualidad obligatoria, también conocida como “heteronormatividad”, y la vida monógama. Lo queer, entendido como lo “raro”, lo “torcido” o lo “extraño”, también cuestiona categorías de identidad como “gay”, “trans”, “heterosexual”, “hombre” o “mujer”, por considerarlas imposiciones que regulan, controlan y, en menor medida, liberan. La teoría queer es, según Baptiste, un espacio de conocimiento que se percibe por el rabillo del ojo o entre las sombras en medio de las certezas. ¿Qué es para usted “la naturaleza”? La “naturaleza” es todo. Muy en tono con Alexander von Humboldt, pienso que el cosmos es naturaleza y nosotros también somos parte de ese conjunto de procesos vitales que nos permite existir. Y esto incluye la cultura. Todo está interconectado. En una charla TEDxRiodeLaPlata de 2018, usted dice: “Nada más queer que la naturaleza”. ¿A qué se refiere con eso? Nada es más queer que la naturaleza porque ella produce diferencia de manera permanente, favoreciendo incluso la aparición de lo extraño o de lo anómalo, y experimentando todo el tiempo. Hay comportamientos únicos y manifestaciones extraordinarias en la diversidad de aves, de plantas y de seres vivos que nos pasan desapercibidas por tener puestos los lentes de la normalidad, de la similitud y de la homogeneidad. La teoría queer propone no seguir pensando el mundo como un espacio “normal”, sino entender que el mundo es raro, a fin de poder adaptarnos a retos como el cambio climático. La mejor lección de la naturaleza es proteger lo anómalo porque allí es donde la evolución ha generado respuestas. ¿Qué propone la ecología queer? Queer es todo aquello que no encaja en “lo normal”. Es el punto donde cada quien elige existir y relacionarse con el mundo. Y toda ecología es queer porque implica definir una posición en el mundo. La idea de “ecología queer”, más divertida e incluyente, y menos rígida en sus narrativas, viene de la teoría literaria y hace énfasis particular en la innovación artística y en la creatividad. Mezcla las identidades orgánicas de los animales y de las plantas con la construcción de identidades culturales o personales, donde las relaciones son fundamentales: el cambio proviene de la capacidad de construir relaciones.  Algunas personas hablan de “machos” y “hembras” como categorías fijas, desconociendo especies como el pez payaso que, cuando hay demasiadas hembras o demasiados machos, puede asumir el rol de género más escaso. ¿Qué tan frecuente es esta diversidad en la naturaleza? Esa diversidad está en todas partes. Las plantas, por ejemplo, o son hermafroditas o cambian de sexo o se autopolinizan. La recombinación sexual es probablemente el mejor invento de la naturaleza para generar capacidad adaptativa. Sin esa habilidad de mezclar genes para producir nuevos modelos, la vida se habría extinguido o sería muy simple. Ese potencial de ser macho o hembra está regulado por una serie de genes capaces de reconocer, como en el pez payaso, que hay demasiadas hembras o demasiados machos y que se requiere que alguno asuma el otro papel. Hay algo en el ambiente o una emisión de hormonas que les indica: “apague el sexo masculino, prenda el femenino y active los órganos que tiene formados para asumir ese rol”. Esas tensiones ambientales se extienden a los seres humanos. Así, aunque tengamos una carga genética que de alguna forma nos define, nuestras relaciones con el mundo permiten modificar nuestros comportamientos. Le puede interesar: Humboldt y la representación de la naturaleza, por Andrea Mejía La teoría queer propone no seguir pensando que el mundo funciona como un reloj. Así lo demuestra el cambio climático. ¿Qué efectos tiene en la naturaleza y en nuestra relación con ella asumir el mundo de manera queer? El mundo siempre se convierte en algo novedoso o inesperado. Esa es la evolución. De los peces evolucionaron los anfibios, de los anfibios los reptiles y de los reptiles los mamíferos. Sin duda, para cada una de estas especies el siguiente nivel de innovación era anómalo. Imaginemos una conversación de peces tratando de entender la aparición de una rana. Pero esto no es algo anómalo, que deba ser suprimido. Por el contrario, esos cambios hicieron el mundo como es. Lo raro es pensar que el mundo no cambia. Lo que en la naturaleza puede ser visto como “raro” es necesario para impedir el colapso de sistemas. ¿Qué función cumple la diversidad en la supervivencia de los seres vivos? Fundamentalmente aporta información y estrategias innovadoras. Los individuos que se alejan del promedio o de la norma son portadores de códigos esenciales cuando las condiciones ambientales cambian. Las condiciones promedio no tienen la plasticidad para adaptarse a un cambio ambiental drástico. A la evolución lo que menos le importa es “la normalidad” porque esto no afecta la supervivencia como sí la afecta vivir en temperaturas cada vez más altas en verano o más bajas en invierno. Las anomalías generan la evolución. Se necesita una inserción de lo raro en “lo normal” para que haya estabilidad y los sistemas no colapsen. El ecosistema se ajusta a los cambios. La naturaleza es queer, no funciona como un modelo mecanicista sino está lleno de salidas en falso. Muchas personas creen que la diversidad es lo peligroso y no la permanencia en el machismo o en la heterosexualidad obligatoria. ¿Qué tan relevante es la diversidad en el carácter cambiante del mundo? Cualquier giro evolutivo o transformativo de lo que existe siempre producirá más diferencia. Y las diferencias se convierten en la memoria de toda esa historia evolutiva que nos dará claves para poder sobrevivir al cambio climático que nosotros mismos hemos causado. La diversidad de pensamiento y expresiones es fundamental para adaptarnos a cambios históricos. La diversidad es un espacio de reconocimiento del carácter cambiante del mundo y un ejemplo de cómo la vida tiene que estar innovando para proyectarse hacia el futuro. Le puede interesar: “Todo está conectado”: la actualidad de Alexander von Humboldt Para oponerse a los derechos LGBTI, hay quienes dicen que ni la homosexualidad ni la transexualidad son naturales. ¿Cómo debería entenderse la palabra “natural”? La homosexualidad y otros comportamientos, que algunos consideran atípicos, están presentes en todas las especies. Algunos ejemplares de la palma de cera, el árbol nacional de Colombia, son transexuales. Sin embargo, mucha gente utiliza el argumento de la “falta de naturalidad” para cuestionar la existencia de las personas LGBTI. Habría que preguntarles a quienes acuden a esa idea: ¿qué tan natural es para ellos usar ropa, caminar por una avenida, consumir enlatados o ser célibes? *Sentiido es una organización colombiana enfocada en crear y aportar conocimiento sobre diversidad sexual, género y cambio social.