El ruiseñor...Y un bosque yo me sé,vasto, muy cerca de un castillo enorme,que su señor no habita. Y en el bosquelos zarzales indómitos se enlazany quiebran los senderos, y la hierba apretaday los botones de oro cubren las avenidas.Mas nunca supe de un lugar tan llenode ruiseñores. Cerca o a lo lejos,en árbol o zarzal, por todo el bosque,se contestan e incitan en su canto,con la pugna de trinos caprichosos,murmullos musicales y rápidos gorjeosy un leve silbo de mayor dulzura...Tanto llenan el aire de armonía,que, cerrando los ojos, olvidarías casique no era día. En los arbustos plateadosde luna, que abren leves hojuelas con relente,tal vez los vieras sobre ramas finas,sus ojos muy brillantes y redondoscentelleando, mientras un gusano de luzya su antorcha de amor alza en la sombra…Versión de Màrie MontandHelada a medianocheLa helada cumple su secreto oficiosin ayuda del viento. Un búho dejasu chillido en la noche -escucha- inmensa.Todos descansan ya y me entrego a esasoledad que propicia el desvarío. Tan sólo queda junto a mí, en su cuna,el reposado sueño de mi hijo.¡Es tan tranquilo! Tanto que perturbael pensamiento con su extremo y rarosilencio. ¡Mar, colina y arboleda,junto a este pueblo! ¡Mar, colina y bosquecon los hechos diarios de la vida,inaudibles cual sueños! La azul llamase aquieta en el hogar y ya no tiembla;sólo esa cinta interrumpe la calma, agitándose aún sobre la verja.Su meneo en la calma de esta escenale da una semejanza con mi vida,la toma una amistosa forma cuyoendeble flamear hace un juguete del pensamiento y es interpretadaa su modo por el alma, que buscaen cada cosa espejo de sí misma(...)Versión de Gabriel InsuastiCanción de glicinaMiré un rayo de sol,combado en el azul, hasta la tierra,y allí vi un pájaro atrevido:¡oh, qué encantado y dulce!Bajábase y subía, parpadeaba, en círculosvolaba por el rayo de soleada niebla,con sus ojos de llama y con su pico de oroy todo su plumaje de amatista.Y así cantaba: «¡Adiós! ¡Adiós!Lo que sueña el amor se cumple raramente.Las flores no se quedan nunca, nunca;no permanecerán las gotas de rocío.¡Oh, mayo, mayo dulce:ya es hora de partir!Iremos lejos, lejos,¡iremos hoy, hoy mismo!»Versión de Màrie Montand