Stoner, la novela del escritor estadounidense John Williams (1922–1994), cautiva a sus lectores con una trama sencilla —la vida y conflictos de un profesor de Literatura en Missouri—, pero en su desarrollo extrae del comportamiento rutinario, conformista y pasivo del personaje una lucha interior sobresaliente, una exposición cruda de la vida, un brillo de heroísmo en el que nunca apostaríamos que sucedería algo. La novela está escrita con un trazo claro y preciso, que sorprende por el equilibrio de sus partes y la sostenida acción dramática que mantiene expectante al lector. La suavidad con que se producen los cambios y la lenta pero decisiva transformación que sufre el protagonista dejan una huella duradera en la mente del lector. Ha sido llamada una “obra maestra” y es que narra una vida desde el interior del personaje.
William Stoner podría ser el estereotipo del profesor de Literatura que no tiene una vida digna de narrarse y decide reemplazar sus pasiones en la seguridad de un saber profundo descubierto por otros y transmitido en la enseñanza. Pero el intento de erudición y los gigantescos esfuerzos que realiza en la academia, horas de insomnio, cumplimiento de requisitos, acatar la jerarquía académica, además de convertirse en el mecanismo por medio del cual el personaje intenta “resolver” los problemas de su existencia, su matrimonio, la estabilidad económica, la paternidad, entre otros, son la síntesis de un sacrificio, un destino aceptado en el que no hay cabida para la recompensa, o siquiera la gratitud. La imaginación y los sentimientos de Stoner están en la misma perspectiva y se aproximan al deseo de “ser alguien” conducido por una intuición verídica que descubre en el estudio literario. No es un escape, no le facilita su camino, y por un momento creemos que leemos una historia triunfal, ese espacio donde las adversidades se superan por la tenacidad del personaje. Pero John Williams ha tocado una fibra importante en la historia y quita ese velo, la victoria no es un momento sino un instante, y no se puede llegar a ella. Es un resquicio por donde vemos cobrar brillo a la existencia. Esa es la clave de Stoner, un libro al que después de leerlo tratamos no como una historia que nos contaron sino como la vida de una persona.*Librero