Si bien la educación financiera es fundamental en la vida de cualquier persona, la realidad es que es un área que, por lo general, no se estudia en los colegios ni en las universidades, a menos de que sea en carreras que estén relacionadas con el tema. De hecho, un estudio realizado por Standard and Poor’s, encontró que, en promedio, los adultos que tienen educación financiera en Latinoamérica son el 30% y en Colombia la cifra es del 32%. Pero ¿qué es la educación financiera? Según La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), se trata de un proceso en el que los consumidores e inversionistas mejoran su comprensión de los productos financieros, conceptos y riesgos con el fin de desarrollar habilidades y confianza para tomar decisiones informadas que mejoren su bienestar económico. La falta de educación financiera afecta a las personas de todas las edades y todos los niveles socioeconómicos y puede conducir a malas decisiones financieras que tienen consecuencias negativas en el bienestar general de una persona y su hogar.
Por ejemplo, cuando las personas no tienen dicha educación, pueden ser víctimas de préstamos con tasas de interés abusivas e inclusive, pueden hacer uso de préstamos informales, más conocidos como ‘gota a gota’. También pueden adquirir hipotecas de alto riesgo, o caer en fraudes que lo pueden llevar a la quiebra. Estudios sobre educación financiera han demostrado que la mayoría de los consumidores financieros no comprenden ni saben administrar los conceptos y productos financieros básicos de manera efectiva, lo que no permite que se tomen decisiones de manera informada. Algunas de las consecuencias de la falta de educación financiera son: Es más difícil evaluar riesgos y oportunidades financieras. Esto hace que las decisiones financieras sean más riesgosas y potencialmente dañinas. Pone en desventaja a cualquiera que busque estar financieramente seguro, pues no sabrá si está tomando decisiones financieras correctas y pueden aumentar las posibilidades de pérdida debido a fraudes o estafas. Puede conducir a tener grandes cantidades de deuda, pues si no sabe comparar entre tasas de interés, no puede escoger los créditos que más le favorezcan, ni decidir cuándo sí y cuando no es bueno endeudarse. Magnifica los problemas mentales asociados con la deuda y reduce las posibilidades de encontrar una solución adecuada para salir de ellas. Puede llevar a que las personas acudan a préstamos informales, o ‘gota a gota’ que no sólo son perjudiciales para su salud financiera, pues tienen altas tasas de interés, sino que también lo pueden poner en peligro. Si no cuenta con un presupuesto, es muy probable que gaste más de lo que gana y tenga que pedir prestado, lo que lo lleva a estar en un espiral de deudas. Las personas no tienen recursos para enfrentarse a una emergencia o imprevisto.
¿Qué puede hacer? Empiece a educarse. Hoy, existe un sin fin de materiales gratuitos que puede conseguir por internet. Existen portales que le explican la terminología más importante, como este, también hay Podcast, Videos en Youtube, libros y todo tipo de material con el que puede empezar a educarse financieramente. Los conceptos que le recomendamos para empezar son: Ingresos Gastos Presupuesto Tasa de interés (simples y compuestas) ¿Cómo calcular y comparar tasas de interés? Rentabilidad Crédito Ahorro Herramientas de ahorro que existen (cuentas de ahorro, CDT,...) Inversión Pensiones Cesantías Inflación Activo Pasivo