Ligia Estela Gil empezó la tienda “Todo Rico” en Medellín con una fotocopiadora en el garaje de su casa. Hoy en día es el lugar de encuentro de la cuadra del barrio Los Ángeles, donde desde niños hasta abuelos pueden encontrar no solo los productos de sus necesidades básicas, también tienen a una persona en la cual confiar. “Aquí viene gente que me pide que le cuide los niños o que vienen a pedir consejos. Uno tiene que aprender a escuchar a la gente, solucionarle sus dudas si entran preguntando por algo y siempre tener la disposición de atender bien al cliente, porque si uno lo hace así, el cliente vuelve”, afirma. Le puede interesar: Qué se necesita para ser un proveedor de un almacén de cadena Ligia fue ganadora del concurso Tendero Líder de Fenalco en 2014, por lo que desde su experiencia nos contó en la calidez de su tienda, cuáles son los consejos en cuanto a productos, proveedores, rotación y ahorro que las personas que quieran montar este negocio deben tener en cuenta. (Ver video) Mario Nieto lleva más de 40 años en el negocio de las tiendas de barrio, desde que tenía 11. El negocio familiar lo envió a él y a sus 4 hermanos a la universidad. Ahora, es el dueño de la tienda “Estación El Nogal” en donde lo que más se vende son cigarrillos, cervezas y sándwiches, debido a que su target principal son oficinistas y estudiantes, al quedar cerca a la universidad EAN en Bogotá. Y como él, muchos de los tenderos en Colombia se han acercado a sus clientes de una forma única que, almacenes como D1 y Justo y Bueno no podrían igualar por más que quisieran. Uno tiene que volverse un psicólogo. “No todo el mundo está para permanecer detrás de un mostrador atendiendo, porque es cuestión de química entre el cliente y el vendedor, el que está detrás no le cae bien a todo el mundo así como el que está delante también juzga”. El servicio al cliente es la insignia de este sector de la economía, ya que la identificación de las necesidades de las personas puede significar el éxito o el fracaso del negocio. “A unos les gusta que sonría, a otros que sea serio, a unos le gusta que le digan buenos días y a otros les choca. Ese ajuste hace que el negocio arranque más rápido o más lento”, explica. “La gente va al D1 y no va a encontrar la misma amabilidad, por eso no nos hacen competencia”, afirma Mario. Siga leyendo: Spas de belleza y barberías boom o decadencia Por otro lado Maribel Castellanos administra Spress Capuchinos y afirma que para que una tienda de barrio alcance el éxito necesita tener puntualidad en el horario y debe manejar precios amigables que sean en igualdad con las demás tiendas. “Se debe ir surtiendo lo que la gente vaya preguntado, para no decir no hay, sino ‘sí hay’ o ‘próximamente la tenemos’”. También debe buscarse un sitio que sea transitado. “Hay que ponerle la ‘trampa a la plata’ para que haya de todo un poquito, desde toallas higiénicas, esferos hasta empanadas, todo lo que la gente pida”. En cuanto a la competencia, Spress cuenta con un Éxito Express al lado, pero para Maribel “entre más negocios hay, para todos hay, no nos quita venta porque ellos son mayoristas y venden paquetes grandes. Nosotros vendemos por unidad. Antes nos ha traído más clientela”. Por otro lado, Nieto afirma que sí cree que tiendas como D1 y Justo y Bueno van a afectar el mercado. “Las tiendas de barrio o cigarrerías llegarán un punto en que se van a minimizar en número y se sostendrán aquellas que tengan una excelente atención porque incluso los Tostaos están afectando”. Es por esto que la profesionalización y la inclusión de alternativas financieras a los negocios supone uno de los mayores retos para los tenderos. Tener opciones de pago sin efectivo,  lectores de códigos de barras y softwares que ayudan a llevar la contabilidad pueden lograr una mejor competitividad, para que el sector no se quede en prácticas comerciales que no integran a un consumidor cambiante y digital. Según cifras de Fenalco, cerca del 65% de los productos que consumen los colombianos son comprados en estos establecimientos, y gracias a un censo de Servinformación sabemos que por cada 100 negocios en Colombia, 22,2 son tiendas. Por otro lado, el estudio de mercados y consumo de Kantar Worldpanel demostró que de cada $10.000 que gasta un colombiano, $3.282 los destina para la adquisición de algún producto en una tienda de barrio. Por lo que poner atención a este reto debe ser una tarea que ponga en disposición al gremio para conseguir metas e impulsar a este tipo de negocio que hace parte de nuestra idiosincrasia. FP recomienda: Las razones por las cuales fracasó el monotributo, el impuesto de los negocios pequeños