Se calcula que un poco más del 40 por ciento de las personas aprovecha el comienzo del año para fijar metas y cumplirlas en los siguientes 365 días. Eso es acertado, según los expertos, pues esa fecha genera la sensación de un comienzo nuevo en el cual es más posible hacerlas realidad. Mark Zuckerberg, el fundador y CEO de Facebook, hace parte de ese 40 por ciento y no solo es un seguidor de esta tradición sino, a diferencia de muchos, un juicioso cumplidor de sus promesas. En los pasados cinco años se ha propuesto aprender a hablar mandarín, conocer a una persona que no trabaje en Facebook cada día, escribir una nota de agradecimiento a diario, convertirse en vegetariano y usar corbata. La promesa de 2015 es leer un libro cada dos semanas para aprender sobre nuevas culturas e ideas. Sin darle más vueltas al asunto anunció que empezaba con El fin del poder de Moisés Naím, y creó una página en Facebook bajo el nombre A year of books que funciona como un club donde sus seguidores pueden ver los libros que selecciona y participar en discusiones literarias e ideológicas. Zuckerberg hace parte del 8 por ciento que cumple con sus metas en el año. El 92 por ciento restante, según un estudio de la Universidad de Scranton, fracasa en el intento y para finales de febrero ya ha olvidado su propósito. El tema ha sido explorado científicamente, y según los hallazgos de varios estudios el fracaso se debe a que la gente establece propósitos ambiguos o no detecta qué es realmente lo que quiere. Zuckerberg, aparentemente, sabe hacer su tarea. Para empezar solo establece una resolución mientras que la mayoría se compromete a perder peso, pagar deudas y ahorrar, todo al mismo tiempo. Según los expertos esto es un error porque es difícil poner atención a tantos objetivos a la vez, mientras que al definir una sola resolución la persona logra concentrar sus energías en ello. Se recomienda dividir ese objetivo en minipropósitos. Este tipo de planeación va de la mano de otro punto importante: establecer tiempos de cumplimiento. Llegar a diciembre 31 de 2015 con el abdomen plano no es buena estrategia porque a la mente le cuesta trabajo enfocarse en el largo plazo. Como lo hace Zuckerberg, un libro cada 15 días es mucho más realizable porque tiene una fecha de cumplimiento cercana y concreta. La otra clave es elegir actividades que le gustan. Muchos creen que hay que enfocarse en temas que implican sacrificio, pero los psicólogos señalan que también se pueden buscar proyectos que generen gratificación. Lo importante es no seguir a la multitud pues cada persona debe indagar a conciencia qué estaría dispuesta a hacer. Realmente querer algo es crucial para la motivación y se ha visto que muchos fracasan porque se dan cuenta de que no estaban tan interesados en esa resolución como creían. Crear recordatorios visuales o comprometerse ante los demás, como lo hizo Zuckerberg con su club de lectura, es una estrategia poderosa pues genera una especie de obligación ante esos testigos. Además, cuando se ingresa a un grupo en el que todos están dispuestos a cumplir una meta es más fácil sintonizarse con ella. En el caso de resoluciones mucho más complicadas que impliquen cambios de comportamientos, como dejar de fumar, los psicólogos sugieren otras estrategias como pensar en la insatisfacción que le genera esa conducta, en este caso los problemas de salud que ese vicio acarrea, pero además en la resistencia para alcanzar dicho cambio. El cumplimiento de la promesa tiene que ver con el equilibrio que haya entre ambos puntos. Si la idea es bajar de peso, pensar en el hambre ayuda a planear qué hacer cuando esta aparezca. Una solución para controlar el peso sería llevar su propia comida. En cualquier situación, la recomendación más importante es que la gente no se angustie si fracasa sino incluir dentro del plan qué hacer en caso de que falle. Aún más, los psicólogos sugieren que ser más compasivo consigo mismo podría ser una gran resolución del comienzo de año.