El Banco de la República el pasado viernes no sólo aumentó su tasa de interés de 4,5% a 4,75%, también tomó un grupo de medidas tanto cambiarias como de administración de la liquidez, pues no solo la inflación preocupa las autoridades económicas. Además del aumento de la tasa de interés, una medida adcicional del Emisor fue la modificación, a partir del 16 de octubre, de los límites en moneda extranjera que pueden tener los intermediarios cambiarios (IMC). Con la nueva normativa se permite a los IMC tener una caja en dólares negativa hasta por un monto equivalente al 20% de su patrimonio técnico. La medida entonces facilita que el mercado pueda aumentar la oferta de la moneda norteamericana mediante la venta de dólares que no se tienen como propios y que son solicitados en préstamo en la mayoría de casos a entidades financieras del exterior. En febrero de 2004 el Banco de la República había limitado la capacidad de los IMC de especular en el mercado a través de la venta dólares tomados en préstamo. Su intención inicial, dentro de una tendencia de apreciación del peso, era que para vender un dólar era necesario primero haberlo comprado. Con la mayor oferta de dólares se puede generar un menor nivel de tasa de cambio, sobre todo cuando a juicio de los “traders” se debiliten las expectativas futuras de depreciación del peso colombiano. Si esta medida puede ayudar a aliviar las presiones de tasa de cambio o a estimular la liquidez de la divisa, la segunda medida pretende aliviar la estrechez de la liquidez en pesos. Es claro que el aumento de tasas de interés realizado por el Banco de la República es simbólico y marginal por cuanto no representa un cambio de postura expansiva para el crecimiento económico. Acorde con esa postura, el Emisor quiere aumentar en forma transitoria la liquidez en pesos en la economía colombiana. Para ello ha permitido que se puedan entregar como garantía a cambio de liquidez, títulos de contenido crediticio calificados como grado de inversión, dentro los cuales están los provenientes de operaciones de cartera de los establecimiento de crédito y los provenientes de inversiones financieras, tales como los títulos emitidos o garantizados por la Nación, el Banco de la República, FOGAFIN y títulos que constituyan inversiones forzosas o títulos de emisores del exterior. Lo que busca el Banco de la República es atender las necesidades de liquidez en una coyuntura monetaria especial. Primero, la cartera del sistema financiero crece más rápido que los depósitos y en especial la necesidad de algunas empresas de extender el plazo de su deuda y de pasar deuda en moneda extranjera a deuda en moneda local presionan la liquidez. Es decir, mientras los créditos de tesorería decrecen los demás créditos comerciales crecen, lo que significa un cambio en la modalidad de crédito para poder pasar créditos de corto plazo más largo plazo. A su vez, la cartera comercial crece aun cuando las cifras de inversión bruta de capital o las expectativas de inversión son pobres. Esto sugiere que la cartera en dólares crece en pesos por el efecto de la depreciación y la cartera en moneda local también aumenta en la medida que una amplia gama de clientes prefieren pasarse de pasivos en dólares a pasivos en pesos colombianos. La combinación de fuerzas tensiona la liquidez de las entidades de crédito, al mismo tiempo que para ellas lo lógico es aumentar la vida del pasivo a través de aumentar su financiación a través de certificados de depósito a término en lugar de cuentas de ahorros, que están a la vista y a disposición inmediata de los clientes. La segunda, con un aumento del riesgo país de 60% este año y del 78% desde el año pasado, las tasas externas y las tasas internas de financiación del gobierno han aumentado. Por ejemplo, la tasa de interés de un título de deuda pública local con plazo al año 2024 ha pasado de 6,35% a 8,10% este año. La liquidez del principal mercado como es la deuda pública se ha afectado generando un efecto igualmente sensible en la negociación de bonos de empresas o del mercado de deuda privada. El riesgo corporativo en dólares a su vez ha aumentado en el último año un 95%. En parte las medidas del Banco de la República buscan permitir que las entidades y los fondos de inversión que tienen títulos dentro de su portafolio, no solo del gobierno, puedan usar esas inversiones para recibir liquidez transitoria y no tener que salir a vender o "feriar" los títulos en caso que sus necesidades de liquidez aumenten en forma repentina y considerable.