Las cuentas del presidente Iván Duque en Antioquia, hasta hace poco, eran más que positivas. El 17 de junio, en la segunda vuelta de elecciones, cuando se enfrentó a Gustavo Petro por llegar a la Casa de Nariño, el departamento lo apoyó como nadie: 18 de cada 100 votos que obtuvo en todo el país los sacó en Antioquia, lo que desde hace muchos años es la retaguardia conservadora. Su imagen apalancada en la popularidad de su mentor, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, le hizo ganar en Antioquia más de 1,8 millones de votos, casi la diferencia por la que ganó la Presidencia. Puede leer: Se desploma la popularidad de Iván Duque de 53,8% a 27,2% El fervor por Duque estaba a manera de calcomanías en camionetas, ventanas de casas y restaurantes, stickers que han ido desapareciendo con el paso de los días de Gobierno. Este descontento se refleja en la encuesta de Invamer, donde en la zona cafetera —que abarca Antioquia, Risaralda, Caldas y Quindío— el 68,8 por ciento de los encuestados dijo que desaprueba la gestión del presidente en sus primeros días de Gobierno, una caída estrepitosa, pues tan solo en septiembre esa cifra no sobrepasaba el 24 por ciento. Es difícil entender por qué el romance entre la región cafetera y Duque ha sido tan corto. El analista Diego Corrales cree que los paisas no están contentos con la falta de carácter en el Gobierno: “En los primeros días de Gobierno no queda muy claro hacia dónde va el país. Uribe durante ocho años alineó el país a favor o en contra de la seguridad democrática; Santos lo hizo con la paz; con Duque no hay claridad de un modelo de país, menciona la economía naranja, un concepto etéreo, algo que no entiendo la gente ni los políticos ni nadie”. Corrales sostiene que la falta de liderazgo, de visión de futuro, ha sido uno de los problemas de Duque, lo que le ha restado favorabilidad en el bastión del uribismo. “Cuando la gente no sabe para dónde va, cuando hay un vacío, ese vacío lo termina llenando algo, en este caso es la oposición. A oposición ha aprovechado el tema de la ley de financimiento, el IVA a la canasta familiar y las marchas estudiantiles, y ahora tienen toda la atención de los medios y de las audiencias, porque esos temas no tienen contento a nadie, ni siquiera al propio partido de Duque. Esa es una pelea que termina perdiendo, porque si no le aprueban su ley de financiamiento, va a quedar como una victoria de los opositores, y si se lo aprueban va a quedar como un Gobierno al que no le importa el país”. Le sugerimos: Duque defiende aumento del IVA Por su parte, el decano de la Escuela de Humanidades de la Universidad Eafit, Jorge Giraldo, explica que el malestar entre los paisas es la consecuencia de una desconfianza que hay instalada entre los uribistas más pura sangre hacia Iván Duque. “Esto no es algo nuevo, hay una desconfianza manifiesta y se notó desde el día de la posesión, lo que dijo el presidente del Senado fue una advertencia, ya se sabe que hay una corriente política que no está de acuerdo con posiciones del presidente Duque. Creo que para el propio Uribe era más o menos evidente de que él había optado por una fórmula con la que se pudiera ganar, aunque no representara la política más característica del Centro Democrático”. Giraldo cree que han sido definitivos para el descontento, el proyecto de la ley de financiamiento, además de que el desempleo no se recupera y la inflación parece crecer cada día. “La gente no ha visto beneficios muy tangibles, sí hay un ambiente más relajado, no están las tensiones políticas de los años de Juan Manuel Santos, pero la gente no ve un beneficio inmediato en lo económico, y eso le pasa factura a Duque. Para los analistas sigue pesando en Antioquia y el eje cafetero la imagen de Uribe Vélez, pues cada vez que han salido a votar han querido encontrar en su candidato una copia fiel del senador, pero luego se encuentra con la realidad, que votaron por unas ideas que no encarnaba enteramente su candidato. Escucha"“Recibo las encuestas con humildad y sentido autocrítico”: Iván Duque" en Spreaker.