No es un secreto para nadie que durante la Segunda Guerra Mundial se vivió uno de los mayores genocidios de la historia. El número de vidas humanas que se perdieron, según estimaciones de reconocidos historiadores y datos aportados por los diferentes archivos europeos, podría llegar los 60 millones entre los combatientes, niños, personas muertas por los bombardeos, judíos en los campos de concentración y ciudadanos inocentes asesinados. Y aunque el dolor que han dejado esas víctimas no ha terminado de sanar, hay otro gran duelo que pocas veces se ha examinado con atención: el que ha dejado la herencia cultural perdida por la guerra.En el marco de la tragedia humana y económica que representó la Segunda Guerra Mundial, cada vez se vuelve más urgente revisar esa incalculable pérdida en materia cultural: los bombardeos acabaron con ruinas milenarias en Creta y el norte de África, destruyeron muchas reliquias medievales en Europa y diversos actores de esos conflictos fueron responsables de la destrucción de un sinnúmero de obras de arte. Esa destrucción no solo fue física sino simbólica. El caso más sonado: el gran saqueo de arte por parte del ejército nazi a través de la ERR, brazo de la SS encargado de rastrear, conseguir y entregar obras maestras para la colección de Hitler y su mariscal Hermann Göring.Le puede interesar: "Arte degenerado": cuando los nazis censuraron el arte modernoEl documental Hitler vs. Picasso de Toni Servillo, que se proyectará en Colombia en funciones exclusivas el 26, 27, 28 y 29 de julio, cuenta esa historia. Desde la perspectiva de los herederos de los judíos saqueados y los expertos que se han encargado de devolver las obras a sus legítimos dueños, Servillo explora los detalles de ese expolio de arte que ejecutó el partido Nacionalsocialista Alemán. Jean-Marc Dreyfus, historiador del arte francés entrevistado para el documental y autor de Shoah, fue uno de los líderes del grupo encargado de reconstruir la colección de Hermann Göring.ARCADIA tuvo la oportunidad de conversar con él sobre la importancia del arte para los nazis y el difícil proceso de restitución de las obras a sus dueños.¿Cuál es la relación entre el fascismo y el arte?Es compleja porque el arte sirve también como un medio propagandístico. Por eso los nazis querían imponer su propia visión del arte, un arte que lo que hiciera fuera transmitir esa propaganda, un arte alemán que, según ellos, debía ser puro y no “desviado” como el de artistas como Max Ernst o Picasso.¿Por qué es tan incómodo el arte para los regímenes fascistas?Porque, por ejemplo, los nazis querían un arte que fuera solamente alemán y que mostrara su prototipo de belleza y las temáticas que ellos querían tratar. El arte moderno o las formas modernas de arte no lo hacían así: eran críticas de la sociedad y no siempre mostraban un ideal de belleza. Eso contradecía la propaganda del régimen.¿Puede el arte convertirse en una forma de resistencia contra un régimen político?Eso pasó en la Alemania nazi. Los artistas querían resistirse a esa ideología, una que consideraban absurda y no aceptaban. Los nazis querían volver al arte clásico. Paradójicamente, Hitler y Göering coleccionaban sobre todo arte de los años 20 y 30 y querían tener todas las obras que les fuera posible.¿Cuál era la importancia de la ERR para el régimen nazi?Era un brazo muy importante del partido, ellos buscaban las obras que le interesaban a Göring y a Hitler; además, perseguían las que consideraban como arte que no debía ser exhibido al público, que se debía prohibir. Ellos estaban enterados de todas las colecciones.Le puede interesar: ‘High Hitler‘: dictador y drogo¿Cómo es el proceso de restitución de una obra luego de que la familia se da cuenta que una obra pertenecía a ella antes de la guerra?Hay un acuerdo internacional que fue firmado por todos los países (incluidos Estados Unidos y Gran Bretaña), según el cual todos los objetos que fueron robados por los nazis, incluido el arte, debe ser devuelto a su dueño original. Existen comités nacionales que estudian los objetos y analizan a quién podría haberle pertenecido y luego buscan cómo devolvérselos a los dueños anteriores. Se cree que los nazis pudieron haber robado entre uno y cinco millones de obras de arte. Las personas que robaban el arte ya han sido procesadas por sus crímenes. Las colecciones y coleccionistas a quienes les fue robado todo antes de 1945 siempre han sido mucho más difíciles de identificar.¿Qué pasa si la obra a restituir ha sido declarada patrimonio de una nación?Esto realmente no pasa porque los bienes robados por los nazis están cobijados bajo un acuerdo internacional. Normalmente sucede que a la familia se le devuelve el cuadro y después se llega a un acuerdo entre la familia y el gobierno que puede ser desde un préstamo, hasta una donación. También lo pueden vender por la mitad del precio, hay muchas posibilidades.¿Cómo ha sido su trabajo para reconstruir la colección de Göring?Hay muchos documentos de Göring que se encontraban en los archivos diplomáticos de Francia. Es un trabajo que fue muy complejo porque había que ver los documentos uno por uno para identificar en los archivos. Se requiere de mucho conocimiento para entender lo que decían los archivos y saber dónde mirar entre las miles y miles de cajas y documentos. A nosotros se nos pidió que realizáramos la investigación del patrimonio de Göering y así lo hicimos pero esto llevó muchas horas de trabajo y muchísimo esfuerzo.Le puede interesar: Los libros nazis de la Biblioteca Nacional