Edwin Sánchez se considera más un cronista que un artista. “Yo me siento más seguro hablando desde la crónica,” dice. “En el arte hay temas tabúes, y de entrada se establece la diferencia entre el arte bueno y el malo. Como cronista, busco y descubro realidades duras, investigo temas delicados como el paramilitarismo, la prostitución, la venta ilegal de armas...”

Sánchez comenzó a adentrarse en el Santa Fe -ubicado en el centro de Bogotá- hace unos trece o catorce años. Iba a hacer trabajo de campo: hablaba con sus habitantes, tomaba fotos, observaba escenas y escenarios que le llamaban la atención, y ponía cámaras ocultas para ir conociendo las dinámicas de vida del barrio.

Así fue creando un amplio archivo, parte del cual utilizó para construir “Torcido.”

La instalación fue creada pensando en el espacio. “Parece un garaje,” dice el artista. “Es un espacio frío, neutro, con un estilo industrial que le convino mucho al proyecto.”

“Torcido” tiene dos partes. En la primera la galería está vacía. El espectador llega y sólo encuentra dos videos. En uno pasa una y otra vez un texto publicitario que explica que hay que hacer para transformar la ciudad en una ideal. En el segundo, aparecen unos turistas caminando por el centro de Bogotá, por La Candelaria y por La Concordia. Con su mirada de asombro y curiosidad exotizan el espacio y las personas.

Ese capítulo de la exposición ya fue desmontado. Ahora la galería Santa Fe exhibe la segunda parte, en la que se muestran varios objetos del archivo de Sánchez.

Cuando el público entra al espacio no va a toparse con una versión miniatura del Santa Fe. “Lo que yo hice tiene muchas capas. La gente va a encontrar escombros de casas viejas como las del centro de Bogotá. Partes de puertas y de ventanas de casas republicanas o de los años 50’s y 60’s. Va a ver todo lo que la renovación urbana va desechando, tirando al olvido.”

En la galería, esos objetos dialogan con testimonios que el artista ha recogido, y que cuentan, por ejemplo, cuál es la importancia de las prostitutas para los barrio. “Una de ellas me dijo: a nosotros nos cuida la olla, porque sino los hombres no vienen, y si no vienen ellos no venden drogas.”

Tras años investigando y rondando el barrio, Sánchez llegó a la conclusión de que los conflictos que van a agobiar a la ciudad y al país, se pueden percibir primero en el Santa Fe. “Por ejemplo, cuando se desmovilizaron los paramilitares, en el Santa Fe comenzaron a generarse tensiones entre bandas, hubo desapariciones y la violencia aumentó porque se fueron estableciendo grupos. Luego eso se expandió a otras partes de la ciudad.”

“Ahora el Santa Fe está en otra onda. La llegada de migrantes venezolanos que venían a hacer trabajos informales le ha ido cambiando el ambiente al barrio. Surgieron bandas criminales organizadas venezolanas que han ido apoderándose del territorio para el microtráfico. Eso empezó hace un tiempo, y ya están apareciendo en otros sectores de la ciudad.”

Con “Torcido” Sánchez quiere invitar a la reflexión y comenzar un diálogo sobre “el modelo de ciudad que nos están vendiendo. Nos venden rascacielos, pero por debajo hay un submundo que habitan miles de personas, y que marca nuestra realidad.”

“La exposición trata de eso,” afirma.