Londres es sin duda una de las capitales mundiales de las artes visuales y en su vibrante circuito de galerías es posible encontrar hasta 100 espacios distintos encargados de mostrar y comercializar arte de diferentes orígenes, cerca del 30% del mercado del arte internacional tiene lugar en la capital del Reino Unido. Dentro de esta enorme red de galerías es posible encontrar proyectos incipientes especializados en arte emergente y contemporáneo, hasta las más grandes galerías del mundo como Gagosian o Whitecube, que a diario realizan transacciones de cifras astronómicas. Aunque, en medio de ese amplio contexto, es común encontrar obras de artistas latinos en el circuito artístico, llama la atención que solo exista una dedicada exclusivamente al arte latinoamericano: Cecilia Brunson Projects. Cecilia Brunson es una curadora chilena residente en Londres, quien después de más de 10 años de carrera curatorial en Nueva york decidió mudarse a Londres, donde hace 5 años abrió las puertas de su galería, espacio adjunto a su hogar localizado en el barrio de Bermondsey, al sur del Támesis. Hoy, el espacio cuenta con una programación activa y canaliza sus esfuerzos hacia lograr el reconocimiento y la circulación de artistas latinoamericanos, contemporáneos y modernos, en este complicado circuito. ¿Cómo nace Cecilia Brunson Projects? Todo empieza porque yo, cuando llegué a Londres, traía toda una trayectoria como curadora de arte latinoamericano en museos, había trabajado para la fundación de David Rockefeller, The American Society en Nueva York y también en el Blanton Museum of Art en Austin, Texas. Como curadora, venía de un trayecto institucional y museológico, dedicado exclusivamente al arte latinoamericano. Cuando llegué a Londres, me di cuenta de dos cosas: la primera fue que el contexto latinoamericano no existía, como por supuesto sí existía en Estado Unidos por el hecho de que hay una demografía grande y una relación muy estrecha, siendo que en el sur de Estados Unidos comienza México y, por lo tanto, Latinoamérica. Entonces hay una relación muy importante desde el punto de vista de la academia, en Estados Unidos se estudia la literatura acerca del arte latinoamericano, cosa que no sucede en Londres, porque nosotros no fuimos colonia inglesa. Lo segundo fue que pude ver que, lo que sí existía cuando llegué acá, era un mercado muy fuerte de galerías como Whitecube, Thomas Dane o Gagosian, que exhibían artistas latinoamericanos. Esto me dio la sensación de que Londres, más que una ciudad académica para el arte latinoamericano, era una ciudad de mercado, donde era posible encontrar nombres como Doris Salcedo o Gabriel Orozco, entre otros grandes que estaban muy insertados en la escena londinense. Me pareció entonces que hacía falta un espacio más de contexto latino, dedicado a la heterogeneidad de la región. Fue ahí cuando decidí abrir esta galería, adjunta a mi casa, y fue así como busqué alejarme del modelo tipo ‘whitecube‘, no quería crear un espacio cúbico y blanco, sino que quería tenerlo cerca de mi hogar, crear esa situación que tenemos los latinoamericanos en la que todo es más ‘hecho a mano‘, que tiene más que ver con las relaciones entre las personas, una noción más de “galería familia”. Me pareció que era fundamental acordarnos que la galería es una extensión del estudio del artista, que los a artistas que participan en una galería son como una familia, y pensé que alrededor de eso podría iniciar el proyecto, este año cumplimos 5 años. También le puede interesar: Las artistas negras que fueron pioneras del arte alternativo en México ¿Qué retos enfrenta una galería especializada en arte latinoamericano en Londres? Creo que el reto más grande es la competitividad con las grandes galerías, con espaldas financieras enormes, con herramientas de marketing extraordinarias. Entonces, dentro de una programación cultural tan rica como la que tiene la escena londinense, tanto en música, teatro, literatura, es importante entender que para una galería especializada en arte latino hay que ir paso a paso, realmente abrir el camino no es fácil. Pero si hay mucho interés en el arte de nuestra región, siempre llega gente inesperada durante las exposiciones, es muy sorprendente. Creo que lo más difícil es mantenerse.
Pese a que sí hay un número importante de galerías que exhiben a artistas latinoamericanos en Londres, sólo hay una realmente especializada, que es la tuya. ¿Cuál crees que es la razón? Yo me eduqué en un contexto en el que quizá ponerse la camiseta que diga Latinoamérica no era lo mejor, es decir, el concepto en sí mismo es absolutamente problemático. Me refiero a que cada país es tan distinto y dentro de los mismos países hay tantas divisiones, depende de las regiones, de las provincias, por lo que intentar hacer una galería que aborde todo el continente es una locura, por supuesto que no hace sentido. Pero también es importante decir que hay ciertas poéticas, ciertas líneas que nos unen, y creo que de eso es de lo que se ancla esta galería. Hay ciertas identidades poéticas que tenemos en común y en ese sentido sí siento que hay una familia, sí hay grupos de pensamiento y directrices que nos juntan. No obstante, a mí me parece estupendo que el trabajo de alguien como Doris Salcedo pueda estar en una galería donde haya artistas de todas partes del mundo, los artistas de los 90 fueron una generación muy internacional, el conceptualismo fue también un movimiento global, había mucho diálogo entre los artistas, al igual que en los años 60 donde cada artista vivía en su lugar y contexto, pero se carteaban, y se entendía muy bien este lenguaje universal. Entonces, que existan los artistas latinoamericanos y se introduzcan en este contexto internacional me parece estupendo, eso crea mucha riqueza artística, pero es muy difícil dedicarse exclusivamente a una región en un momento tan internacional. Hablando exclusivamente del mercado: ¿Crees que el hecho de que solo haya una galería especializada en arte latinoamericano en Londres es un indicio de que hay una falta de oferta o de demanda de arte de esta región? Yo creo que todo está por armarse, hay mucho interés. Si te fijas, TATE Modern, por ejemplo, tiene un departamento exclusivamente dedicado a adquisiciones de arte latinoamericano. Hay un grupo de coleccionistas interesante, que viven acá o vienen con frecuencia. Y, por último, creo que, desde el punto de vista académico, hay departamentos dedicados exclusivamente a entrenar estudiantes para realizar doctorados o maestrías en historia del arte de esta región, más orientado a lo conceptual. Entonces hay un enorme interés y está creciendo, cosa que en el pasado no se había dado, el interés está ahí. ¿Este grupo de coleccionistas que mencionas está compuesto por latinoamericanos que viven en Londres o por ingleses propiamente? Ambos, hay ingleses con intereses orientados al arte de nuestra región y hay latinos que están acá. Son dos mundos que se encuentran. ¿Cómo es tu proceso de selección para exhibir a un artista? ¿Tienes alguna línea específica o es diferente siempre? Creo que mi línea se define porque el artista debe tener peso histórico, caer dentro de una cierta genealogía dentro de Latinoamérica. Por lo general, me gustan los artistas que son admirados por los propios artistas, un “artists artist”, artistas que podrían considerarse olvidados por la historia de moda dentro de la historia del arte, artistas que la gente ha dejado de mirar pero que fueron muy relevantes en su época, o que son mucho más relevantes hoy. Así es que siempre me gusta encontrar piedrecitas que están listas para ser pulidas, de alguna manera. La programación entonces, se divide en artistas modernos y contemporáneos.
¿Qué viene en la galería este año? Este año es emocionante, viene la exhibición de Víctor Magariños, que es un artista de Buenos Aires, de los años 50, un tipo que estuvo muy asociado con lo que estuvo sucediendo en París en los años 50, amigo de Max Bill, por ejemplo. Regresó a Buenos Aires en los años 60, tuvo una trayectoria extraordinaria. Hizo parte de importantes exposiciones colectivas de arte latinoamericano en Estados Unidos, tanto en el Guggenheim como en el MOMA y en The Walker Arts Center. Luego se retiró en los años 70, se fue a vivir a Pina Mar en Argentina y bueno, vamos a rescatar su acervo y mostrar sus dibujos. Después vendrá Claudia Fontes, que también es argentina, estuvo en la última Bienal de Venecia y en la Bienal de San Pablo también, donde hizo unas obras a gran escala. Esta será su primera exposición en Londres, después de haber realizado estos enormes proyectos. Ahora va a trabajar en una escala completamente diferente y estoy contenta pues será nuestra primera exposición juntas. Ella vive en Brighton, en el Reino Unido y es una artista con una trayectoria impresionante, pero ha trabajado siempre muy calladita. Después, tendremos una exposición con una artista venezolana muy joven que se llama Lucía Pizani, que es una exposición de verano. Su segunda exposición con la galería. Y por último tendremos una exhibición de otro “artista rescatado” que se llama Feliciano Centurión, quien también estuvo en la última Bienal de San Pablo, es un artista paraguayo que murió de sida en los años 90 y tuvo una trayectoria muy interesante, vivió las dictaduras de Paraguay se va a vivir a Buenos aires, y pasa a ser parte del Centro Cultural Rojas, donde había todo un movimiento que empieza a crear un arte en contestación a lo que había sido el arte durante la dictadura. Fue un movimiento muy específico, muy particular y esta obra había sido completamente olvidada, la hemos vuelto a sacar a la luz. El Financial Times hace poco hizo un artículo sobre esto y bueno, hemos podido lograr que sus obras entren a algunos museos importantes y eso nos tiene contentos.
¿Hay algún artista colombiano que te llame la atención? Me encantan los artistas colombianos, tengo un asunto pendiente con Colombia y me gustan varios artistas, pero por el momento prefiero no dar nombres porque me parece injusto ya que siento que conozco la punta del iceberg de la escena colombiana entonces prefiero no nombrar a nadie. Pero debo decir que es un país que me interesa cualquier cantidad. ¿Crees que con el tiempo surgirán más proyectos como el tuyo aquí en Londres? Honestamente no sé si a corto plazo, la verdad. Yo creo que muy pocas galerías se dedican a esta región en particular. Están las galerías brasileras o las mexicanas que tienen una segunda o tercera sede en distintas partes del mundo, pero existen muy poquitas completamente especializadas. Probablemente Enrique Farías, Sicardi Gallery o León Tovar, pero no se me vienen muchas más a la mente. ¿Crees que las ferias de arte que tienen lugar en Londres, como Frieze, por ejemplo, juegan un papel positivo para el arte latinoamericano? Si, juegan un papel significativo. Las ferias actualmente son plataformas muy importantes, para la difusión, marketing y encuentro con gente nueva. Definitivamente las ferias son fundamentales para la trayectoria de los artistas y de las galerías. Una pregunta de actualidad. ¿Crees que el BREXIT afectará el mercado del arte o tu proyecto en particular? No creo que tenga un efecto en mi proyecto directamente, por ahora. Probablemente las leyes de importación y exportación sufran alteraciones y en ese caso sí tendría un efecto enorme. De todas formas, no me cabe duda que BREXIT va a tener un enorme impacto una vez las leyes se modifiquen y afecten la exportación e importación de obras. Londres siempre ha sido un destino atractivo para estudiar y probar suerte. ¿Qué consejo podrías darle a un estudiante latinoamericano de arte que venga acá? Yo pienso que, si un artista joven puede elegir el país en el que va a estudiar o a desarrollar obra, siento que Londres no es el mejor lugar para hacerlo. Creo que el contexto latinoamericano es muy pequeño, a menos que haya mucha afinidad con la escena londinense, por ejemplo que sea un pintor que tenga afinidad con la escuela inglesa que sea un escultor que tenga afinidad con la escuela de escultura local, pero si vienes como artista latino a buscar posibilidades con curadores, a buscar acceso, me parece que Nueva York, Los Ángeles, Chicago, son ciudades en las que es más sencillo que un latino logre desenvolverse en el contexto curatorial, crítico y de mercado. Para artistas consolidados es relativamente sencillo encontrar un espacio en la escena, pero para los artistas jóvenes que están saliendo de la universidad o que llevan pocos años trabajando acá, es muy difícil insertarse en el circuito de galerías, porque las galerías jóvenes han cerrado, entonces el mercado del arte en Londres es un mercado de “alto lujo” digámoslo así, en comparación con ciudades como Berlín o Brooklyn. ¿Cómo es ser mujer y latinoamericana en el circuito del arte inglés? ¿Has visto esas pinturas inglesas en las que aparecen los ‘lords‘ y las ‘ladies‘, y en alguna esquina del cuadro aparece un animal exótico, un mono, por ejemplo? Bueno, esa soy yo. Es una sociedad sumamente jerárquica. ¿Cuál crees que es tu misión y la de tu proyecto, en el largo plazo? Creo que la misión es crear un mercado para el arte latino donde todo lo que es provenance, historicidad y contexto, sea hecho a un gran estándar, que lo que se venda y se presente sea de un alto nivel. Pero para eso es necesario abrir un camino para el arte latinoamericano en el resto de Europa también, una especie de “recolonización” del territorio europeo.