Milagros Martín está convencida de que ella no eligió la zarzuela, sino que la zarzuela la eligió a ella. Portadora de una voz potente, soprano por excelencia, pudo haber elegido un género un poco más comercial como la ópera. Sin embargo, como ella misma lo relata luego de 45 años de trayectoria, la magia que se activa cuando sube el telón y “cada pieza encaja como en un engranaje” fue la que la eligió a ella para quedarse en los terrenos sevillanos, andaluces, segovianos, en fin, "españolísimos, de la zarzuela". “Me siento afortunada de poder vivir de algo que me gusta. Sé que más vale ser cabeza de ratón que cola de león. Pues eso creo que me pasó a mí”, dice Milagros acerca de su carrera dentro del género, que ha estado marcada por la huella del profesor de su infancia y juventud: el maestro José Luis Alonso; por la obra antológica de Tamayo; los textos de Valle-Inclán y García Lorca, así como por la compañía de Plácido Domingo, Carrera, Montserrat Caballé y Alfredo Kraus en diferentes escenarios. Para una madrileña de 60 años que hoy continúa activa en el arte lírico es apenas natural la predestinación de haber sido elegida para representar la zarzuela en todo el mundo. Y es que no es un género que sea igual de popular y universal como la ópera o la comedia romántica americana. “La zarzuela expresa los sentimientos, las raíces, la cultura y el folclor de cada una de las regiones de España”, puntualiza. En conversación con ARCADIA, Milagros Martín explica de una manera muy expresiva y simbólica cómo se puede apreciar la zarzuela y cómo hacer para diferenciarla de géneros como la ópera. Le puede interesar: "La ópera se parece más a un partido de fútbol que a un concierto": Alejandro Chacón

Milagros Martín, vestida de rojo, interpreta el papel de Carmen, en la obra de Bizet. (ópera) Usted ha trabajado toda su vida en la zarzuela; sin embargo, también ha estado en el género hermano: la ópera. Desde su perspectiva, ¿cuáles son sus principales diferencias? Diferencias en cuanto a la técnica del canto no pondría ninguna, es la misma, absolutamente, se canta igual. Diferencia, diferencia, la única que tienen es que en la zarzuela se habla y en la ópera no. La ópera quizás sea más dura a veces para el cantante, porque tiene más larga duración. Pero a veces los cantantes que solo se dedican a la ópera no se atreven a cantar zarzuela porque hay que hablar. Al hablar a lo mejor ellos piensan que se descolocan la voz con el texto. ¡Es que hablar en un escenario es complicado! Hay que saber emitir la voz, porque también se tiene que oír en la última fila. En cuanto a interpretación, hables o cantes, tú tienes que estar sintiendo lo que estás diciendo, con música y sin ella. En cuanto a eso no hay diferencia. Los dos espectáculos son los más completos que existen en el mundo, porque tanto en la ópera como la zarzuela se canta y se baila. Además, la música llega a todo el mundo y a todos los idiomas. Da igual el idioma en el que hables, la música te está diciendo, con la expresividad que tiene, incluso sin palabras, lo que te quiso decir el compositor en su momento. Algunos dicen que la zarzuela es un género "menor" comparado con la ópera, a veces lo llaman "opereta". ¿Mito o realidad? Mito. Absolutamente. De género menor no pienso yo. Cada uno es grande en lo que significa, en lo que expresa. La zarzuela tiene casi siempre un final feliz, la ópera casi siempre trágico. ¿Mito o realidad? La mayoría de las veces sí tiene un final feliz, pero precisamente la que acabamos de hacer el fin de semana pasado, La leyenda del beso, no es muy feliz que digamos. Pues son personajes atormentados: Amapola está hechizada por su madre, condenada a que quien la bese, morirá; tampoco es muy feliz La Chulapona. Sin embargo, casi todas las tramas de zarzuela, teatro, ópera son de amor, es lo más representativo que hay, casi siempre suele ser un trío. En Mozart, casi siempre la ópera es alegre, divertida, a veces es bufa. Sí que es verdad que la mayoría de las veces la zarzuela tiene un final feliz y la ópera suele ser un final trágico. Porque está basado también en obras clásicas, Shakespeare, por ejemplo. Son obras con finales más trágicos. Le puede interesar: 20 años de ópera y zarzuela en Medellín Si es una obra, tanto como en zarzuela como en ópera, atormentas al espectador con algo muy pesante, que los protagonistas o los coprotagonistas están sufriendo, el público termina con un dolor de cabeza increíble. Como en las obras clásicas, como Lope de Vega o Calderón, siempre tiene que haber una parte cómica y una parte más seria. Una sinfonía está dividida en cuatro movimientos, un concierto tiene tres movimiento y la ópera tiene actos. ¿Cómo se aprecia la zarzuela? La zarzuela puede tener, si es género chico y no porque tenga menos valor en cuanto a la calidad musical, un solo acto. Una zarzuela grande es lo mismo que una ópera, puede tener dos actos. Cada vez tendemos más a hacer menos descansos. Normalmente se harían dos descansos, pero ahora, como mucho, se hace uno. A veces en España se está haciendo de tirón, sin descanso alguno. ¿Cómo se aprecia? Se aprecia dejándose llevar y disfrutando de la música y de lo que está viendo, que todo te entre por los poros. ¡De otra manera, pues no! Luego también tienes que ser crítico y hay que saber disfrutar, ir al teatro a disfrutar, no a sufrir. Si lloras, disfrutas tanto como si ríes, porque cuando vamos al teatro lo que queremos es que todos nuestros sentimientos afloren. Todos tenemos muchas cosas dentro. Ir al teatro a ver un espectáculo es una terapia maravillosa para todo, porque ríes, porque lloras, incluso te pones intrigante, te pones nervioso, hace salir de ti lo mejor y lo peor. Llorar y reír es lo mejor que existe para no guardarte todo adentro y que luego estalle un día como una bomba. ¡Evitamos el infarto yendo al teatro! Una obra de zarzuela ensambla a una orquesta, un grupo de actores, un coro, bailarines, cantantes, solistas, escenografía, luces, vestuario y todo lo que sucede tras bambalinas. ¿Cómo es el trabajo de involucrar cada uno de estos elementos? ¡Uf, pues tú lo has dicho muy claro! José Luis Alonso, que era un gran director de actores, solía decir que esto “era como un encaje de bolillos, que se van encajando todas las piezas y vas construyendo parcelitas”, vas trabajando escenas de actores, vas confeccionando coreografías, vas trabajando todas las partes musicales, las marcas muy claramente y les dices a los cantantes/actores la psicología del personaje. Le puede interesar: Tosca: un melodrama imperecedero Recuerdo que decía "surge la magia, de repente se levanta el telón y todos aquellos engranajes empiezan como un encaje, a encajar". De repente todo aquello empieza a funcionar de un manera a veces mágica. ¡Se levanta el telón y eso tiene que tirar pa‘lante! A veces funciona y a veces no. ¿Cuánto duró el proceso de preparación y de ensamble de esta temporada? Desde antes de llegar a Colombia trabajamos un año entero. Empezamos a trabajar los personajes, la obra, las coreografías. Bueno, aquí sí tenemos poco tiempo, trabajamos contrarreloj. Aquí montamos una obra cada semana, ¡eso es una locura!

Por eso tienes que traerlo todo muy claro y haberlo trabajado mucho tú en tu casa y, particularmente, con profesionales, pues a mí me gusta también pedir opinión, consejo, ayuda. Por ejemplo, em gusta saber cómo se ponen las luces, incluso, pregunto qué vestuario es mejor para cada época, cómo determinar el maquillaje. Alguien que sepa escribir que me ayude si tengo que cambiar algún texto, si tengo que poner una proyección, busco alguien profesional en lo audiovisual. Tienes que tener las cosas tan claras para saber decirlo y que te entiendan a la primera vez, saber transmitirlo. Si no logras transmitir a los actores, al cantante, los bailarines, luego no le transmites al público. Si no lo tienes claro lo único que haces es embarrar. Le puede interesar: ‘La bohème‘: un retrato del amor Además, esto es en directo, no como en la televisión que puedes repetir las tomas. A la hora de la función no hay trampa ni ratón, se levanta el telón y la función empieza y acaba, esto es así. Por eso digo que a veces hay magia. ¿Con cuántas personas está trabajando en escena? Serán, a lo mejor, entre los que estamos arriba y abajo, unos sesenta. Entre coro, bailarines, cantantes, orquesta, pues sí... Sesenta.