El 4 de diciembre de 1886 tuvo lugar una exposición de arte en Colombia. Tenía obras de exponenetes del arte antiguo colombiano, de artistas contemporáneos del país o residentes en él y obras “notables de extranjeros”. Se esperaba que tuviera una duración de quince días, desde el primero de diciembre de 1886. Sin embargo, abrió sus puertas el 4 del mismo mes en el Colegio San Bartolomé. Las luces de las galerías superiores fueron arregladas por medio de telones; una fuerte armazón de madera convenientemente inclinada se dispuso para seguridad de los cuadros. Lo anterior, según lo informó el Papel Periódico Ilustrado en su edición 109, el primero de febrero de 1887. Ocho días después este periódico reportó, refiriéndose a la misma exposición:“Entre esas bellezas artísticas que hoy afortunadamente se exponen aquí, las hay de mano clásica extranjera, antigua y moderna, y las hay de mano de Vásquez, de los Figueroas y de Acero, de caballero y de Medoro, de Camargo y de Gutiérrez, de Groot, de Torres, de Prince y de Espinosa, y de tantos otros que llevaron en alto la bandera del arte en nuestra patria”. Papel Periódico Ilustrado, edición 110, 15 de febrero 1887.El evento al que hace referencia el periódico es la primera Exposición de Arte de la Escuela Nacional de Bellas Artes, que a partir de ese momento inauguraría su vinculación con la Universidad Nacional. Para investigadores en la Historia del Arte en Colombia, hablar de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional es hablar de la Historia de la enseñanza del arte en el país.Para Lucas Ospina, artista y miembro de la Facultad de Artes de la Universidad de Los Andes, una de las peculiaridades de la exposición de ese 4 de diciembre fue la variedad de expresiones artísticas que se reunieron allí: “a partir de ese momento se comienza a tener una idea de arte más elevada, la imagen deja de estar atada a la iglesia y su reproducción rompe el monopolio existente de que las imágenes solo podían estar en un templo o en la biblia”.Un ejemplo es el mismo Papel Periódico Ilustrado, dirigido por Alberto Urdaneta, que dedicó muchas de sus páginas a la reproducción de fotografías de Demetrio Paredes y grabados de Julio Racines, herederos de un trabajo que se venía realizando la Escuela Nacional de Bellas Artes desde finales del siglo XIX con las obras de Luis García Hevia, Ramón Torres Méndez y José Manuel Groot, especialmente en el arte del grabado y el dibujo.El nuevo proyecto de nación Miguel Huertas es egresado de la Universidad Nacional y parte de su tiempo lo ha dedicado estudiar la historia del arte en Colombia. En el marco de la celebración de los 130 años de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional ofreció una conferencia en el Museo Nacional, donde habló del papel que ha cumplido esta institución en el pensamiento artístico del país.Para el artista, la historia de esta facultad está atravesada por varios acontecimientos, pero uno de los más importantes es la consolidación del canon conservador civilizatorio que se dio bajo el gobierno del presidente Rafael Núñez en 1886: “la manera en que una sociedad piensa su arte es un reflejo de cómo se piensa así misma y viceversa. Por esto la Escuela Nacional de Bellas Artes jugó un papel importante en la construcción de la nación, porque le dio un nuevo nombre al país”.La Escuela Nacional de Bellas Artes vinculada a la Universidad Nacional dictó su primera clase, según investigaciones de Huertas, el lunes 12 de abril de 1886. Como las efemérides se realizaban los días patrios, el acto inaugural se dio el 20 de julio del mismo año. Ese día el rector pronunció el siguiente discurso, registrado por el Papel Periódico Ilustrado, en su edición número 97 el 6 de agosto de 1886:Excelentísimo Señor Presidente de la República. —Señores.Señalado este día, clásico en Colombia, para la inauguración de la Escuela de Bellas Artes, y habiéndoseme distinguido con la inmerecida y para mí valiosísima honra del encargo de fundarla o constituirla, cumplo con el deber de presentar á (sic) Vuestra Excelencia las nueve secciones en que por ahora se ha divido, y hacerme delegado de la juventud que las forma para daros gracias á Vos y felicitar a la Patria por su fundación en este glorioso aniversario de nuestra existencia independiente, en el cual podemos ya celebrar, realizada en los destinos de Colombia, una transformación tan profunda y trascendental, que con justa razón ha podido llamársela regeneración social y política. […]”Así, la Escuela Nacional de Bellas Artes quedó vinculada a la Academia con las siguientes carreras: arquitectura, música, escultura, pintura, dibujo, aguada, grabado en madera, ornamentación y anatomía artística, con un total, para esa fecha, de más de 300 estudiantes en la nueva Facultad.Meses después se dio la mencionada exposición que para Huertas representó el nuevo sistema que se estaba creando alrededor de la educación: “es importante entender la diferencia entre Escuela y Academia, ésta última solo puede ser entendida como un sistema y la Escuela como una unidad del mismo y a esto le estaban apostando con esta unión”.La nueva Facultad de Artes “Era una época en que las escuelas estaban como reinos separados y a partir de ese momento empiezan a formar parte de las universidades, es en ese momento cuando se dan los cruces entre educación, arte y política”, agrega Ospina. Después de esta vinculación se dieron movimientos artísticos en el país como el del “Grupo Bachue” (entre los veinte y los cuarenta del siglo XX), una generación de artistas cuyas obras rompieron lo que se venía haciendo artísticamente en el país, con exponentes como Pedro Nel Gómez, Luis Alberto Acuña, Rómulo Rozo, Ramón Barba, Josefina Albarracín y Hena Rodríguez, entre otros.Lea aquí sobre el Proyecto Bachué, los modernistas relegados.La Escuela Nacional de Artes, antes ubicada en el edificio de Santa Clara, vio florecer un periodo artístico influenciado por el nuevo canon modernista que había iniciado el presidente Enrique Olaya Herrera (1930 - 1984). En 1935, bajo el gobierno de Alfonso López Pumajero y con la implementación de la Reforma educativa, se comezó a construir la llamada Ciudad Blanca o Ciudad Universitaria un espacio pensado para la unificación de todas las escuelas que estaban vinculadas a la Universidad. Pasó casi medio siglo desde ese discurso que nombró el vínculo entre arte y academia para que finalmente la Escuela Nacional de Bellas Artes se trasladara al campus de la Universidad Nacional, bajo la rectoría de José Félix Patiño y se conociera como la nueva Facultad de Artes. Una vez allí, se integra con otras disciplinas y otras escuelas como el Conservatorio de Música, Bellas Artes y Arquitectura. Con el paso del tiempo se terminaron por incorporar a la Facultada de Artes las carreras de diseño gráfico, diseño industrial y cine y televisión.Para Ospina, el panorama académico de las artes en Colombia aún tiene ciertos conflictos y el principal radica en la mezcla de formas de educación: “en el país ahora hay una mezcla de sistemas de educación, por un lado está el clásico donde importa el talento; el moderno donde importa la creación y el actual donde importa la actitud. Una de las cosas que podría hacer el arte en el país es ampliar la imaginación y no cerrarla a un solo discurso”.130 años después, la ahora Facultad de Artes tiene cerca de 2900 alumnos. Para el vicedecano de la facultad, David Lozano: “la escuela ha marcado momentos importantes no solo en lo pedagógico sino también en las disciplinas artísticas, hemos permeado el campo profesional, tanto colombiano, latinoamericano e internacional”.En el campo de las artes, la facultad ha tenido profesores como los artistas Fernando Botero y Alejandro Obregón, los músicos Guillermo Uribe Holguín, Fabio González Zulueta y Carmiña Gallo. “Algunos como Martha Traba, Ivone Pini o Germán Rubiano, han ayudado a la consolidación de un pensamiento propio sobre el devenir de las artes en Colombia. Le hemos apostado a experimentar y entender al obra de arte como un proceso que se también se interroga. Y ese es el lugar de la pedagogía”, agrega Lozano.Para la celebración de los 130 años, la Universidad ha recibido el apoyo de varias instituciones del país, quienes reconocen la importancia de esta Facultad en la historia del arte de Colombia como lo son el Museo Nacional, donde se encuentran expuestas obras de Antonio Cano, de Santamaría y de exponentes de la escuela de la sabana. Entre los aliados también están la Biblioteca Luis Ángel Arango, el Museo de Arte Moderno de Bogotá, Arte Cámara, la colección de Colsubsidio y el Instituto Distrital de Patrimonio.La Universidad Nacional de Colombia prepara más actividades para extender esta celebración hasta abril de 2017.