El fotógrafo chileno Carlos Villalón lleva más de diez años recorriendo las problemática y contradictoria ruta de la coca en América. Sumergido en lugares inhóspitos, ha retratado los rostros, manos y procesos que la llevan desde sus lugares de concepción ancestral, anclados a los significados que tiene en los pueblos originarios de Suramérica, su procesamiento en los laboratorios ocultos, hasta su uso como narcótico en las ciudades y sus destinos en los Estados Unidos. El libro Coca, la guerra perdida es la condensación de todos estos años de trabajo de Villalón. Los cinco capítulos que lo componen narran en imágenes estos recorridos por la cordillera de los Andes, la selva amazónica de Perú, Bolivia y Colombia, Centroamérica y Nueva York. Allí, Villalón ilustra a través de sus fotografías el significado y los usos que tiene la coca en América. Los dos primeros capítulos (“Planta Sagrada” e “Hijos del Sol”) exploran las prácticas culturales de comunidades indígenas de Perú, Colombia y Bolivia en torno al cultivo y uso medicinal de la hoja de coca: su origen en la selva amazónica y su poder simbólico. El tercero aborda el “Trueque”, tema que lo motivó a emprender este proyecto editorial, en cual se retrata la cotidianidad de poblaciones aledañas al río Caguán en el municipio de San Vicente del Caguán, Caquetá, sede de los fallidos Diálogos de Paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC. “En esta región vi cómo los campesinos usaban la pasta de base de coca como moneda, en modalidad de trueque por comida, servicios médicos, medicamentos, bebidas, en fin, fue extraño y al mismo tiempo alucinante. En ese momento decidí escribir un reportaje sobre el tema que fue publicado en 25 portadas de la revista de National Geographic”, afirma Villalón, quien en el año 2000 había llegado a Colombia a cubrir aquel histórico acontecimiento que hizo conocida a esta región del país ante el resto del mundo. La amplia difusión que tuvo el reportaje fue determinante para comenzar el trabajo de documentar fotográficamente la ruta de la coca en América. La conclusión de su experiencia fue una, la que da título al trabajo: la guerra contra las drogas ha sido una guerra perdida. Le puede interesar: Pacifista estrena documental sobre la ruta de la coca En esa línea, los dos últimos capítulos del libro dan cuenta del contexto de violencia que ha generado la constante lucha contra las drogas, desde la promulgación de leyes severas en la presidencia de Richard Nixon en Estados Unidos hasta la actualidad. Para Villalón, quien ejerce la fotografía documental desde hace 25 años y reside en Colombia desde hace 18, el objetivo principal de este libro es reivindicar el significado de la coca como una planta sagrada medicinal utilizada por miles de personas alrededor de los Andes y la Amazonía. “La guerra contra las drogas desde Nixon está totalmente perdida, se han gastado billones de dólares sin ningún efecto real, solo se ha aumentado la cantidad de muertos, el racismo, la miseria, en definitiva la violencia generada alrededor de esta lucha, el libro fue hecho para generar una reflexión frente a la necesidad de encarar el tema desde otra perspectiva distinta a la penalización y más enfocada en la salud pública”, agrega. Al finalizar la documentación fotográfica el libro incluye cuatro textos de expertos en el estudio de la coca desde distintas perspectivas, uno de ellos es el reconocido antropólogo y etnobotánico Wade Davis, quien escribió un ensayo sobre los diferentes tipos de coca que existen en América y su significado cultural. Le puede interesar: Coca nostra, por Antonio Caballero Además, Coca, la guerra perdida está acompañado de una exposición de las principales imágenes capturadas por Villalón en la galería OjoRojo Fábrica Visual, ubicada en el barrio La Macarena de Bogotá. El libro se encuentra a la venta en las librerías OjoRojo y Nada. Conozca más del trabajo de Carlos Villalón haciendo clic aquí y vea arriba algunas de las fotografias que componen el libro