La nueva realidad servirá para que Colombia acelere su paso hacia energías más limpias, de cara a un mundo más sostenible. En efecto, la pandemia devastó a millones de personas y empresas, pero indujo a la sociedad para hacer un alto en el camino a fin de redireccionar su foco hacia modelos más limpios. En este tema, los países desarrollados llevan la delantera, aunque los emergentes no se quedan atrás. A algunos de estos la pandemia les confirmó que sus planes –en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)– iban por el camino correcto. En Colombia ese fue el caso de Interconexión Eléctrica S. A. (ISA), una de las principales compañías transportadoras de energía del continente, que, además de Colombia, opera en Chile, Ecuador y Brasil. Bernardo Vargas, presidente de la empresa, asegura que esta coyuntura les ha demostrado, aún más, la necesidad de desarrollar y afianzar capacidades declaradas en la estrategia trazada para 2030, como la adaptabilidad, la flexibilidad, el trabajo en red y una cultura de transformación digital. Esta hoja de ruta, en todo caso, irá de la mano de lo que el directivo llama una “profundización del contrato social”, de tal modo que la sociedad avance de manera armónica y constructiva.

Sin duda alguna, el mundo no será el mismo cuando pase la página de la pandemia, y el sector privado deberá estar preparado para ese momento. Su historia de más de 50 años en el mercado le ha permitido a ISA participar en la transformación del país, primero como el facilitador de la interconexión eléctrica y recientemente en negocios de infraestructura vial y de energías renovables. Vargas tiene una premisa clara: las compañías no podrán subsistir basadas solo en los resultados financieros. Por eso deben trabajar muy fuerte en generar valor sostenible para la sociedad. En la práctica, esto se puede resumir en tener especial cuidado con las personas y el medioambiente, mediante acciones enfocadas en la innovación, la transformación digital y las alianzas. Claro está que, como cualquier empresa, ISA debe responder a sus inversionistas. Aunque la pandemia los impactó, venían de un buen 2019, que confirmaron en el primer trimestre de este año. Por ende, tienen cómo enfrentar lo que viene. El año pasado, la compañía tuvo utilidades por 1,6 billones de pesos –logró superar la cifra de 2018–, con lo que confirmó sus buenos resultados por cuarto año consecutivo. Además, entre enero y marzo de este año, registró ingresos por 2 billones de pesos, es decir, 14 por ciento más que un año atrás. Su Ebitda creció 7,5 por ciento y su utilidad neta aumentó 7,2 por ciento. Estos buenos resultados le permitirán a ISA mantener su plan de inversiones para el periodo comprendido entre 2020 y 2024, tasado en 3.657 millones de dólares. No obstante, la compañía prevé que aplazará para 2021 algunos montos asignados para ejecutar este año, sin afectar la cifra total mencionada. “En ISA tenemos la expectativa de no modificar nuestro plan de inversiones. Aunque sí habrá algunos desplazamientos, esperamos que para el periodo no tengamos variaciones relevantes”, asegura Vargas. Precisamente, este plan de trabajo irá de la mano de uno de los planteamientos centrales que ha hecho el directivo de ISA. Esto es, cómo hacer para que la coyuntura del coronavirus sirva de palanca a fin de acelerar el desarrollo de las energías limpias en Colombia. "Ello implica consolidar la tendencia hacia fuentes renovables no convencionales, que deben contar con redes apropiadas de transporte", reflexiona el directivo. Pero también se traduce en que la sociedad colombiana consuma eficientemente los recursos. En la práctica, incluye cambiar la cultura, lo que implica adoptar programas de movilidad sostenible, teletrabajo, horarios flexibles, bicicletas eléctricas y mecánicas, y ‘carpooling‘, entre otros. En últimas, esta es la oportunidad ideal para profundizar y consolidar un nuevo contrato social más compasivo e incluyente para los colombianos.

Para el presidente de ISA, “todos debemos tener una mayor conciencia de que ‘todos somos uno’, como reza el manifiesto de esta compañía”. Por ello, es necesario prepararse mejor para retos futuros, dentro de los cuales el mayor será, sin duda, corregir el rumbo para proteger el planeta del cambio climático. El mensaje tiene la mayor importancia, sobre todo al venir de la empresa líder en el sector energético, llamado, como otros, a cambiar radicalmente su forma de operar. A fin de adaptarse a la nueva realidad pospandemia, es necesario comenzar por cambiar las fuentes y la forma de consumir la energía. Para lograrlo, la compañía está transformando todos sus procesos y realidades para ofrecer lo que llaman “valor sostenible”. De ese modo, todas las decisiones en el día a día están enmarcadas en cuatro aspectos: aprovechar las oportunidades de la tecnología, minimizar el impacto ambiental, construir capacidades y promover el desarrollo del ecosistema, y sellar alianzas para alcanzar los objetivos trazados. ISA está lista para seguir creciendo en Colombia y en América Latina, pero con un sello de sostenibilidad. Con este plan ganan los inversionistas, pero también el país, la sociedad y el planeta.