Pocos meses antes de dejar el Ministerio de Agricultura, Aurelio Iragorri presentó una cifra alentadora para el campo: en el primer trimestre de este año hubo un crecimiento del 7,7 por ciento en el sector agropecuario. El aumento estuvo por encima de otras áreas de la economía. Incluso fue superior al incremento nacional en el mismo periodo, que se ubicó en el 1,1 por ciento. Es una noticia positiva de cara al revolcón agrario que el país tendrá en los próximos años. En todo caso, estos datos contrastan con lo que viene ocurriendo en las regiones: los agricultores siguen padeciendo por las fallas en la comercialización de sus productos, la infraestructura —como vías, centros de acopios o sistemas de riego— no es suficiente y continúan teniendo problemas con el acceso a tierras. Entonces, ¿a qué se debe el crecimiento que anunció Iragorri? SEMANA RURAL consultó al Ministerio de Agricultura y, de acuerdo con esta cartera, el buen momento se debe a la inversión en el sector para aumentar los cultivos y el movimiento del mercado internacional. «En 2016 se cumplió la meta de siembra de un millón de hectáreas nuevas. Los cultivos que más contribuyeron son: frutales, plantaciones forestales, arroz, yuca, maíz y cebolla» - MinAgricultura - Asimismo, entre enero y agosto de este año se exportaron 2 millones 300 mil toneladas de productos agropecuarios, valorados en 3.800 millones de dólares. Los productos que más se venden fuera del país son: café, flores, aceite crudo de palma, banano, aguacate y otras frutas.
Para Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), otros factores que también influyen en el crecimiento son los fenómenos climáticos favorables en el último año y la salida de las Farc de los territorios después de la firma de los acuerdos de paz con el Gobierno.
| En esta región se producen cerca de 600.000 toneladas al año, lo que la ubica como la segunda región en esta actividad del país. La piña, uva, papaya y banano, además de unas 76.000 toneladas de hortalizas, son los principales cultivos | Foto: Cortesía EL PAÍS de Cali Pero ante el aumento, Bedoya señala que se debe apuntar a una rentabilidad sostenible, lo que mantendría el buen momento del campo. “Si usted mira lo que pasa con algunos productos, como el caso del arroz o la leche, han tenido buen crecimiento, pero ingresos muy bajos. Pienso que ese impulso se puede sostener, siempre y cuando sea rentable”, comenta. ¿Qué se debe hacer para sostener el buen momento? Si bien este crecimiento permitió que el Producto Interno Bruto del sector agropecuario haya aumentado en el segundo semestre de este año —6,6 veces en el primer trimestre y 3,5 en el segundo—, esto debe ir acompañado con desarrollo rural y de vida para los campesinos y agricultores; todo para que se mantengan las cifras positivas. LAS CIFRAS DEL CRECIMIENTO Productos que más aportaron Ha: Hectáreas
Para el profesor César Ortiz, director del Departamento de Desarrollo Rural y Regional de la Universidad Javeriana, el aumento en la productividad agraria no necesariamente significa que la vida en el campo esté mejorando. “Lo importante no solo es ver las cifras, sino discutir la diferencia entre crecimiento agropecuario y desarrollo rural. No solo se necesita de inversión en semillas y herramientas, sino de atender los problemas en vías, vivienda y servicios básicos”, indica el académico. Precisamente, para que el crecimiento del campo sea integral, es urgente una verdadera articulación del Ministerio de Agricultura con las demás carteras para saldar la deuda histórica del Gobierno con las zonas rurales. Ortiz añade que “además de la articulación, toca aclarar qué es el desarrollo rural. Llevamos 50 años tratando de resolver esa pregunta”. Por su parte, el profesor Yesid Aranda, director del Departamento de Desarrollo Rural de la Universidad Nacional, insiste en que no hay una planificación de la producción agrícola del país. Esto perjudica a los cultivadores porque representa problemas de comercialización, como ocurrió con el ñame y el arroz, dos productos que presentaron sobreproducción y tuvieron inconvenientes en ventas. Esto debe corregirse para no perjudicar a los agricultores. TE PUEDE INTERESAR El verdadero reto del ñame con el que no ha podido MinAgricultura Otra estrategia para sostener la bonanza del agro son la estrategias público-privadas. Este es uno de los retos de la Agencia de Desarrollo Agrario, creada en 2016 con el propósito de impulsar proyectos entre las asociaciones de pequeños y medianos productores. Para el presidente de la SAC, estos convenios son indispensables en el revolcón que tendrá el campo, pues “ya es momento de volver empresario al agricultor”. Los buenos réditos que hoy muestra el sector solo se mantendrán si se tienen en cuenta estas observaciones. Cinco 'agroapuestas' para seguirles la pista
Es uno de los cultivos que más ha crecido en los últimos años en la región Caribe, con el apoyo del Gobierno. “Algunas áreas en donde existía ganadería o que eran pastos han pasado a palma”, dice Gabriel Urbano, director de la Corporación Desarrollo Solidario que apoya a organizaciones campesinas de los Montes de María, entre los departamentos de Sucre y Bolívar. Según el Ministerio de Agricultura, es uno de los tres productos que más creció en el primer trimestre de 2017 (aumentó 36,9 por ciento). Urbano explica que el modelo de producción no excluye a los campesinos, que en caso de tener al menos cinco hectáreas pueden entrar en el negocio a través de asociaciones público-privadas. Ellos ponen su tierra como garantía, mientras que la empresa aporta el resto: mano de obra, asistencia técnica y semilla
La siembra de frutas es la gran apuesta agrícola del Valle del Cauca. En esta región se producen cerca de 600.000 toneladas al año, lo que la ubica como la segunda región en esta actividad del país. La piña, uva, papaya y banano, además de unas 76.000 toneladas de hortalizas, son los principales cultivos, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura del departamento. En ese sentido, el Valle cuenta con 30.000 millones de pesos este año para impulsar la siembra de frutas, de los cuales 18.000 millones los aporta la Gobernación a través del Plan Integral de Fruticultura, que beneficia de manera directa a 3.281 pequeños productores de 53 asociaciones en 29 municipios. Además, este programa interviene renglones productivos como el aguacate, los cítricos, el lulo, el plátano, la mora, el chontaduro, la piña y la guayaba.
En San Carlos, oriente de Antioquia, les sacan provecho a sus fuentes hídricas con la producción piscícola. “Estamos en un proceso de encadenamiento, que va desde el nacimiento de la larva hasta el pez procesado y empacado al vacío”, explica Franklin Ciro, secretario de Agroambiente del municipio. Una vez la producción termina, a los campesinos se les compra el pescado en una planta de beneficio —un centro de sacrificio—. Al cumplir con toda la normatividad del Invima, el producto llega a grandes supermercados, lo que representa ingresos para más de 152 familias de la región que viven de esta actividad.
A pesar de los recientes problemas que ha tenido esta industria, en 2016 se cultivaron 599.799 hectáreas en todo el país, citando la Encuesta Nacional Agropecuaria del DANE. El pasado 29 de agosto, más de 500 arroceros del Tolima ocuparon las vías del Espinal, en protesta por la disminución del precio de este cereal, que pasó de estar en 140.000 pesos la carga en 2016, a 120.000 pesos para este año. Tal situación se originó por la sobreproducción. El Ministerio de Agricultura, por su parte, asegura que por medio de la resolución 262 de este año estableció el incentivo al almacenamiento de arroz, para evitar los precios bajos. Se asignaron 20.432 millones de pesos. También fueron adjudicados presupuestos para apoyar la comercialización del arroz paddy (16.800 millones) y compensar a los productores de Arauca (1.500 millones).
En el año 2000 se diseñó la ‘Visión 2020’ para Arauca, en la que se proyectó el establecimiento de 20.000 hectáreas de cacao en el departamento, de las cuales, a la fecha, hay plantadas 17.200 hectáreas; muy cerca de la meta. En San Carlos, Montes de María, Caquetá, Arauca y Tumaco también se está impulsando el cultivo de este grano. En el caso de Tumaco, cultivar cacao puede ser la salida a los cultivos ilícitos. Una empresa de la región, con el apoyo de la comunidad, tiene 14.000 hectáreas sembradas. Por otro lado, las cooperativas de cacao de Arauca, con el apoyo de la Federación Nacional de Cacaoteros, exportaron en septiembre las primeras 25 toneladas de cacao a Malasia. Este departamento produce 11.000 anualmente. Es un logro histórico para los agricultores araucanos que se dedican a este cultivo, teniendo en cuenta que hubo mala comercialización, pues se hacía a través de intermediarios que decidieron asociarse en cooperativas para ofrecer el producto directamente a las grandes compañías chocolateras. Pero hoy el panorama es diferente y hasta se tiene planeado exportar cien toneladas más en los próximos cuatro meses. POR: SEMANA RURAL CON REPORTERÍA DE: Camila Torres, Daiana González, Leilín Candela.