La pesadilla del terrorismo reapareció en Colombia a las 9:32 de la mañana del jueves 17 de enero. A esa hora un carro bomba estalló en las instalaciones de la Escuela General Santander al sur de Bogotá, en donde 900 cadetes se preparan para convertirse en oficiales de policía. En los 127 años de existencia de la Policía Nacional por primera vez esa institución sufría un ataque de esas características. La explosión acabó con la vida de 21 jóvenes de entre 17 y 21 años de edad, y dejó heridos a otros 68. El ministro de Defensa, Guillermo Botero, y los altos mandos de las Fuerzas Militares acababan de aterrizar en Quibdó, cuando les informaron del acto criminal. Todos regresaron inmediatamente a la capital para hacerle frente a la grave situación.