La carrera por la Casa Blanca llegó el martes a New Hampshire, donde los demócratas votaron para elegir el rival de Donald Trump en noviembre en una interna con dos favoritos: el veterano izquierdista Bernie Sanders y el joven moderado Pete Buttigieg.

Tras los caóticos "caucus" (asambleas ciudadanas) de Iowa, que la semana pasada abrieron el proceso de nominación de aspirantes a las presidenciales, New Hampshire celebró la primera votación primaria de esta temporada electoral, crucial para reducir el campo de los 11 contendientes demócratas. Con casi la totalidad de los colegios electorales cerrados, los resultados dan como ganador al senador Bernie Sanders, de 78 años y líder de las encuestas a nivel nacional. Con el 87 por ciento de los colegios electorales reportados, el senador izquierdista de Vermont recoge un 25,7 por ciento de apoyos, en tanto el joven Pete Buttigieg, exalcalde de South Bend, Indiana, marca un 24,4. La senadora de Minnesota, Amy Klobuchar consigue un 19,8. 

Era de esperarse la victoria de Sanders en New Hampshire. El representante de Vermont ya había arrasado allí en 2016 contra Hillary Clinton.  Pero Buttigieg, exalcalde de South Bend, Indiana, de 38 años y quinto en los sondeos de todo el país, aparece como un serio competidor tras ganarle por estrecho margen en Iowa, y se cercó peligrosamente a Sanders en New Hampshire. Buttigieg se mantiene segundo en el conteo delante de Klobuchar, una centrista cuya popularidad creció tras el debate del viernes. La progresista Elizabeth Warren quedó cuarta, con 9.5 por ciento. Joe Biden, el gran perdedor Joe Biden pasó de estar en la cima al borde del precipicio en tan solo una semana. Favorito durante meses para la nominación demócrata a la Casa Blanca, el exvicepresidente de Barack Obama se presentaba como un estadista de peso y el mejor preparado de su partido para derrotar a Donald Trump en noviembre. Pero luego de liderar las encuestas a nivel nacional, el veterano político ha visto tambalear sus ambiciones.

Tras quedar cuarto en los "caucus" de Iowa, un batacazo que describió como un "golpe en las tripas", el martes recibió una segunda paliza consecutiva, ubicándose en un sorprendente quinto puesto en la primaria de New Hampshire. El exvicepresidente de Barack Obama, abandonó el estado horas antes de conocer los resultados de las primarias, augurando su tácita derrota. Decidió irse a Carolina del Sur para jugarse una carta de salvación en su campaña que se ve cada vez más enredada. Nadie en la historia moderna del proceso de nominación demócrata ha ganado luego de un desempeño tan pobre en las dos contiendas estatales que abren la interna. Un sondeo de la Universidad de Monmouth publicada el martes muestra que el puntaje nacional de Biden se redujo a casi la mitad, de 30% antes de los "caucus" de Iowa al 16% esta semana.   En el promedio de encuestas recientes de RealClearPolitics en todo el país, Biden aparece con 20,4% de apoyo, después de perder frente a Sanders (23%) el primer puesto que había ocupado durante más de un año. "No sé si he visto una semana más triste en una campaña que la de Joe Biden en New Hampshire", dijo el profesor de ciencias políticas Dante Scala, de la Universidad de New Hampshire. "A los votantes les gustaba bastante Joe Biden, pero no había devoción", agregó. "Entonces, cuando decepcionó en Iowa, se fueron a buscar otros candidatos". Otros candidatos también pasaron horas bajas. Andrew Yang y el senador por Colorado, Micahel Bennet, optaron por detener su postulación en la contienda electoral al ver la poca participación de los votantes en aquel Estado. A pesar de que New Hampshire, un pequeño estado del noreste del país, cuenta apenas con 1,3 millones de habitantes, y aporta menos del 1% de los delegados necesarios para la nominación demócrata que se conocerá en julio, tiene una gran influencia en el panorama político del país. *Con información de AFP