Bajar de peso es una meta común que se plantean las personas en algún momento de sus vidas. Ya sea por cuestiones de salud o estética, adelgazar suele ser un objetivo que persiguen especialmente aquellos que padecen sobrepeso u obesidad.
Si bien el deseo es grande, cumplirlo no es tarea fácil. De hecho, alrededor de la pérdida de peso figuran todo tipo de mitos, los cuales abordan desde dietas exigentes hasta planes intensivos de ejercicio. En todo caso, lo más recomendable siempre será adoptar las recomendaciones de un profesional de la salud.
En términos prácticos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expone los hábitos que deben adoptar las personas para mantener un peso saludable:
- Limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares.
- Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.
- Realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).
¿Qué pasa con el consumo de avena?
La avena es un alimento habitual en las dietas adelgazantes, pero, ¿a qué se debe su valor en este campo?
Para empezar, la Fundación Española de Nutrición (FEN) expone que la avena es un cereal con un valor energético de 361 kcal por 100 g. Además, es fuente de proteínas de bajo coste y posee un alto contenido en fibra. En cuanto a los micronutrientes, la avena posee un alto contenido en hierro, magnesio, zinc, fósforo, tiamina (vitamina B1), vitamina B6 y folatos, además de ser fuente de potasio y vitamina E.
Ahora bien, su valor nutricional también incide en efectos dentro del organismo. La enciclopedia médica MedlinePlus reseña que la avena puede reducir los niveles de colesterol y azúcar en la sangre. Adicionalmente, señala que el consumo regular de este cereal ayuda a controlar el apetito, pues propicia una sensación de saciedad.
“El salvado de avena podría funcionar evitando que el intestino absorba sustancias que pueden provocar enfermedades cardíacas, colesterol alto y diabetes. La avena parece reducir la hinchazón cuando se aplica sobre la piel”, agrega el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
De acuerdo con la evidencia científica, la avena es un alimento de alto valor, no solo para nutrir al organismo, sino que también contribuye a mantener un peso saludable. Sin embargo, hay que tener presente que el consumo por sí solo de este cereal no garantiza que el sujeto adelgazará. En tal virtud, es clave complementar su ingesta con hábitos de vida saludable.
¿Cómo incluir la avena en la dieta?
La variedad es importante en la alimentación del ser humano. En ese sentido, el hecho de que la avena sea fuente de nutrientes valiosos no quiere decir que el sujeto deba limitarse a consumir exclusivamente dicho cereal.
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica médica, expone en su sitio web un ejemplo de plan alimenticio con un nivel de 1.200 calorías. Para este caso, incluye la avena en el desayuno.
- Desayuno: hojuelas de avena remojadas con bayas y pera.
- Almuerzo: sopa toscana de frijoles blancos con pesto.
- Cena: pollo asado al horno con brócoli, cebolla y tomates.
- Refrigerio: Una taza de pimientos morrones en rodajas y una banana.
El anterior es apenas un ejemplo de las múltiples dietas saludables que puede adoptar el ser humano. Para tener mejores resultados, es recomendable consultar con un nutricionista de confianza y definir el plan de alimentación que mejor se ajuste a las necesidades de cada persona. Así mismo, la actividad física regular es ineludible si se quiere adelgazar y gozar de un buen estado físico.
Referencias científicas:
- Obesidad y sobrepeso. Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Datos actuales sobre las propiedades nutricionales de la avena. Fundación Española de Nutrición (FEN).
- Avena. MedlinePlus.