Los enfoques naturales o complementarios para tratar enfermedades cardíacas suelen centrarse en regular los niveles de colesterol, reducir la presión arterial y mejorar la salud del corazón. A menudo, la investigación sobre estos métodos es limitada en comparación con los tratamientos médicos convencionales.
Se han realizado investigaciones suficientes sobre algunos productos naturales que han demostrado clínicamente su capacidad para reducir el colesterol.
A pesar de esto, algunas personas han experimentado cierto grado de satisfacción con terapias alternativas y ciertos suplementos que ayudan a reducir el colesterol, lo que sugiere que los remedios naturales podrían ser beneficiosos.
No obstante, es importante consultar a un médico antes de probar cualquier tratamiento alternativo para asegurarse de que sean seguros para la persona en cuestión. Algunos ingredientes presentes en terapias alternativas podrían interferir con ciertos medicamentos o tener efectos secundarios perjudiciales.
Estos son los mejores remedios naturales para el colesterol
Astrágalo
El portal Health Line destacó que “el astrágalo es una planta utilizada en la medicina china tradicional para respaldar el sistema inmunitario. Esta hierba se caracteriza por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, y se clasifica como un “adaptógeno”, lo que significa que se cree que protege el cuerpo contra diversas formas de estrés”.
Aunque algunos estudios limitados han sugerido que el astrágalo puede ofrecer ciertos beneficios para el corazón, la evidencia clínica de alta calidad en humanos es escasa, según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa (NCCIH). Se requiere más investigación para comprender cómo el astrágalo puede afectar los niveles de colesterol y la salud cardíaca en general.
Planta de espino
El espino es un arbusto relacionado con la rosa, cuyas bayas, hojas y flores han sido utilizadas para tratar problemas cardíacos desde la época del Imperio Romano. Aunque algunos estudios han sugerido que esta planta puede ser eficaz para tratar formas leves de insuficiencia cardíaca, los resultados de la investigación son contradictorios, según advierte el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa (NCCIH). No existe suficiente evidencia científica para afirmar que el espino sea efectivo para otros problemas cardíacos.
Además, es importante tener en cuenta que el espino puede interactuar negativamente con varios medicamentos recetados y otras hierbas, lo que subraya la necesidad de precaución al considerar su uso como tratamiento para condiciones cardíacas.
Semillas de lino
“Las semillas de lino provienen de la planta del mismo nombre, y tanto las semillas como el aceite extraído de ellas son ricos en ácido alfalinolénico, un tipo de ácido graso omega-3 que se cree puede disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca”, así lo destacó Tua Saúde.
A pesar de esto, la investigación sobre los beneficios de las semillas de lino para la salud del corazón ha arrojado resultados contradictorios, según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa (NCCIH). Algunos estudios han sugerido que los preparados con semilla de lino pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol, especialmente en personas con niveles elevados de colesterol y en mujeres en la menopausia.
Ajo
El ajo, un bulbo comestible, ha sido utilizado tanto como ingrediente culinario como medicamento durante miles de años. Puede consumirse crudo o cocido, y también está disponible en forma de suplementos, como cápsulas o tabletas.
De acuerdo con el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa (NCCIH), “algunas investigaciones han sugerido que el ajo podría tener efectos beneficiosos, como la reducción de la presión arterial, los niveles de colesterol en sangre y el progreso de la aterosclerosis”.
Sin embargo, como ocurre con muchas terapias alternativas, los resultados de los estudios han sido contradictorios. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que consumir ajo durante 1 a 3 meses puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en sangre. No obstante, un estudio financiado por el NCCIH, que investigó la seguridad y efectividad de tres preparaciones de ajo, concluyó que no se observaron efectos a largo plazo sobre el colesterol en la sangre.