Las vitaminas son un grupo de sustancias necesarias para el funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo del organismo, según señala la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

De acuerdo con la entidad estadounidense, la mejor manera de obtener todas las vitaminas que se necesitan es tener una dieta equilibrada que “contenga una amplia variedad de frutas, verduras, productos lácteos enriquecidos, legumbres (frijoles secos), lentejas y granos integrales”.

La vitamina B12 es un nutriente esencial para el cuerpo. | Foto: Getty Images

Adicionalmente, la carencia de algunas vitaminas puede generar problemas como cansancio y fatiga, como sucede con la falta de B12.

La vitamina B12 es clave para producir glóbulos rojos y mejorar el funcionamiento del organismo. Sumado a que interviene en la síntesis de la creatina, que permite mantener las reservas de energía, hace que la persona se sienta más activa y vital.

La anemia puede generar falta energía o cansancio excesivo. | Foto: Getty Images
El cansancio puede ser producido por varias razones. | Foto: Getty Images

Carecer de esta vitamina da lugar a la anemia, lo que a su vez provoca fatiga, palidez y debilidad. Esto sucede si las personas no comen suficientes alimentos que la contengan, o si su cuerpo tiene problemas para procesar o absorberlas, según el portal Mayo Clinic.

Sin estos nutrientes, el cuerpo produce glóbulos rojos que son demasiado grandes y que no funcionan adecuadamente. Por lo tanto, reduce su capacidad de llevar oxígeno.

Entre los alimentos que producen vitamina B12 se encuentran el pescado, carne, aves, huevos, leche y otros productos lácteos.

Por lo general, los alimentos de origen vegetal no contienen esta vitamina. Por otro lado, según el estudio, en algunos cereales comerciales fortificados se encuentra este nutriente como aditivo. En especial, los alimentos más ricos en esta vitamina son: las vísceras (hígado de res), los mariscos (almejas), la carne de res, carne de aves, huevos, leche y otros productos lácteos y algunos cereales fortificados y levaduras nutricionales para el desayuno.

De igual forma, este nutriente puede hallarse en los suplementos multivitamínicos y multiminerales. De acuerdo con los expertos, suele presentarse en una forma denominada cianocobalamina. Otras presentaciones habituales son la adenosilcobalamina, la metilcobalamina y la hidroxicobalamina.

En el caso de la vitamina B12 inyectable se puede administrar si un médico la ha recetado. En general, esta forma se utiliza para tratar su deficiencia, que es común que se presente en personas mayores de 50 años, aquellas que siguen una dieta vegetariana o vegana, quienes han tenido una cirugía de estómago o intestinal, como la cirugía para bajar de peso y pacientes con afecciones digestivas como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn.

La naranja es rica en vitamina C, la cual es saludable para los cartílagos y para la formación de colágeno. | Foto: &#169 Lew Robertson/FoodPix

Otra vitamina que aporta a las defensas del organismo es la C que es un antioxidante. Los antioxidantes son nutrientes que bloquean parte del daño causado por los radicales libres, que se producen cuando el cuerpo descompone el alimento o cuando la persona está expuesta al humo del tabaco o a la radiación, precisa MedlinePlus.

El cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena. Por lo tanto, es importante incluir en la dieta diaria muchos alimentos que la contengan. Todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina C. Destacan el melón, frutas cítricas, kiwi, mango, papaya, piña, fresas, frambuesas, moras y arándanos y la sandía.

Por su parte, las verduras que contienen vitamina C incluyen: brócoli, coles de Bruselas y coliflor, pimientos rojos y verdes, espinaca, repollo, nabos verdes y otras verduras de hoja, papa y tomates, entre otras.

Otras causas de cansancio

Las causas más habituales del cansancio físico y mental son, entre otras, las jornadas extensas de trabajo, la práctica de ejercicios de manera intensa, no dormir las horas adecuadas o trastornos del sueño, abusar de diuréticos, tranquilizantes y laxantes, déficit de vitaminas o proteínas, convalecencia por enfermedad o cirugía, mala alimentación, fumar, obesidad, estrés y enfermedades como diabetes, fibromialgia, cáncer, hepatitis o hipotiroidismo.

Referencias