La Fundación Española de la Nutrición (FEN) explica que el tomate es un alimento compuesto de proteínas, vitamina C y carotenoides perteneciente a la familia de las solanáceas. Al contener agua y macronutrientes como los hidratos de carbono, lo hacen ideal para incluirlo en planes de alimentación balanceados.

En el mercado existen muchos tipos, pero los principales son el cherry, el carnoso y el pera, teniendo en cuenta que una ración de tomates le otorga al cuerpo hasta 61% de vitamina C.

Además, dentro de su composición nutricional también destacan los folatos, las vitaminas A, B, D y E junto a minerales como el magnesio, zinc, sodio, fósforo y potasio.

El tomate ayuda al buen funcionamiento del cuerpo y del sistema inmunitario. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Sanar heridas y absorción de hierro

Como el tomate está compuesto de vitamina C, puede combatir el envejecimiento prematuro, ya que según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) este nutriente es una antioxidante que neutraliza los radicales libres que dañan las células del cuerpo.

Asimismo, la vitamina C cuentan con la capacidad de sanar heridas y colaborar con la absorción de hierro, al igual que en la formación de colágeno, una proteína que hace parte en la construcción de diferentes tejidos como la piel, los ligamentos, los vasos sanguíneos y los tendones.

La vitamina C es un antioxidante que protege las células contra los efectos de los radicales libres. | Foto: Foto: Getty images.

“El cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena. Por lo tanto, es importante incluir muchos alimentos que contengan esta vitamina en la dieta diaria”, sugiere la enciclopedia médica a través de su servicio en línea.

El estudio titulado “El consumo de tomates previene el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cáncer”, publicado en la biblioteca electrónica SciELo explica que el consumo de frutas y verduras puede reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles y enfermedades cardiovasculares, gracias al licopeno que contienen, un pigmento llamado carotenoide, según MedlinePlus.

Resulta que si se quita la piel del tomate se estaría perdiendo gran parte de concentración de licopeno, que también está asociado con la regulación de colesterol y presión arterial, aunque siguen las investigaciones científicas al respecto.

Adicional a ello, la piel del tomate está compuesta de antioxidantes que tienen un efecto protector, sin que esto de licencia para hábitos malsanos.

El tomate está compuesto de vitamina C | Foto: Getty Images

MedlinePlus también comenta que posiblemente el licopeno puede disminuir de manera leve el cáncer de próstata, una de las enfermedades más comunes en el 2020, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Finalmente, la FEN sugiere consumir el tomate, ya sea cocinado o triturado, puesto que así el cuerpo absorbe mejor el licopeno y obtiene cada uno de sus beneficios.

Referencias científicas

  • Tomate, Fundación Española de la Nutrición (FEN).
  • Cáncer, Organización Mundial de la Salud (OMS).
  • Vitamina C, Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus).