Uno de los órganos más importantes del organismo tienen forma de frijol y es, aproximadamente, del tamaño de un puño. Se trata de los riñones, ubicados justo debajo de la caja torácica, encargados de filtrar la sangre, eliminar los desechos y el exceso de agua para producir orina, a través de “dos tubos musculares delgados llamados uréteres, uno a cada lado de la vejiga”, precisó el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (Niddk, por sus siglas en inglés).
A su vez, los riñones ayudan en la eliminación de ácido que producen las células del cuerpo, con el objetivo de mantener un equilibrio saludable de agua, sales y minerales, tales como sodio, calcio, fósforo y potasio, en la sangre.
La función de los riñones es importante y sin este equilibrio, los nervios, músculos y otros tejidos pueden presentar dificultades para que el organismo no funcionen correctamente. Por ello, es de vital importancia el cuidado de estos órganos, dentro de los que una persona debe tener está el consumo moderado de sodio, entre ellos la sal; evitar los productos muy procesados, así como no abusar de los lácteos, ya que favorecen la aparición de cálculos biliares.
La alimentación saludable y equilibrada también juega un papel fundamental con el consumo de frutas y verduras, así como ciertas vitaminas que favorecen su buen desarrollo, siendo de gran impacto en la salud.
De hecho, muchas personas desestiman la importancia de las vitaminas y nutrientes, desconociendo la forma en que el organismo se puede ver potenciado a partir de los beneficios de estas. Este tipo de condiciones concretas, en donde se presenta el déficit de algunas vitaminas, puede llegar a producir daños para la salud, incluso al punto de dificultar el desenvolvimiento de la vida humana en condiciones normales, por lo que es clave dar relevancia a estos usos.
La vitamina que protege los riñones
Son 13 en total los que se incluyen dentro de estos nutrientes esenciales para el cuerpo, lo que significa que los requiere para tener un adecuado comportamiento. Uno de los más importantes es el consumo de la vitamina D.
La vitamina D actúa en el organismo mediante “la activación de su receptor (VDR), un receptor de la familia de los receptores nucleares, localizado dentro del citoplasma de la célula”, provocando en el intestino y los riñones, según la Sociedad Española de Nefrología, un incremento del “transporte trans-epitelial de calcio al estimular la expresión de los canales de calcio epiteliales (TPRV6) en la membrana luminal y de calbindina D9K y D28K en el citosol”.
Es decir, sin esta vitamina, “solamente se absorbería a nivel intestinal un 10-15 % del calcio y un 60 % del fósforo de la dieta”.
Las cantidades diarias que se requieren de vitamina D varían por la edad, el sexo y las actividades diarias que se realicen, pero en términos generales los NIH indican que las cantidades promedio diarias recomendadas en microgramos (mcg) y unidades internacionales (UI) son:
- Bebés hasta los 12 meses: 10 mcg (400 UI)
- Niños de 1 a 13 años: 15 mcg (600 UI).
- Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mcg (600 UI).
- Adultos de 19 a 70 años: 15 mcg (600 UI).
- Adultos mayores de 71 años: 20 mcg (800 UI)
- Mujeres y adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 15 mcg (600 UI).
Referencias científicas
Deficiencia de vitamina D - MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Los riñones y su funcionamiento - Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés).
Vitamina D en la Enfermedad Renal Crónica - Sociedad Española de Nefrología.