La suerte de las firmas cazatalentos o headhunters confirma que algo grande está pasando en la economía colombiana. Las ventas del sector prácticamente se duplicaron en los últimos años y muchos indicadores del negocio muestran cambios estructurales en el aparato productivo nacional. “El negocio va bien. Hay nuevos jugadores y muchas compañías están creciendo, tal como lo dejan en evidencia los casos de Carvajal, Inversiones Mundial, Corona y Alpina”, explica José Fernando Calderón, socio director de Egon Zehnder, firma de origen suizo. Según él, por eso hay más demanda para los servicios que ofrecen. De hecho, asegura que el negocio ha abierto nuevas posibilidades. “Hoy tenemos tres líneas de trabajo: primero, la búsqueda de ejecutivos; segundo, las evaluaciones gerenciales para procesos de fusiones o privatizaciones, como en el caso de Avianca-Taca, y, tercero, las asesorías para selección de miembros de juntas directivas”. “Son muy buenos tiempos. El año pasado crecimos en ventas 43%, al llegar a $9.500 millones. Este año, el crecimiento será similar”, explicó Roberto Hall, socio director de Top Management Seeliger y Conde, la de mayor facturación en el sector. En total, este segmento podría registrar al año ingresos por cerca de $50.000 millones. Ya se habla de un boom. En promedio, antes solo una head-hunter tenía abiertos unos 20 procesos; hoy esa cifra puede llegar a 45 o 50. La demanda ha crecido tanto, que muchos se han especializado. Los más grandes se concentraron en reclutar altos directivos, mientras otras se pueden mover buscando mandos medios. Eso ha significado igualmente que las tarifas de los servicios han crecido. Antes, un proceso podía oscilar entre $20 millones y $30 millones. Hoy el promedio está por encima de los $45 millones. Tendencias Lo más evidente es que la actividad económica está disparada y eso hace que se necesite más personal. “Uno de los factores clave es que el mercado maduró. Hay empresas nacionales que antes no usaban estos servicios y otras que están internacionalizándose y ahora nos buscan”, explica Gabriela Castro, directora para la región andina de Korn Ferry. Está quedando en evidencia que Colombia tiene un entramado sólido de compañías medianas que antes no tenían en su radar a los cazatalentos. Es el caso de Solla, Pedro Gómez, Odinsa y marcas relacionadas con los sectores agrícola y de servicios. Están aumentando sus niveles de ingresos y sus estructuras gerenciales se han vuelto más complejas. Hall, de Top Management, explica que le han hecho procesos a Procafecol (Juan Valdez), adonde llevaron a Hernán Méndez. Igualmente, colocaron a Gustavo Alberto Lenis en Hyundai. Sylvania, Camacol, Payless, Grupo Team, Amarilo, MPX y Talisman están también en el portafolio de clientes.?Además, otras han empezado a demandar estos servicios. Allí están Americana de Colchones, Distrumedica, Schott Colombiana, Emermédica; los Clubes Sociales Mesa de Yeguas, Hato Grande y Metropolitan; el restaurante Palos de Moguer, Ipler y hasta universidades como Unitec y la Fundación Universitaria del Área Andina. ¿Todo por la plata? Uno de los fenómenos más interesantes es que los sueldos han venido subiendo. “El país ya le compite a Chile y México”, afirma María Gabriela Castro, de Korn Ferry. Por ejemplo, este año, Heidrick & Struggles realizó un proceso para una minera de mediano tamaño. “Se trató de un gerente general que va a recibir –entre bonos, acciones y el salario básico– más de US$ 1 millón en Colombia”, señala Santiago Solís, socio director de la firma cazatalento. Igualmente, ha crecido la demanda por geólogos para petroleras y mineras cuyo paquete salarial puede estar entre US$200.000 y US$300.000 anuales; sueldos que antes solo se pensaban para presidentes de compañías medianas. En otras áreas también hay tendencia al alza en materia de remuneraciones. “Recientemente cerramos un proceso cuyo costo global, contando la asignaciones variables y las fijas, llega a $1.000 millones anuales”, explica Hernando Holguín, presidente de Eximium, quien insiste en que esto está pasando en compañías medianas y no solo con las grandes tradicionales. Ese aumento en los salarios pone en evidencia un asunto preocupante: en el país está escaseando el talento para altos cargos. Toda esta tendencia muestra cambios estructurales en las empresas colombianas. No se trata simplemente de utilizar servicios de terceros para la elección de altos directivos. Eso va acompañado de reglas de gobierno corporativo más fuertes; es decir, de transformaciones reales en la manera de gerenciar. Muchos se están tomando en serio el reclutamiento de talento humano, porque ahora que están creciendo, tienen que definir estrategias claras y sólidas en estas áreas. La meta es llevarse a los mejores.?El negocio sigue creciendo y todo indica que la tendencia es sostenible. Sin lugar a dudas, la apuesta es por la gente mejor preparada y las empresas están dispuestas a pagar salarios más altos para atraer a la gente que les ayude a cumplir sus objetivos. ¿Alguien quiere escuchar más ofertas?