Las orgías más famosas de Italia vuelven a poner contra las cuerdas al ex primer ministro Silvio Berlusconi. El sábado pasado el mundo conoció la muerte de la modelo marroquí Imane Fadil, testigo clave en las investigaciones contra el magnate. Fadil contó en 2011 en un tribunal de Milán que las fiestas de Berlusconi en su mansión a las afueras de la ciudad incluían menores de edad, prostitutas, masoquismo, profanación y orgías. Razones suficientes para que el país las conociera como los “bunga bunga” del Cavaliere. Un apodo que los periodistas italianos utilizaron con ironía para hablar de un líder que de caballero no tenía nada. Los médicos del hospital Humanitas de Milán todavía no han determinado el motivo por el que la salud de la modelo se deterioró tan rápido. Pero anunciaron que sus niveles de cadmio, antimonio, cromo y molibdeno -metales para hacer pilas y reactores nucleares- eran siete veces más altos que los normales. Por eso el fiscal de Milán, Francesco Greco, afirmó que podría tratarse de un homicidio. Además, Greco insistió en que la muerte de Fadil está “plagada de irregularidades y anomalías”, empezando por las que cometió el hospital al anunciar su muerte 15 días después. Le puede interesar: Berlusconi a la gran pantalla Fuentes cercanas a la mujer le dijeron al fiscal que en enero de este año empezó a sufrir cuando se encontraba en la casa de un amigo y tuvo fuertes dolores en el abdomen. Desde entonces, permaneció en el hospital sin que nada la aliviara. “Creo que me envenenaron”, dijo antes de ingresar. Luego, el abogado Paolo Savesi aseguró que Fadil le expresó en otras ocasiones que temía por su vida. Uno de esos momentos de temor ocurrió cuando los medios del país se enteraron de que estaba escribiendo un libro lleno de detalles sobre los “bunga bunga”. Al parecer, Fadil todavía no estaba lista para hacer pública esa información y sus allegados aseguran que les comentó cómo creció su miedo al estar de nuevo en los titulares de la prensa italiana. De hecho, la modelo había dicho que se sentía amenazada desde que al Cavaliere lo condenaron en 2013 a siete años de cárcel y a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Se trataba de delitos relacionados con fraude fiscal, abuso de poder e incitación a la prostitución de menores, debido al caso de otra joven que lo denunció por pagarle por sexo cuando tenía menos de dieciocho años, caso conocido como Ruby rompecorazones. Las acusaciones movilizaron a muchas jóvenes que no escatimaron en detalles al decir que Berlusconi les pedía disfrazarse de monjas o utilizar máscaras de presidentes (como la de Barack Obama) mientras bailaban desnudas sobre sus piernas. Pero un año después el Tribunal de Apelaciones de Milán lo absolvió de esos delitos porque no había manera de que Berlusconi supiera qué edad tenían las mujeres con las que estuvo. Berlusconi desapareció de la arena política por varios años, en parte por la presión de grupos feministas que pidieron una condena más fuerte y ratificaron su inhabilitación. Sin embargo el tres veces primer ministro de Italia volvió hace un mes al ruedo al anunciar su candidatura a las elecciones al Parlamento Europeo de mayo. Con 82 años, volverá a optar por un puesto de elección popular, aunque no en el ámbito local de su país. Le sugerimos: Un país sumergido en el rencor las claves de las elecciones de Italia que Berlusconi podría volver a ganar Ante estas noticias los opositores no se hicieron esperar. Las mismas Ruby rompecorazones e Imane Fadil aseguraron que Berlusconi las visitó varias veces para ofrecerles cifras astronómicas para que no contaran lo que sucedió en su mansión. El personaje siempre ha sostenido que nunca conoció a Fadil. Si bien el Cavaliere ha logrado sobrevivir políticamente a las acusaciones, ahora no lo tiene tan fácil para conseguir adeptos o influencias que lo protejan. el ministro del interior, Matteo Salvini, que lleva las banderas de la ultraderecha, ha dejado en claro que Berlusconi, más que un aliado, es un rival. La muerte de Imane Fadil puso sobre la mesa el caso que relegó a Berlusconi a un segundo plano y que podría sacarlo para siempre del reflector público. Está por verse si, como especulan los opositores, más cabezas rodarán cuando el libro de Fadil salga a la luz y devele los nombres de los partícipes de las orgías más famosas de Italia.