La sostenbilidad en la agricultura ha marcado la agenda de productores y comercializadores de todo tipo de productos del campo en el país y la palmicultura no ha sido la excepción.

Con la creación y el desarrollo de los campos experimentales para el cultivo de palma, Colombia busca avanzar hacia la innovación de las técnicas de producción teniendo como prioridad la sostenibilidad y el cuidado del ambiente.

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En este sentido, la Corporación Centro de Investigación en Palma de Aceite, Cenipalma, con el apoyo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, realizarán, entre el 5 al 9 de octubre de 2020, la XVI Reunión Técnica Nacional de Palma de Aceite, esta vez de manera virtual, cuyo lema será “Tecnología e innovación para una palmicultura colombiana resiliente”.

En este espacio, los productores de palma de Colombia compartirán experiencias sobre su labor en la producción de la palma de manera responsable y los campos experimentales serán uno de los casos de éxito que se analizarán en el evento.

De acuerdo con Cenipalma, la importancia de la siembra de palma para el sector alimenticio reveló el valor que tiene la investigación científica en la producción de la palma en Colombia aplicando la tecnología a la producción.

De acuerdo con el director de Cenipalma,Alexandre Cooman, los campos experimentales también deben ser un escenario permanente de divulgación, transferencia de tecnología e intercambio de conocimiento con los palmicultores.

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De esta forma, el directivo se refirió a los cuatro campos experimentales con la idea de que se conozca más del portafolio y énfasis del trabajo que se desarrolla en cada uno de ellos:

En 2004 se inauguró El Campo Experimental Palmar de La Vizcaína, en la Zona Central. Es el más grande y antiguo, ubicado en Barrancabermeja y San Vicente de Chucurí, Santander, su enfoque está en biología y mejoramiento genético.

Los campos que están en etapa de desarrollo, son El Palmar de Las Corocoras, ubicado en Paratebueno, Cundinamarca, que se ha enfocado en agronomía (suelos) y procesamiento, y donde se está consolidadno una importante infatesructura de laboratorios, y El Palmar de La Sierra, de 417 ha en Zona Bananera, Magdalena, que se ha enfocado en agronomía, más específicamente en manejo del recurso hídrico.

El Campo experimental más pequeño es la finca de La Providencia, adquirida en 2011, de 42 hectáreas, ubicada en Tumaco, Nariño, con el enfoque de investigar sobre plagas y enfermedades.

Cada uno de estos campos representan un hito muy relevante para la industria que busca hacer más sostenible la producción de palma considerando la protección de los recursos naturales y la empleabilidad en el sector.

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