Un debate necesarioHe sido un asiduo lector de Antonio Caballero no solo por su agudeza crítica, sino por su admirable escritura. Sin embargo, debo expresar mi descuerdo por su escrito titulado ‘Acoso’ (SEMANA n.° 1859), en el que banaliza el tema del acoso sexual y exculpa a quienes validos de su poder han realizado acciones ultrajantes contra mujeres que tipifican un verdadero acoso sexual. Lo que hizo Bill Clinton en la oficina oval con su becaria, o lo que se empieza a conocer de la actitud de Donald Trump hacia las mujeres que pareciera darle derecho a manosearlas como a bien tenga, no se justifica alegando que la sociedad norteamericana está enferma o es idiota. Es inaceptable que Caballero trate de trivializar lo que le ocurrió a Salma Hayek con el productor de cine Harvey Weinsteincomo valientemente relató esta actriz a The New York Times. No se trataba de una simple solicitud de un masaje como expresa Caballero, sino de un acoso sexual sistemático. No se trataba de simples propuestas indecentes, sino de conductas reprochables de acoso sexual. Presentar tales conductas como algo normal y compararlas con las danzas nupciales de los pájaros, como simples actos de mala educación o de falta de respeto excusable, no se compadece con el tipo de violencia sexual ejercida. Juan Manuel Jaramillo U. Manizales Semana en recesoN. de la R. Como es costumbre, este número es doble y SEMANA entra en un corto receso de fin de año. Esta revista regresará el 7 de enero de 2018. Felicidades.