En la edición #748 encuentro un interesante artículo cultural. El tesoro público, sobre numismática. Afirma que "un pescador de Honda, encontró en el islote El Mesuno cerca de Caracolí". Según mis conclusiones, de más de 20 años de estudio, el famoso Tesoro del Mesuno tiene esta historia: efectivamente a principios de 1930, en el Magdalena, cerca a Honda, un pescador de La Mesa, atrapó algunas monedas de oro, tipo macuquinas. No hay cofre. El pueblo se fue a pescar monedas, muchísimas fueron fundidas y su aparición propició en Honda una temporada de trueque de oro. En la página 95, una bella ilustración del Banco de la República. Se trata de un fragmento de la obra dedicada a St. Eligius (para nosotros San Eloy) patrono de los joyeros y acuñadores de monedas y por analogía, de los numismáticos. La moneda de 50 centavos, de 1887, con la efigie de Soledad Román, segunda esposa de Núñez, fue acuñada en Bogotá y no en Cartagena, como dice SEMANA. Sobre esta moneda concretemos en dos puntos: 1. No la ordenó Núñez (debió ser algún áulico de turno para 'lamber' a su jefe). 2. El pueblo la rechazó, no por la regordeta figura, sino porque consideraba un robo que unas monedas que de años atrás eran acuñadas en plata ley .835, resultara que en 1887 fueran acuñadas en ley .500 por lo cual las bautizaron con el nombre de Cocobolas. Cocobolo fue un conocido delincuente bogotano de finales del siglo pasado. Bernardo González White. Medellín