No ignoro que un columnista es libre de defender públicamente sus opiniones sin temor a que ese derecho le sea restringido por nadie, ni siquiera por el director del medio donde publica su columna. Pero aún así, aun compartiendo esta posición de principios, ni la libertad de opinión ni ninguna otra libertad que su fértil imaginación pueda inventar autoriza a María Isabel Rueda a hablar cada vez que puede a nombre de "todos los colombianos" como lo hizo, una vez más, en su columna de esta semana dedicada a las hipotéticas o reales diferencias entre Uribe y Londoño. Somos 42 millones de colombianos y por lo menos hay uno -yo- que piensa, al contrario que ella, que Chávez está dirigiendo mejor a su país de lo que nuestros actuales gobernantes están dirigiendo el nuestro. O sea que a eso de "todos los colombianos" en el que caso de Chávez habría que restarle por lo menos uno.