En dos operaciones, una usual y otra poco común, Cemex de México adquirió el 51 por ciento de Cementos Diamante y el 93 por ciento de Cementos Samper. Las dos compras fueron famosas no sólo por el monto que se pagó sino también por la manera como se realizaron. La adquisición de Cementos Samper, el 20 de agosto de 1996, fue una transacción común y corriente. En ella sólo Cemex, a través de Capital Colombian Holding, cumplió los requisitos exigidos por la Bolsa de Bogotá para participar en la operación que costó 299,6 millones de dólares. Por el contrario, la forma como se compró Diamante fue una sorpresa. Inversionistas y especuladores habían comprado acciones con el fin de venderlas a buen precio el día en que Cemex hiciera su oferta en Bolsa. Pero ésta nunca se realizó. Un buen día Cemex anunció que era la propietaria de la empresa y nadie entendía cómo. Diamante pertenecía a la familia Uribe Crane directa e indirectamente, a través de tres sociedades limitadas: Inversiones Copial, Inversiones Salgur y Asesorías y Gestiones. Lo que hizo Cemex fue comprar dichas compañías. Si era dueña de las compañías era automáticamente poseedora del 51 por ciento de Cementos Diamante. El mecanismo de compra fue hábil y simple. No obstante, dejó con los crespos hechos a los terceros que querían sacar tajada del negocio. El primero de mayo de 1996 Cemex compró en Nueva York a Inversiones Copial Cubic Holdings Limited, que controlaba el 95 por ciento de cada una de las tres sociedades, y aquí en Colombia culminó la operación comprando el 4,99 por ciento de las tres sociedades limitadas. Aunque la cifra real de la compra no ha sido revelada, se estima que puede superar los 400 millones de dólares. Cemex se convirtió así en el segundo vendedor más grande de cementos en Colombia, después del Sindicato Antioqueño. El monto de la operación y las características de cada una de las compras, en especial la de Diamante, convierten a este negocio en uno de los más importantes de los últimos 15 años.