Mientras Nairo Quintana se prepara para la Vuelta a España con el Arkéa Samsic, equipo con el que decidió renovar por tres años más, la Unión Ciclista Internacional le dio una mala noticia anunciando este miércoles en la mañana que fue ”sancionado por infringir la prohibición de uso de tramadol en competición, establecida en el Reglamento Médico de la UCI”, dice el comunicado oficial.
Desde la creación de la Agencia Mundial Antidopaje en 1999, las estrategias para luchar contra el dopaje se han homogeneizado a nivel mundial. La presión que reciben los deportistas de diferentes especialidades y nacionalidades es similar, con algunos matices. En 2004, la primera lista de sustancias prohibidas supuso el paso final para que los compuestos vetados fueran los mismos (a excepción del alcohol y los betabloqueantes, que han estado censurados en algunos deportes).
Desde entonces, los continuos controles antidopaje a los que son sometidos los deportistas de alto rendimiento son iguales para todos. Para que el sistema sea objetivo y válido, estos análisis son anónimos. El primero de marzo de 2019, la Unión Ciclista Internacional, la federación que gestiona este deporte en todo el mundo, rompe este orden en la lucha contra el dopaje. Incluye una sustancia que la Agencia Mundial Antidopaje no considera prohibida: el tramadol.
Esta sustancia es un opioide sintético que se utiliza para tratar el dolor, sobre todo el intenso. El tramadol fue diseñado en 1977 en Alemania para producir un cierto nivel de analgesia y rápidamente conquistó el mercado por su potente efecto. A día de hoy se considera uno de los analgésicos más comunes en el ámbito clínico y lo producen más de cien farmacéuticas.
A pesar de sus efectos positivos, y al igual que otros opioides, el tramadol puede producir mareos, somnolencia, pérdida de atención y dependencia, ya que es un derivado de la morfina. Sin embargo, la Agencia Mundial Antidopaje no ha considerado que esta sustancia deba estar prohibida, al menos en 2019, aunque la tiene bajo vigilancia a través de su programa de monitorización.
El tramadol atrajo la atención de los organismos antidopaje porque aparecieron en prensa varios reportajes en los que diversos deportistas confesaban su uso para paliar el dolor asociado al deporte de alto rendimiento. De hecho, el efecto de esta sustancia era tan potente que los profesionales confesaban cierta dependencia hacia la sustancia.
Ciclistas con dolores
En este sentido, los deportistas podrían haber utilizado el tramadol para recuperarse más rápido tras el ejercicio intenso. Esto, a pesar de que la sustancia tiene efectos secundarios negativos para su trabajo, como sueño y un mayor riesgo de caídas. Es fácil imaginar el peligro de bajar a gran velocidad el Tourmalet o Alpe D’Huez bajo los efectos sedantes del tramadol. Su uso, además, ha tenido un impacto especial en el ciclismo profesional, quizá por las duras condiciones que sufren los deportistas en las competiciones de carretera.
En una investigación realizada por investigadores de la Universidad Camilo José Cela, en colaboración con la Agencia Española para la Protección de la Salud en el Deporte, se han analizado las muestras que recibe el Laboratorio de Control del Dopaje de Madrid para determinar la incidencia en el uso del tramadol. En esta investigación se determinó que el 65 % de las muestras que contenían tramadol en los controles antidopaje pertenecían a ciclistas, seguidos de triatletas (8.1 %) y remeros (5.9 %).
La Unión Ciclista Internacional ha decidido ser pionera e incrementar la presión antidopaje en sus deportistas. Por eso prohíbe ahora el uso de tramadol en cualquier competición de ciclismo, argumentando que el uso de esta sustancia puede suponer un mayor riesgo de caídas. La Unión Ciclista Internacional sancionará a los deportistas con la descalificación de la competición la primera vez que se encuentre tramadol en su cuerpo -a través de una muestra de sangre capilar-. El castigo puede llegar a una suspensión de cinco meses si el deportista es reincidente.
Esta prohibición supone que la Unión Ciclista Internacional se convierte en la federación internacional con mayor interés en que su deporte sea limpio, por lo que hay que felicitarla. Pero también sería necesario que estudiara las características de sus competiciones deportivas, sobre todo las que se realizan por etapas en el ciclismo profesional. Una reducción de la distancia también podría hacer que los deportistas no tuvieran que tomar opioides para mantener su rendimiento.
Por: Juan Del Coso
Responsable del Laboratorio de Fisiología del Ejercicio, Universidad Camilo José Cela
Gabriel Baltazar Martins
Doctorando en la Universidad Camilo José Cela, Universidad Camilo José Cela
Artículo publicado originalmente en The Conversation el 28 de febrero de 2019